Libertad

*Prólogo

Cómo aconcejarle a un corazón roto. Cómo encontrar palabras para un alma herida. Cómo poder describir lo que ha sido de mi vida durante estos años. Cómo decir lo que siento ahora y lo bien que me siento al ya no sufrir. Ya he dejado de llorar, de preguntarme que hice mal para merecer lo que antes me pasaba.

No abandone a nadie. Simplemente me alejé de lo que me estaba dañando de una manera brutal. Ahora estoy aquí, bebiendo de un buen vino y disfrutando de la tranquilidad del día. Sintiéndome en paz. 

Hasta que el aviso de que ellos están aquí me hace sentir un nerviosismo que no tengo manera de controlar.

Esos mismos nervios que sentí cuando escuche la voz de su padre.

Me levanto de mi asiento y corro para verlos después de esos dos largos años. Al llegar un sentimiento de tristeza volvió a regresar, esos recuerdos volvieron atacarme. Esa nostalgia volvió a descender y ese amor floreció más que nunca.....

Escucharla decirme mamá me consume por completo. Sentirlos de nuevo entre mis brazos me vuelve a los tiempos en los que ellos eran todo para mí.




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