¿ESO CAMBIA ALGO?
Un buen jugador es el que sabe ganar con cartas malas. Yo soy un buen jugador
El silencio y la mirada extraña de Drake no era la manera en que quería terminar mi madrugada. Exhalando, dejé que mi espalda se volviera a encontrar con el soporte del sofá mientras que masajeaba mi sien. La conversación con Harrison no salió técnicamente como esperaba y en algún rincón de mi cabeza sonaba la frase “Harrison hará lo que sea para impedir que salgas herida” como unas doce veces.
—¿Y ahora qué? —Inquirió luego de un silencio completamente incómodo.
—Ahora, pequeño rubio, comenzarás a despotricar todo acerca del trato con Jhonaster y sobre todo lo que no me has dicho del club —dije, con una sonrisa.
Él puso los ojos en blanco.
—Cariño, si ésta es una misión peligrosa para ti, tal y como dijo tu jefe…—dijo inseguro.
—Lindo que te preocupes, pero no lo hagas —corté.
—Definitivamente estás mal de la cabeza, preciosa —murmuró. Me miró un rato, al parecer debatiendo si debía contarme o no, hasta que soltó un suspiro exhausto, cediendo—. Bien. El trato con Jhonaster es sobre una droga nueva que está por el mercado. Foster, un traficante inglés no tan conocido, se la vendió a Zach no hace menos de un mes en el club. Días después de que la mercancía rondara por el club, el pequeño Jonathan se apareció por el club con una sonrisa sagaz y con muchas ganas de invertir en la droga —suspiró—. Fue un trato bueno. Setecientos mil dólares por ciento setenta kilos de la droga.
—Un trato justo —aporté, asintiendo con la cabeza—. Ahora cuéntame sobre el trato con Nóvikov y Montalbano.
—Eso sí es complicado —farfulló—. Pero, para hacerte la historia menos complicada y más corta, luego de la tortura que mi hermano y yo recibimos por parte de ambos en un día de diferencia y de las amenazas increíblemente cargadas de la Bratva y Alexey, Zach decidió usar su parte idiota en hacer un trato con ellos.
—Puedo entenderlo. Utilizó la parte suicida que emana de él —dije sin emoción alguna.
—¿Tú crees? —Cuestionó sarcástico—. El caso es que Zach le ofreció a Nikolay parte de la droga de Alexey y a Alexey parte de la droga de Nikolay. Ambas son ridículamente buenas y dado a ellas, tenemos algunas de las mafias más potentes frecuentando nuestro club y haciendo llamadas sobre precios descomunales —resopló.
No entendía su frustración. En primer lugar ellos fueron los que quisieron abrir el club.
—¿El problema? —Inquirí, malditamente confundida.
—Yo no quería esta vida, muñeca —soltó—. No la quería ni para mí ni para mi hermano, pero después de lo que pasó con papá y que Zach se enterara... Eso fue lo que él necesito para hacer más clara su misión en contra de los mafiosos más peligrosos del maldito mundo. El que no lo hubiesen aceptado en ninguno de los dos bandos cuando él necesitaba el dinero para sacar a mi padre del aprieto en el cual su culo cayó hizo desatar una ira en mi hermano lo suficiente como para aplicar el plan idiota.
Mmm, parte de la historia que no sabía.
—¿Cómo que Zach necesitaba el dinero?
—Cariño, cuando estás siendo acusado de fraude congelan todas tus cuentas. Las pruebas en contra de mi papá eran demasiado contundentes como pasarlas por alto —respondió—, y por ende, congelaron las de toda la familia. Sí, el estado podría favorecer a mi papá con un abogado, pero hasta el mismísimo abogado negó que se podía hacer mucho con el caso.
"Para cuando Zach se enteró de cómo estaban las cosas, le sacó provecho a su viaje universitario a Moscú encontrándose con Nikolay y luego se fue a Calabria en Italia solo, únicamente para encontrarse con Alexey. Como te dije, ninguno de los dos lo aceptaron en sus negocios. Zach se molestó. Estaba desesperado, por lo cual robó cantidades de droga gigantescas de ambos mafiosos. No me preguntes cómo, aun ni yo sé esa parte.
“Lo que tengo entendido es que para él, mi papá es como una especie de dios y por eso hizo lo que hizo. El que su propio socio lo hubiese incriminado de esa manera hizo que Zach apagara su cerebro y solo se dejase llevar por la ira y la venganza.
"Luego de que él ejecutó su plan, consiguió una cantidad ridículamente grande de dinero, haciendo retirar la demanda del fraude de nuestro papá y que no mucho de los detalles del juicio salieran a la luz. Mis papas ni siquiera saben aún como hizo aquello. Sólo él y yo sabíamos cómo fue en realidad dado a que él me lo contó cuando sacó el culo de mi papá fuera de la fiscalía. Nosotros y ahora tú.
Bien, bueno, lo admitiría. Eso era algo que no sabía y me hace ver a Zach como una persona no tan idiota como lo había visto el día anterior, pero aun así...
—A Zach solo se le subieron los humos de grandeza, Drake —dije, sin nada de tacto—. Qué no lo hubiesen aceptado en ninguna de las dos organizaciones debió ser por algo. Alexey y Nikolay se toman su trabajo demasiado en serio. Tal vez al ver a Zach tan... ¿inmaduro? —Negué con la cabeza—, lo siento, no sé cómo explicártelo.
—Te entiendo, sigue —animó.
—Pues, teniendo a Zach en un control tan volátil de emociones, decidieron que era lo mejor —expliqué lo mejor que pude.
El rubio arqueó una ceja.
—¿Lo mejor para ellos?
Negué con mi cabeza.
—Lo mejor para ambos —corregí.
Y era verdad. A pesar que mi padre y Alexey Montalbano fuesen unos cabrones hijos de puta, eran lo suficientemente sabios como para saber cuándo una persona puede y no puede participar en su oficio. Ambos eran hombres inteligentes y si rechazaron a Zach, debieron tener una razón muy definida.
Drake solo posó sus lindos ojos azules en mí tanto tiempo que pensé que iba a derretirme.
—¿Cómo sabes eso? —Cuestionó—. Escucha princesa, sé que tienes gustos... disimiles a los míos y que tu vocación se basa en cosas más interesantes, ¿pero cómo sabes acerca de mafiosos tan grandes? Piensas como ellos, actúas como ellos y puedo decir que hablas como ellos —meneó su cabeza—. Es increíble que una mujer pueda hacerlo.
Editado: 09.10.2024