Lian Johnson. Un Chico Lobo.

13. Enfrentamiento con el ALFA.

En aquel momento un aullido ronco y profundo daba la orden de inicio. ¡AHORA! ¡ATAQUEN!

La orden era clara matar a aquel chico. Como un trofeo de casería. El joven que sin querer había entrado a un mundo oscuro, un mundo en que era él. El juguete.

El inocente turista que hacía senderismo en el lugar equivocado y que no tenía nada que ver en aquellos brutales juegos.

El joven chico que solo tubo curiosidad y ahora pagará las consecuencias de su curiosidad. Se convertia en pieza principal de sus juegos.

Asustado, con mucho miedo, lleno de terror y ansiedad, empezaba a comprender el significado de aquella orden.

Empezó la masacre los más grandes lo rodean lo derriban y acorralan e inmovilizaban.

Un hombre lobo natural transformado se lanza contra él y muerde en el cuello rasgando un gran trozo de carne.

Junto con piel llena de cabellos, pequeñas arterias y venas empezaba a sangrar. Esto lo hizo con sus grandes dientes y afilados colmillos.

Con un solo mordisco este lobo rasgo desde el hombro hasta la oreja incluyendo un trozo de la vena aorta. El daño fue profundo y mortal.

Se mira el gran chorro de sangre roja, liquida y caliente y espesa, brillante, que fluye y corre en unos minutos más.

El joven turista trata de alcanzar la herida con sus manos y detener el flujo rojo, líquido. Pero está no disminuye. Es más sigue y suige en aumento por unos minutos.

Empapando la hojarasca y sumiendose en la tierra suelta del bosque, llegando al rio en un pequeño hilo rojo.

Fluyendo juntos manchando las aguas claras y cristalinas en un pequeño remolino de colores difundidos.

Va pasando el tiempo y el fluido rojo, líquido y espeso van disminuyendo indicando la inminente muerte del joven.

Se oyo el aullido del Alfa Real. Alto, con respeto y firme. Ese aullido significaba que era el fin. Dando permiso del festin.

Dando la orden de que lo sacrificaran y todos los lobos de nacimiento y hombres lobos creados.

Empezaron el festín. En cuestión de segundos todos comían de aquel joven. Cómo si fuera normal el comerse a alguien casi vivo.

Aún vivo le sacaban las entrañas (Intestinos, pulmones, hígado, y demás menudencias) y parecía que disfrutaban de tal acto, es más parecia un acto cotidiano.

El corazon era para el Alfa. Era la tradición el significado del poder.

Comían a mordiscos, arrancaban trozos de carne y rasgaban la piel se lo comian y bebían de su sangre.

Cómo si estuvieran comiendo de un animal. Era sangriento, espantoso, ver a todos esos lobos disfrutar del hombre.

Su sangre corria por todos lados los pequeños chorritos brotaban y brotaban. Grandes al principio poco a poco fueron disminuyendo.

Hasta agotarse indicando su muerte. Ahora quien saldría de esto, habría justicia para ese joven. O ese fue su juicio, jurado y sentencia.

De la piel, carne y músculos, los tendones luego las venas y de las arterias rápidamente llegaron a los huesos.

Los cuales mordian, masticaban y desgarraban con tal fuerza que hasta eran hastillados.

El joven turista vivió su pena unos dos a tres minutos en completa agonia y dolor antes de morir. Aun muerto continuaban comiendo y troceando al joven.

Tenían la orden del Alfa de que las manos y los dientes no se tocaban para que la policía lo pudiera identificar.

Eran crueles, rudos, salvajes eran animales. Haci los describió Liam después del ataque.

Líam estaba ofuscado, ¡trastornado! Con un ataque de ansiedad y de pánico no era para menos después de aquella tan horrible esena.

¡Liam! Respira ¡despacio! ¡despacio! Vamos Liam controlate. ¡Liam! Trataba Camila de controlarlo.

¡Liam! Tenemos que irnos. Muévete ¡porfavor! ¡Liam! Y splasss... una cachetada de Camila. Y aún así no salía de su ataque de pánico.

Este se encontraba en poción fetal catatónico sin moverse. Con miedo a ser olido, miedo de convertirse en víctima como el joven.

No dejaba de temblar, de llorar bajito para que no lo oyeran y de sudar hasta mojar su camisa, no se movía del lugar como si hubiera echado raíces a suelo.

Liam estaba viéndose a si mismo, o lo que era capaz de hacer en un futuro cercano.

¡Camila! Tubo que darle un par de cachetadas más ¡splassss! ¡splasss! aunque ella misma las sintio (debido al vínculo)

¡Liam! no hagas bulla tenemos que irnos. Por favor Liam ¡levantate! ¡Reacciona! ¡vámonos! ¡rápido!

Al fin se puso en pie, corrieron donde estaba la motocicleta.

¿Camila sabes conducir? Yo no puedo, así no puedo. Liam no dejaba de temblar.

¡Claro! Liam lanzó las llaves. Yo sé conducir. Súbete y agárrame fuerte.

Cada uno se puso su casco y salieron de aquel lugar. Hasta llegar a la granja. Dónde Doña Martha y Don Juan los esperaban.

¿Donde estaban? ¿Porque salieron solos? ¿Que no estaban pensando? Que paso por qué Liam viene en ese estado. Reclamaba Don Juan energico al verlos llegar.

!Precenciamos una cacería tío! Y Liam se impresionó mucho. Entro en ansiedad y lo único que lo saco de ese estado fueron un par de cachetadas. Contaba Camila sin aliento.

Se impresiono, mucho niña. ¡No lo ves casi lo matas! Cómo no querías que entrara en pánico y ansiedad. Niña inconsciente. La regañaba Doña Martha.

Niña irresponsable como te atreves a que presencié una casería. Apenas está descubriéndose como lobo.

Reclamaban Doña Martha y Don Juan al unisolo. ¡Mientras!

Camila lloraba por Liam y el estado en que se encontraba.

Deja de llorar recuerda el vínculo. Te necesitamos fuerte, digna y correcta. Que el sienta tu seguridad. Sino va seguir igual.

¡El quiere retar a Victor por mi! Y eso no lo voy a permitir. El se sacrificara por mi.

Por eso decidiste matarlo tu antes. Y tampoco es tu decisión lo que el decida hacer. ¡Liam! Se va recuperando poco a poco. En piernas de Doña Martha.

Y se formaba una pequeña discusión entre Liam y Camila.




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