Leyendas del destino y el reino de los Fuathan

El príncipe joven

 

 

Katherine se dejó caer sobre la mullida cama de Jacynth, sin importarle la mirada recelosa del dueño, quien tendría que dormir en una cama improvisada sobre el frío suelo de piedra.

—Pongan atención e inmortalicen este momento, señores —gritó él, como un cirquero estadounidense—, pues nunca volverán a ver algo como este insólito suceso —se quitó la chaqueta y el chaleco de lana, desabrochó sus botas y las lanzó a una esquina del cuarto—. ¡Un príncipe dormirá en el piso!

Kath le envió una mirada de soslayo y respiro profundo.

—Si es tan indigno para ti, podemos cambiar, no hay problema —dijo.

Jacynth descansó la rodilla en la cama, observando atentamente la actitud de Kath, escondiendo lo más profundo de su ser la admiración y atracción que sentía hacia ella. Él pensaba que se veía hermosa con el nuevo vestido que Muffin le había confeccionado, era completamente blanco, adornado con encaje en todos los lugares que era posible, pero no era algo obsesivo ni extravagante. Particularmente le gustaba cómo se veía con el cabello suelto, cómo su tonalidad casi negra contrastaba con su dulce piel rosácea y sus ojos azules como el océano. Le encantaba verla respirar, la forma en que su pecho subía y bajaba a un tempo constante y rítmico; lo suave que se veía su cuello adornado con la gargantilla que él había hecho con sus propias manos para su alma gemela.

El príncipe no pensó, caminó a gatas sobre ella, la besó audazmente en los labios, sonrió con galantería y travesura, y se dejó caer sobre ella, reposando la cabeza sobre su corazón. Y ella, confundida por el atrevimiento, apenas tuvo tiempo de digerir lo que había sucedido. Solo se vio con un enorme joven de cabello azabache y piel morena aplastándola con todo su peso. Sin querer, su mano rozó el pelo, dandose cuenta de lo suave que era, y tuvo que contener las ganas de pasar sus dedos entre las oscuras hebras.

—Encontré mi nueva cama —habló, subiendo los brazos para buscar las manos de la chica y capturarlas—. Con almohadas integradas.

Kath no pudo soportarlo más. Jacynth parecía no tener filtro, o no poseer el mínimo indicio de recato, o simplemente le gustaba hacerla enojar. De cualquier forma, aquellas palabras hicieron su rostro arder, y sin retrasarse, lo empujó hacia el piso haciendo uso de su nueva fuerza. Tras azotar, no se escuchó nada, ni un quejido, ni jadeos o respiraciones, cosa que preocupó a la joven de inmediato. La hizo pensar que se había pasado un poco con sus recién adquiridas habilidades y algo le había pasado al chico.

Entonces, se asomó temerosa al suelo, encontrando el cuerpo aparentemente inconsciente del menor de los Gunn.

—¡¿Jacynth?! —exclamó asustada, estirando la mano hacia su rostro.

Sin más preámbulos, él abrió los ojos, atrapó el brazo merodeador y la jaló con fuerza, provocando que todo el peso de Katherine cayera sobre él. Cuando la tuvo dónde la quería, la abrazó/capturó con brazos y piernas, riéndose a carcajadas de ente malvado.

—¡La tengo, señorita McLaren! ¡Es toda mía! —gritó como pirata.

—¡Suéltame!

—¡No! —contestó, girándose para quedar completamente encima de ella.

—¡Déjame!

—No, querida, nunca.

—Te voy a dar una patada —advirtió.

—Y yo la soportaré como un caballero —dijo, curvando los labios con cierta pedantería.

—¿Qué vas a hacerme?

Él guiñó un ojo lascivamente ante su pregunta, pero solo bromeaba.

—Te he robado de casa, Katherine, ¿no te has dado cuenta? —le susurró al oído—. Solo haré lo que es natural en estos casos.

—¿Y si yo no quiero?

—¿Cómo podrías negarte? Soy un príncipe, son guapo, encantador, todo un galán —contestó—, inteligente, apasionado… soy todo un partido.

—¿Entonces no me vas a dejar libre? ¿no me vas a soltar? —preguntó ella, muy poco impresionada por las habladurías de Jacynth.

—Solo hasta que me perdones y me prometas que nos volveremos a llevar como antes.

—¿Y cómo nos llevábamos antes? —bufó Kath, confundida—. ¿Quieres que volvamos a la parte en que yo no te hablo, tú me hablas, solo somos vecinos por coincidencia?



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En el texto hay: leyendas, personajes fantasticos, almas gemelas

Editado: 28.08.2018

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