Leyendas de Abril

Capítulo 6: Siren Head

Los gritos del alma solo son escuchados por los demonios sedientos de tus miedos y temores. La debilidad de tu espíritu atrae depredadores, la voluntad de tu mente crea un escudo entre la locura y la cordura. Palabras de mi madre que justo esta noche vinieron a mi cabeza en un profundo sueño, recostada al hombro de Eider Aswel.

Era de madrugada. Apenas la luz tocaba tierra y el silencio se enmarcaba en una niebla densa, espesa, hacía imperceptible los oscuros troncos.

Estaba despierta, totalmente inmóvil en la puerta. Nunca me había levantado tan temprano por voluntad propia, sin embargo ese día sentí la necesidad de echar un vistazo a los alrededores.

Eider seguía dormido como un tronco, le miré con los ojos chinos y despeinada. Se veía tan bien incluso dormido, el cabello alborotado le quedaba demasiado bien y no despertaba con la boca abierta de par en par como yo. ¿Será un demonio?

Dejando al chico de lado y devolví la atención al bosque, tuve que salir unos pasos de la cabaña para comprobar lo que mis oídos escuchaban. La voz de mi madre provenía del bosque, pronunciaba mi nombre en una canción que solía cantarme cuando pequeña. Ladeé ansiosa la cabeza, busqué en todas las direcciones, pero la voz se esfumó como si hubiese sido cosa de mi imaginación, en cambio otro ruido irritante sustituyó su dulce voz

Un sonido extraño, una alarma se escuchaba débilmente como un sollozo y una bandada de cuervos, única fauna visible del lugar, despegó vuelo desde las copas de los árboles.

La niebla no dejaba distinguir el edificio que se suponía que provocara ese ruido tan molesto a estas horas.

Entonces todo pensamiento normal abandonó mi conciencia cuando la tierra comenzó a temblar como si fuertes pisadas de tal cual gigante se acercaran acompañadas del sonido que cada vez se hacía más potente, mismo sonido que hizo despertar al rubio.

—¿Qué mierda es eso?—el chico espabiló enseguida y rascándose un ojo salió a posicionarse a mi lado.

—No puede ser...

Quedé perpleja frente a lo que se acercaba. Aún no se podía distinguir su figura, pero yo ya tenía en mente cierta criatura que encajaba perfectamente con las señales. El sonido de alarma, las pisadas fuertes, la voz de mi madre, sin duda se trataba de él

—Es Siren Head

Se contorneó su estructura metálica en la niebla, su cabeza en forma de sirena se acercaba a paso lento y sus barazos largos arrastraban árboles muertos.


 


Siren Head es una criatura aterradora y grotesca que acecha en los bosques más oscuros y solitarios. Su aspecto es una combinación macabra de metal retorcido y huesos humanos, con una altura descomunal que supera los árboles más altos. Su cabeza es lo más espeluznante: dos sirenas gigantes con luces parpadeantes en lugar de ojos, emitiendo sonidos perturbadores y sirenas ensordecedoras que pueden dejar a cualquiera paralizado por el miedo.

Su piel está cubierta de marcas y arañazos, como si hubiera estado en innumerables batallas sangrientas. Se mueve con sigilo, camuflándose entre los árboles y las sombras, esperando a sus presas desprevenidas. Algunos dicen que su boca se abre de par en par, revelando una fila interminable de dientes afilados y retorcidos, listos para devorar a quienes se crucen en su camino.

Siren Head es conocido por atraer a sus víctimas con sonidos engañosos y voces familiares, haciendo que se acerquen a él sin sospechar el horror que les espera. Una vez atrapados, nadie ha regresado para contar la experiencia, y solo quedan historias escalofriantes de aquellos que han logrado escapar por poco de sus garras mortales.

—¿Qué es esa cosa?—Eider quedó con la boca abierta y totalmente espantado.

—Es increíble...—dije casi en automático, estaba tan fascinada por lo sobrenatural que ignoraba el peligro y el aroma a muerte que arrastraba la criatura.

—Sí, nuestra muerte va a ser increíble si no nos largamos de aquí—el rubio entró a la cabaña para recoger las mochilas

—¡Este mundo es fascinante!, es... es... algo mágico—le seguí emocionada, siren head había sido mi criatura favorita desde que tenía memoria y tenerlo así en frente, tan real como peligroso era una adrenalina electrizante.

—Ya lo doy por comprobado, estas totalmente loca Claus—recogió lo poco que habíamos sacado y lo regresó a las mochilas

—Loco es el hecho de que este mundo se encuentre todo el tiempo bajo nuestras narices y no nos demos cuenta—debatí

—No sé tú, pero a mí no me interesa ser comida de chatarra andante—me tiró una mochila y la atrapé

—¿Chatarra? Estás en presencia de un mito, una criatura legendaria, poderosa, y... ¿me estás escuchando?—le seguí por las cuatro esquinas de la cabaña mientras recogía los abrigos.

—Ponte esto hace frío—tiró un abrigo verde a mi hombro y se puso uno rojo.

—¿A dónde vamos a ir?—inquirí mientras me abrigaba

—A donde esa cosa no nos alcance, así que mueve el culo—salió como ladrón rápido y en alerta de ser descubierto

Seguí sus pasos, pero quedaron frenados cuando miramos al cielo.

Tapaba las nubes en una aterradora y gigante sombra. Siren Haed estaba sobre la cabaña en cuatro patas, su cabeza horrorosa nos miraba a 10 metros de altura, suficientes para hacernos hiperventilar cagados de miedo. En su boca se notaban una fila de puntiagudos dientes y sus brazos envolvían los alrededores de la casa como una jaula. Entonces Eider gritó:

—¡CORRE!

Nos adentramos en el bosque a carrera rápida como si se nos incendiara el mismísimo culo. Saltamos raíces y pasamos filas de árboles secos como ciervos huyendo de una manada de lobos. La monstruosa criatura no se movió, en cambio emitió un chirrido de alarma ultra fuerte.

El sonido explosivo hizo temblar nuestros tímpanos haciéndonos caer de rodillas al suelo y retorcernos de dolor. Al instante perdimos la audición, solo se escuchaba el pitido del vacío y cubríamos nuestros oídos con fuerza. Mis manos se mancharon de sangre proveniente de estos y casi me desmayó por ese sonido a muerte. Si no fuera por Eider habría abandonado toda fuerza para escapar y me rendiría del insoportable dolor de cabeza, él me ayudó a levantarme aún cuando también sangraba y se podía notar el mismo dolor en su rostro.



#5935 en Novela romántica
#240 en Paranormal

En el texto hay: paranormal, amor, terror

Editado: 15.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.