Leyendo crepúsculo

Port Angeles

PORT ANGELES leyó Rosalie

Jessica conducía aún más deprisa que Charlie, por lo que estuvimos en Port Angeles a eso de las cuatro. Hacía bastante tiempo que no había tenido una salida nocturna sólo de chicas; el subidón del estrógeno resultó vigorizante. Escuchamos canciones de rock mientras Jessica hablaba sobre los chicos con los que solíamos estar. Su cena con Mike había ido muy bien y esperaba que el sábado por la noche hubieran progresado hasta llegar a la etapa del primer beso.

"Eso suena muy divertido", dijo Emmett poniendo los ojos.

 Sonreí para mis adentros, complacida. Angela estaba feliz de asistir al baile aunque en realidad no le interesaba Eric. Jess intentó hacerle confesar cuál era su tipo de chico, pero la interrumpí con una pregunta sobre vestidos poco después, para distraerla.

"Eso estuvo bien de su parte", sonrió Esme.

Angela me dedicó una mirada de agradecimiento.

Port Angeles era una hermosa trampa para turistas, mucho más elegante y encantadora que Forks, pero Jessica y Angela la conocían bien, por lo que no planeaban desperdiciar el tiempo en el pintoresco paseo marítimo cerca de la bahía. Jessica condujo directamente hasta una de las grandes tiendas de la ciudad, situada a unas pocas calles del área turística de la bahía.

Se había anunciado que el baile sería de media etiqueta y ninguna de nosotras sabía con exactitud qué significaba aquello. 

"No tiene mucha diferencia para las chicas, solo hay que elegir el vestido que se te vea mejor", dijo Alice. "Imaginate tener que ir a Port Angeles solo por eso".

"Lo sé", coincidió Rosalie, temblando igual que Alice.

Jessica y Angela parecieron sorprendidas y casi no se lo creyeron cuando les dije que nunca había ido a ningún baile en Phoenix.

— ¿Ni siquiera has tenido un novio ni nada por el estilo? —me preguntó Jess dubitativa mientras cruzábamos las puertas frontales de la tienda.

—De verdad —intentaba convencerla sin querer confesar mis problemas con el baile—. Nunca he tenido un novio ni nada que se le parezca. No salía mucho en Phoenix.

"Los dos", dijo Edward feliz.

— ¿Por qué no? —quiso saber Jessica.

—Nadie me lo pidió —respondí con franqueza.

Parecía escéptica.

—Aquí te lo han pedido —me recordó—, y te has negado.

"Ella no le dijo no a Eddy," rió Emmett.

"No creo que nadie sepa sobre eso", dijo Edward, con una mirada de suficiencia sobre el comentario de Emmett.

En ese momento estábamos en la sección de ropa juvenil, examinando las perchas con vestidos de gala.

—Bueno, excepto con Tyler —me corrigió Angela con voz suave.

"Espera, ella nunca le dijo que sí a Tyler", dijo Emmett bastante confundido.

"No, pero parece que Tyler está diciendo a todos que ella lo acepto", dijo Edward, mirando divertido al libro.

— ¿Perdón? —me quedé boquiabierta—. ¿Qué dices?

—Tyler le ha dicho a todo el mundo que te va a llevar al baile de la promoción —me informó Jessica con suspicacia.

— ¿Que dice el qué?

Parecía que me estaba ahogando.

—Te dije que no era cierto —susurró Angela a Jessica.

Permanecí callada, aún en estado de shock, que rápidamente se convirtió en irritación. Pero ya habíamos encontrado la sección de vestidos y ahora teníamos trabajo por delante.

—Por eso no le caes bien a Lauren —comentó entre risitas Jessica mientras toqueteábamos la ropa.

"Más bien es una de las razones, de eso estoy seguro," dijo Edward.

Me rechinaron los dientes.

— ¿Crees que Tyler dejaría de sentirse culpable si lo atropellara con el monovolumen, que eso le haría perder el interés en disculparse y quedaríamos en paz?

"¿Realmente ella cree que es por eso que él está tratando de invitarla a salir?" Emmett se rió.

"Parece que sí," se rió Edward. "Es tan extraña que no puede darse cuenta de eso - es tan evidente -. Pero se da cuenta de cada resbalón que doy"

"Obviamente, ella esta tan obsesionada contigo que no puede ver lo que está justo en frente de su cara", sonrió Alice.

—Puede —Jess se rió con disimulo—, si es que lo está haciendo por ese motivo.

La elección de los vestidos no fue larga, pero ambas encontraron unos cuantos que probarse. Me senté en una silla baja dentro del probador, junto a los tres paneles del espejo, intentando controlar mi rabia.

Jess se mostraba indecisa entre dos. Uno era un modelo sencillo, largo y sin tirantes; el otro, un vestido de color azul, con tirantes finos, que le llegaba hasta la rodilla. 

"Y conociendo cómo trabaja la mente de Jessica, ella va a estar preocupada por si Bella lo dice sólo para hacerla lucir mal", sonrió Edward.

Angela eligió un vestido color rosa claro cuyos pliegues realzaban su alta figura resaltaban los tonos dorados de su pelo castaño claro. Las felicité a ambas con profusión y las ayudé a colocar en las perchas los modelos descartados.

Nos dirigimos a por los zapatos y otros complementos. Me limité a observar y criticar mientras ellas se probaban varios pares, porque, aunque necesitaba unos zapatos nuevos, no estaba de humor para comprarme nada. La tarde noche de chicas siguió a la estela de mi enfado con Tyler, que poco a poco fue dejando espacio a la melancolía.

— ¿Angela? —comencé titubeante mientras ella intentaba calzarse un par de zapatos rosas con tacones y tiras. Estaba alborozada de tener una cita con un chico lo bastante alto como para poder llevar tacones. Jessica se había dirigido hacia el mostrador de la joyería y estábamos las dos solas.



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En el texto hay: amor, miserio

Editado: 28.08.2023

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