Era un desastre de cuerpos destripados, desgarrados y acumulados en la esquina de la acera todos los trozos de cuerpos tatuados y los piercing los aretes esparcidos.
Sangre roja, brillante, líquida, olorosa, tibia que enrojecia las grises aceras por donde formada un hilito de fluido corriendo por el alcantarillado.
Liam volvió a su estado normal ya mas tranquilo y viendo que su ropa estaba limpia trato de escoger una motocicleta. El hecho de ser lobo iba haciéndose parte de él.
Escogió la que estaba más limpia. Pues no quería causar sospechas. Las motos eran hermosas. No había duda de eso y fue una elección difícil.
Escogio la Ducati ya que era la más limpia además es verdaderamente hermosa.
Subió a su nueva moto y salió lo más rápido posible de aquel lugar. No vaya a ser que alguien me reconozcan.
Seguí la carretera rumbo a Canadá. Calculando en unas veiticinco horas para llegar a Canadá.
Hay una parada y un Motel al lado. En una parte del estacionamiento es para campistas. En estos hay pequeños espacios hay donde estacionar y ponerse comodo.
Para mi suerte en la mochila que llevo hay de todo para dormir afuera. Tomo la bolsa con cierre hermético. Así que me acomodé junto a otras personas que tenían sus propias bolsas o tiendas de campaña.
Y dormí por unas cinco a seis horas. Dorni bien desde hacía mucho tiempo ya. Sin el recuerdo de mis padres sin sueños extraños ni pesadillas que me atormentaran. Realmente dormí.
Las personas que buscan estos lugares son los que les gusta mirar el oscuro cielo y los puntitos brillantes tintinear. Esas son las personas que les agrada dormir asi. Desperté entre las siete más o memos el sueño fue reparador. Desperte con un dia nuevo con las energías renovadas y con la esperanza de algo mejor.
En el Motel había un merendero. Me dirijo al lugar y entro. Pues ahora tengo dinero.
Pido muy seguro de mi mismo un café negro y un sandwiche de huevo con tocino y queso.
En seguida me respondió la señora mayor que atendía las mesas.
Gracias Señora. Liam era un chico muy educado.
Hay que chico más lindo. Aquí tienes cariño.
¡Que rico! ¡Gracias! Señora.
Mientras Liam comia con muchas ganas la Señora camarera se hacercaba a él y le preguntaba.
¿Adónde te dirijes hijo? Su voz era melodiosa, suave y reconfortante voz de Señora amable.
¡A Canadá! Señora voy a Canadá, ese es el plan.
Hijo, disculpa se nota que estas un poco perdido no tienes documentos. ¡Verdad!
Bueno no Señora, así es no los tengo. Decía Liam masticando un trozo de su sandwich.
Mira chico lo mejor es que subas por la carretera hacia las Montañas Rocosas. Llegaras muy arriba pero de ahí puedes bajar al lugar que tu quieras. Pues ya habrás pasado el paso fronterizo.
¡Gracias! Señora, muy amable.
Pago su desayuno. Muy orgulloso de que contaba con dinero para hacerlo y no como la última vez. La casa invita.
Liam no olvidaba a esa linda chica y su perfume.
Volvió a su moto y de ahí se dirijio a lo mas alto de los Bosques de las montañas Rocallosas, Canadá.
Fue buena idea los altos pinos su olor las calles casi desoladas. Fue un viaje relajante, tranquilizador y pude pensar en lo sucedido y en lo que estaba por venir.
Trabaje durante el camino un día por comida otro por unos cuántos dolares. Trabajaba en lo que me ofrecieran pues sin saber había desarrollado fuerza y otras habilidades que me permitan hacer casi de todo tipo de trabajo.
Llegue a un bar llamado Jasper era en los altos de las montañas rocallosas casi no había nada mas. Parecía que ahí terminada la población entre pinos y camioneros.
Hacia frío pero extrañamente yo no lo sentía, es más mi cuerpo continuaba con una alta temperatura.
Entre al bar sin problema alguno era un lugar rustico y pequeño de madera antiguo se veía bonito agradable, acogedor y limpio. Lo adornaron con bombillas de colores lo que daban una sensación de una navidad perpetua.
En salón se distribuian unas cuatro mesas simples y viejos carteles amarillentos pegados en los pocos espacios de las paredes. Junto a la entrada se ubicaba una barra con tres butacas altas. Así de pequeño era aquel lugar.
Los clientes eran hombres que se veían toscos, grandes, rudos, agresivos, poco amigables hasta peligroso.
Líam miro a uno el que estaba en el centro y vio como sus ojos cambiaron a rojo y los demás cambiaban a amarillo. Trayendo recuerdos desagradables de sus pesadillas.
Sacudió su cabeza eliminado cualquier pensamiento intrusibo.
Estos hombres eran simples pueblerinos campesinos, camioneros o forasteros que iban de paso.
Así lo pensaba Liam ya que la otra opción era muy cruel para ser verdad.
AMIGOS LECTORES.
LIAM LLEGA A SU DESTINO Y AHORA QUE PASARA.
ESPEREMOS EL PROXIMO CAPITULO.
NO OLVIDEN APOYAR, SEGIRME Y COMENTAR.
Y LES PROMETI UN MARATON
PUES AQUI VA!!
DISFRÚTENLO MUCHO...
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Editado: 14.04.2025