Alimentando el desequilibrio, en mí locura, escribo filas de caricias, que van directo al corazón, muchos son abrazos, desenfrenados del pensamiento, para confundirse con la noche.
Mí locura, aveces escribe éxitos y fracasos, victorias y derrotas, certezas y dudas, otras veces sonrisas y lágrimas, gritos y silencios, alegrías y tristezas, vividas.
Mí desequilibrio mental, muchas veces le escribe a el amor, a un amor grande, a ese, el que abastece, al que hace sonreír, a ese que acurruca, al que toca suavemente y cura heridas, a ese amor, que hace la diferencia.
Aveces mi locura le escribe a el alma, a su sensibilidad y sencillez, a su simplicidad y ternura, a su sabiduría y amor, a su certeza y determinación, a su libertad y comunicación, a su poder interno y claridad, a su serenidad y visión, a su imaginación y optimismo, a su decisión y plenitud, a su entereza y confianza, porque el alma, es todo eso y más... P.G.G
Editado: 02.03.2022