Libertad

Capítulo 1: *El inicio de un adiós.

Anastasia**

--- Necesito mi libertad, ¿por qué no puedes entender eso?--- expresa furiosa---. Estoy harta de que te metas en mi vida, que me digas que debo o no debo hacer. Ya no tengo 10 años mamá, ya soy toda una adolescente que merece ser libre--- exhalo escuchando todo lo que siempre ha dicho.

--- Como tu madre tengo el derecho de hacerte entender que no porque tengas 18 puedes hacer lo que quieras --- expreso tranquila---. Entiende hija que si hago todo esto es porque quiero cuidarte y no dejar que te hundas para que luego sufras de tus equivocaciones.

--- ¡Pues no quiero!--- grita--- ¡Te prohíbo que te metas!, no soy como tú mamá, yo si tengo vida, yo si tengo amigos, y no una vida de mierda como la tuviste tú en tu juventud, encerrada en tu recamara como una nerd estudiando vagamente y excluyéndote de la sociedad --- dicen que las palabras hieren más que los golpes, no lo creía hasta escuchar a mi hija, sus palabras son como una tonelada de piedras disparadas a mi cuerpo, porque no mata, sino que me hiere gravemente.

Busco arrepentimiento en sus ojos, pero no encuentro nada. Tan vacíos que solo expresa desprecio.

--- Estudie como una nerd para que tengas todo lo que hoy tienes, para que tú como tu hermano tengan la mejor comodidad posible, los mejores colegios y las mejores prendas.

--- De que me sirve tener todo eso, si no me dejas ser libre, si no permites que salga a divertirme como lo hacen mis amigas--- frunzo el ceño al no comprender, ¿qué libertad quiere si la tiene?, sale cada fin de semana y nunca se lo he prohibido.

--- ¿Quieres salir todos los días?, perfecto, hazlo, ve, diviértete y se libre--- noto confusión en su rostro. Ya no quiero seguir así, estoy cansada, devastada, lo único que quiero es desaparece y no volver, desconocer mi vida por completo y por una vez después de tanto tiempo ser feliz ---, hazlo hija, que ya no diré nada, tanto tú como tu hermano son libres desde ahora, haz lo que quieras, haz lo que yo no pude hacer a tu edad, pero eso sí, de mi dinero no tendrás nada--- ¿quiere libertad? se la otorgo, pero sin ningún dólar que esta nerd a ganada durante muchos años.

--- No lo necesito--- se encoge de hombros---, se lo pediré a papá--- dice triunfadora.

--- Bien, ahora vete y se libre--- regreso la vista a los documentos que estaba revisando, de reojo veo que se limpia las lágrimas dándose media vuelta para salir del despacho, pero se detiene cuando la puerta es abierta por su padre.

--- Papá--- le habla sonriendo---, ¿me das dinero?. Quiero ir por un café con mis amigas y no tengo para pagarlo--- ignoro la escena.

--- Vete a tu recamara--- eso me sorprende, pocas veces es exigente con sus hijos.

--- Papá, solo será un café--- sigue insistiendo.

--- ¡He dicho que subas a tu recamara!--- expresa fastidiado.

--- Papá solo...

--- Si tanto anhelas un café pídeselo a Sara--- regaña. Mi hija deja de protestar observando en enfado de su padre y camina a hacia su recamara peor de lo que ya estaba.

Él entra sentándose frente a mí, mientras yo solo me limito a ignorarlo concentrándome en el documento.

--- ¿Por qué hiciste eso?--- pregunta con el mismo tono.

--- ¿Hice qué?

--- Darle la libertad que no merece--- levanto la vista enfocándome en sus ojos.

--- Porque estoy harta--- digo sin basilar.

--- ¿Seguiremos así?--- pregunta levantándose del asiento---. Anastasia, llevamos casi 20 años casados y me estoy cansando de todo esto--- mi enojo se enciende como una maldita mecha.

--- ¡Tienes el descaro de decirme que estás cansado!--- me levanto de mi asiento tan enojada que la hago volcar--- . Cuando tú eres el que se ha encargado de arruinar todo, he hecho mucho, he dado tanto a esta familia que lo único que recibo son indiferencias y abusiveses de los que son mis hijos, desinterés de mi marido y vienes a decir que el cansado eres tú--- exploto, pero no derramo ninguna lágrima, todas ya las he derramado y estoy hasta la madre de llorar---. No vengas con hipocresías haciéndote la victima cuando sabemos claramente que no tienes ni una pisca de decencia--- frunce el ceño confundido de mis palabras.

--- ¿Qué estas tratando de decir?--- expresa confundido o simplemente haciéndose el idiota como siempre.

--- Al parecer no tienes las agallas, ¿verdad?--- nuestras respiraciones están aceleradas que nuestro pecho sube y baja.

--- Déjate de mierdadas y dime.

--- Lo sé todo--- empiezo---. Se de tu maldito engaño y no estoy para soportarlo--- soy de carácter fuerte, pocas veces me he derrumbado y muchas me he aguantado, pero ya no, no resisto más, se acabó, todo por lo que he luchado se ha terminado. Estoy consciente que no es culpa mía. He sido madre, esposa y abogada, he dado mucho y he recibido poco. Es momento de soltar y dejar de sufrir a causa de otros.

--- Así que me voy--- término de decirlo. El hombre que conocí aquella noche lluviosa ya no existe más, puede que el amor que el siente se haya terminado, pero el mío prevalece y dudo mucho que se disipe. Nadie tiene la culpa, simplemente esto no funciono, cuando ya no hay amor de por medio de que sirve luchar agotándote en el proceso.

--- Déjame explicarlo, estas confundiendo las cosas y....--- trata de acercarse mientras yo doy un paso hacia atrás. Las malditas palabras vacías que dice  hacen eco en mis oídos cuando soy yo la que lo he visto todo.

--- Te vi Stefan, te vi con ella y nada de lo que me digas borraran lo que vi--- lo interrumpo con soberbia haciendo que su expresión de enojo cambia a lamento.

--- Perdóname, teníamos problemas, trate de dejarla pero ella seguía insistiendo--- el hombre del que me enamore no es el que tengo enfrente, lo amo con todas mis fuerzas, pero la traición es más fuerte que hace alejarme de él lo más antes posible ---. Quería decirte esto, pero tenía miedo a que me dejaras--- toma mis manos acerándome a él ---. Te amo, Anastasia. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.