Una mesa y una silla vieja, una luz encendida, una hoja y un lápiz, es el arma que utilizo para espantar a los fantasmas . Entre los escombros de mi alma hay demonios que no puedo controlar, en ocasiones me dominan y me hacen escribir cosas, sin ellos mi alma buscaría a la tuya, para juntos caminar.
Matar a mis demonios sé, es peligroso porque puedo matar lo mejor de mi, el amor, la locura, la poseía dejaría de desnudar el alma, no habría música para los sordos, ni luz para los ciegos, mi corazón moriría triste y lento, desesperado con los sueños gastados y los sentimientos rotos.
Mis consabidos demonios le han dado la bien venida a mi otro yo, la poesía abre la puerta del infinito, nos da la libertad del verso, nos acerca en un soneto, en una rima, nos devuelve la esencia y la humanidad.
El poema habla, explica, siente lo que el silencio, dice lo que la voz calla, destruye las paredes de la soledad, nos desnuda el alma y nos abriga el corazón, llenandonos de esperanzas, la poseía es luz, es sentido, es forma, es belleza. La poesía es amor... PGG
Editado: 02.03.2022