Letras Perdidas En Esta Ciudad

Todo es cuestión de perspectiva

Sábado 7 de Octubre del 2023

Para un artista el poder brindar una mejor experiencia en cada una de sus obras a quienes consumen su arte es uno de sus principales objetivos. Por esto en mis exposiciones busco que cada asistente pueda deleitarse de aquello que llamamos arte y que de ellos dependa la emoción que deseen percibir en mis obras.

Que se sientan parte de este espacio lleno de colores y emociones, no solo llegar y contemplar sin entender las pinturas y su trasfondo.

Cuando empecé a asistir a galerías de arte siempre llegaba con diferentes emociones en el alma, a veces con una tormenta en mi cuerpo y soledad que abrumaba, y otras veces volvía a la misma exposición con felicidad y el significado de las obras cambiaba.

Todo dependía de nosotros, de cómo vemos las cosas y no me quiero simplemente referir a las obras de arte, también a la vida y las situaciones que se nos presentan día a día. Si nos detuviéramos a ver los problemas que tenemos desde otro punto de vista creo que las complicaciones que creemos tener desaparecerían en un abrir y cerrar de ojos.

—Casi me asfixian allá afuera, todas esas cámaras desean entrar. No sé cómo los de seguridad pueden controlarlas, yo hubiera perdido la paciencia.

Observe a Paula quien se encontraba con las mejillas rojas del coraje, el temperamento de ella era fácil de alterar y se enojaba casi por todo, podría dejar una pequeña línea de paciencia en su personalidad.

Una mínima.

—Lo sé, te dije que podías entrar por acá atrás—sonreí al saber la ofensa que es para ella entrar por atrás.

Volví mi atención a los accesorios, miré los pendientes de la caja frente a mi sabiendo que no me los iba a poner, eran demasiado extravagantes para mi gusto.

—Créeme que lo pensé, pero luego las cámaras se perdían de mi belleza, así que no. ¿Algún día los dejaras entrar?

Dejó el bolso a un lado y se sentó en el sillón buscando relajarse.

—No, ya sabes la finalidad que busco en mis obras y no pienso cambiarla.

Tomé los pendientes de siempre y me los coloqué, creo que después de todo estos guardan más sentimiento que cualquier otro.

—Finalidad que aun no entiendo, como tampoco entiendo tus ganas de viajar con Marco cada que va a sus congresos medicos por el mundo.

Sonreí—Sobre eso, me voy el otro lunes y regreso el sábado.

—¿Algún día me dirás por qué nunca dejas de ir a alguno?

—Sí Pau, algún día te has de enterar de mis mágicos viajes. Ahora vamos a socializar un poco para luego irnos a comer, hoy me apetece lasaña.

Quise tomar mi bolso como de costumbre y como si fuera un bebé que no conoce sus propios movimientos mi mano no respondió a la acción que demanda haciendo que el bolso caiga y dejándome con un dolor en mis articulaciones insoportable.

Agradecí que Paula no se diera cuenta de esto porque hubiera hecho su alboroto de madre preocupada. Así que simplemente lo recogí con la otra como si nada hubiera pasado.

Al recorrer el lugar nos deteníamos a conversar con conocidos de la galería y cuando Paula se perdía de mi campo visual me encontraba yo solo apreciando las obras como si no fuera yo misma la artista, y como lo había explicado anteriormente, el significado al apreciarlas cambiaba.

Tal vez por esto cada una de las pinturas llevaba un escrito que describa la primera emoción que percibí de la obra al elaborarla.

—Que estúpida.

Detuve mi caminar al observar a quien había emitido aquel comentario en un susurro—¿Disculpa?

Me miró extrañado y luego me sonrió—No te lo decía a ti, lo siento. Se lo decía a la chica del cuadro, debo dejar de hablar en voz alta.

Reí ante lo que había dicho y miré el cuadro—¿Podrías decirme el porqué de tu comentario si no te importa?

—Claro—volvió a observar mi obra y empezó a opinar sobre este—He leído el poema y sin ánimos de ofender a la artista, creo que fue inmaduro de su parte hacerles caso a todos esos comentarios, unos más absurdos que otros. Si no se hubiera limitado tanto por todas las voces a su alrededor y por lo que le decía la sociedad ella hubiera logrado lo que anhelaba en su vida. Quedó encerrada en aquella burbuja oscura y profunda como la artista lo presenta sabiendo que afuera existían los colores.

—¿Por qué crees que no se liberó de esa oscuridad?

—El escrito no lo dice así que me da libre imaginación, y creo que se quedó atrapada en ese molde impuesto por la sociedad.

Le sonreí—Buena reflexión.

—¿Y tú que crees? —me miró sonriendo.

Linda sonrisa

Miré el cuadro—Bueno, yo creo que, si se liberó de todo aquello y puedo ser feliz ella sola, sin oscuridad, sin escuchar todas esas voces, fue ella y ...

—Su arte—terminó por mí.

—Exacto, o eso es lo que quise dar a entender al crearla. Es bueno escuchar otro punto de vista, por eso hago esto.

Evité reírme ante su expresión de sorpresa. Mantenerme alejada de las cámaras me permitía una ligera privacidad haciendo que muchos desconozcan quien crea estas obras.

—¿Eres Odalys Granda?

Le extendí mi mano—Mucho gusto, que conocerme no te reprima de darme más opiniones al respecto. Me fascina entender los pensamientos de otros ante una misma cosa.

—El placer es mío, un gusto Javier Morya.

Javier Morya

—Siento que ya he escuchado ese nombre antes ¿Alguien del medio?

—Actor y escritor, pero más me dedico a lo primero.

Sonreí—Me encanta la perspectiva de los demás artistas, cada uno puede ver las cosas de manera diferente acoplándolas a su estilo y gusto, la manera de apreciar el arte en cada uno de nosotros es maravillosa.

—Tienes toda la razón, el arte es cuestión de perspectiva. Podrías darle la vuelta a un cuadro y cambiaría su significado.

Reí ante aquello—Creo que dependería mucho del cuadro.

—Eso es cierto, uno de los tuyos se puede girar y créeme que cambiaría su significado.




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