El viejo me saco de bar y calmo a Victor. Me dijo casi anenazante tu vienes conmigo a la granja. Camina... chico que la vida en la granja empieza temprano. Martha nos espera y se enojará si no llego tarde a cenar.
¿Quien es Martha? ¿Y por qué me sacas del bar? ¿No espera aun no acabo aqui? Aho a devolverme a seguir peleando pero el viejo se interpone en mi camino.
Te dije que vamos chico estúpido, ¡camina ya!. A empujones el viejo saco a Liam del bar.
Liam no estaba muy contento que digamos... Pero siguió al viajo hasta afuera. Por respeto a las canas. Bueno aquí estamos ya salimos y ahora que.
¿Esa es tu moto? ¡Si Y..! Hayyy que error y que falta de respeto.
¡Si, Y QUE! Mantén el respeto muchacho. Y le dio una palmada por detrás de la cabeza. Una palmada dura, callosa que dolió. No fue un gesto fue una reprimenda.
¡Si, Señor! Respondía Liam avergonzado. Lo sigo, usted indiqueme por donde es el camino Señor.
Esta bien, chico sígueme.
Y se fueron juntos. Liam en su motocicleta seguia la camioneta que conducia Don Juan. Carretera abajo unos cuantos kilómetros del bar hasta llegar a una bella granja de trigo.
Bien hijo soy Juan Acosta y ella es mi linda esposa Martha decía besando sus cabellos canos. Y está nuestra granja te quedarás aquí por el tiempo que valores nesesario y creo que será mucho.
Mucho gusto Liam. Soy Martha la esposa del viejo peludo y testarudo.
Doña Martha, conoce mi nombre.
Si, asi es mi niño eso y mucho más. Pero ya habrá tiempo para eso. Ahora te esperabamos.
Empecemos por ir a cenar, vamos muchacho a comer, voy a calentar la cena.
Comida casera, Woo! ¡Que delicia!
Puré de papas con salsa de carne, Bistecs, tortillas. Frijoles molidos, cebolla con hongos, arroz. ¡Que festín!
Liam casi se atraganta con su comida. Despacio chico parece que no habías probado comida casera. Si, Doña Martha pues hace casi un mes que no como tan rico bueno en realidad no cómo.
Cuando acabó con todo aquella deliciosa comida sin intención eructo. Muy, muy fuerte. ¡Lo siento, Señora Martha! Esque tenía tanto tiempo de no probaba comida casera.
Que vergüenza Señora Martha.
Bueno te comportas como un animal. Duermes entre los animales. Dijo Don Juan señalando la puerta de la salida, Dirigiéndose al establo. ¡Jajaja! No chico no soy tan cruel pero si sal vamos a ver tus labores.
Bueno este es tu trabajo. Te levantaras a las tres con treinta de la madrugada y empezaras limpiando los establos y cambiando la paja. Luego hay que alimentar a los animales. Y luego cepillarlos. Yo seguía pensando en que era una broma la hora de despertar que me dijo. Hay debe ser eso
Decía Don Juan que todo lo parecía ver simple. Ahora a dormir, vamos te quedaras en el ático Hay un poco de ropa de algún trabajador antiguo. Talvez te quede bien.
En el Ático pensé que dijo con los amimales. Ves era broma. Bueno si así prefieres los animales. !Vamos! te hare un campo en el establo con toda la paja de los caballos.
No, no, Señor. El ático está bien. El ático es fabuloso. Bueno el ático será.
Dentro de la casa vamos al final del pasillo. Despliega unas escaleras que suben al techo. Subimos y es un lugar amplio muy espacioso y sucio lleno de telarañas y polvo pero era hermoso con una pequeña ventana redonda y de colores en la pared de el fondo. Puedes arreglarlo como quieras y tiene su propio baño privado.
Gracias, Don Juan, Doña Martha.
Buenas noches. Buenas noches joven.
Aquí esta el reloj te lo voy a programar. ¡Listo!
Te veo en la mañana. El reloj empezó a sonar no lo creo son las tres y treinta de la mañana. Era verdad no una maldita broma era hora de levantarse.
Lo apage y puse mi almohada sobre mi cabeza y volví a dormir ya que por la ventana se entraba un rayo de sol iluminando el ático con mil tonos de mil colores debido al cristal del pequeño ventanal.
A las cuatro de la mañana se escucha a Don Juan muy molesto subir las escaleras y tratar de despertarme. A gritos me decía hoy no te bañas ni desayunas a trabajar de inmediato.
¡PERO YA! Gritaba muy fuerte y muy molesto.
¿Pero son las cuatro de la mañana? Se me ocurrió la mala idea de contestar.
Y tú que crees chico citadino. ¡Aquí es diferente! La vida en la granja empieza temprano. Los animales no esperan. Los campo no se atienden solos.
Me levanto a regañadientes. Don Juan cumple sus amenazas. Me manda a trabajar sin bañarme y sin desallunar. Huelo mal y tengo mucha hambre.
¡Yo estoy molesto! Voy pateando cada piedrecilla del camino.
Por dicha la Señora Martha. A escondidas me ha llevado un pan y un trago de café. Aja mi enfado y mi hambre.
¡Gracias, Señora Martha! Es usted verdaderamente amable.
¡No se lo digas a mi esposo! no deseo un disgusto y ya sabes es un viejo gruñón solo eso. No le hagas mucho caso
¡Como usted diga, gracias!
POBRE LIAM LE TOCÓ TRABAJAR Y DURO.
HOLA MIS AMORES LECTORES.
LES DEJO UN CAPITULO INTERESANTE.
NOS VEMOS EN LA PRÓXIMA ENTREGA.
AYOYEN, COMENTEN Y SIGUEME.
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Editado: 14.04.2025