Luego de aquella pequeña excursión al otro lado del castillo y tras descubrir aquello que mi madre le hizo a Nahuel quedé avido de saber más al respecto ya que mi alocada mente me tiraba teorías que eran locas y si no daba con algunas respuestas en verdad terminaría volviendome loco".
Aquellos pensamientos rondaban por la cabeza de Boris mientras fingía esccuhar las múltiples explicaciones que el rubio mayor le daba sobre la forma en que podia andar por el castillo de Kursh sin perderse.
A Boris le bastó saber cómo podria volver al lugar donde yacían los recuerdos de Nahuel y su pasado únicamente.
Pero Nahuel supo darse cuenta que su invitado tenía la mente en otro lado y tras fruncir el ceño le arrojó uno de los almohadones para captar su atención y por supuesto que haciendo aquello lo había logrado.
Boris fue arrancado de sus pensamientos sorpresivamente. Miró a Nahuel algo molesto al tiempo que devolviendole el almohadón le reclamaba menuda acción pero el rubio mayor se reía a carcajadas.
Esto divirtió a Boris eliminandole la leve molestía que había empezado a sentir ya que al verlo reír así le recordó las múltiples fotos que habia visto de él donde reía felíz. Ahora él volvía a ser felíz nuevamente y eso le daba mucho placer al rubio menor. Así, sin previo aviso se le acercó y lo besó.
Por supuesto que ésto sorprendió a Nahuel pero nada hizo por detener a Boris o apartarse de él, más bien lo rodeó con sus brazos devolviendole el beso con otro mucho más voraz.
La pasión hizo presa de ambos quienes se dejaron llevar por ella. Estaban en el jardin bajo la sombra de un inmenso árbol rodeados de almohadones y bebidas. El calor era agradable ya que corria una suave y refrescante brisa que los envolvía.
Boris lo arrojó suavemente al cesped sobre el resto de los almohadones sin dejar de besarlo. Sus dedos torpemente le desabotonaron la camisa dejándole al descubierto su torax para poder acariciarle la piel y el tatuaje del sellado de Kursh con sensualidad.
Boris no podía pensar solo sabía que lo deseaba y quería poseerlo, tenerlo solo para él y para nadie más. Estaba dispuesto a hacerlo suyo en ese mismo instante y sin rodeos.
Él mismo se quitó la roja polera mientras Nahuel se liberaba del resto de sus ropas, el rubio menor hizo lo mismo. Instantes luego el rubio menor comenzó a besarlo en el cuello marcandolo como suyo.
Fue bajando hasta llegar a su miembro para besarlo y lamerlo con tal sensualidad que lograba enloquecer a Nahuel quien creía haber olvidado aquellos sentimientos pero este muchacho había llegado para hacerle recordar que seguía vivo y tenía derecho a recuperar su libertad al completo.
La pasión siguió invadiélos y llevándolos más allá sin poder detenerse. Nahuel volteó entregandose a ese joven sin saber por qué lo hacia solo deseaba sentirlo dentro suyo. Boris fue penetrandolo lentamente ya que no queria lastimarlo. Las embestidas fueron subiendo de tono hasta llegar a ser fuertes e intensas. Ah...Ah....Borisq....más....
Sus gemidos lo exitaban más de lo que llegó a creer. Cuando llegaron al climax Boris se derramó dentro de Nahuel y este último sobre el cesped. Al cabo de unos momentos ambos yacían abrazados exaustos.
— Hay muchacho ¿qué me estás haciendo?
— Amarte y....liberarte
—¿Liberarme?
— Si.
— ¿De qué?
— De la soledad y el dolor mi amor.
Nahuel lo miró asombrado al punto de no saber qué decirle, solo abrasarlo y besarlo en la frente. Cuando el sol se ocultó y las nubes empezaron a cubrir el cielo formandose fuertes vientos ambos entraron. Nahuel dijo que tenía algo que hacer por lo que le pidió que no lo molestara por un par de horas.
— Puedes ir a donde sea que quieras del castillo menos al sector lugubre de la otra vez.
— Pero....
— Si quieres ir a ese lugar debes pedirme permiso e ir conmigo ¿de acuerdo?
— De acuerdo
Pero Boris fue justamente al sitio donde le había dicho que no fuera, y que necesitaba saber la verdad.
Amaba a Nahuel con locura, no quería hacerle daño pero necesitaba encontrar respuestas. Descubrir la verdad o enloquecería.
Llegó al mismo cuarto de la otra vez y empezó a buscar. Así llegó a una caja donde habia cartas y manuscritos. Boris sacó una y comenzó a leerla.
Eran cartas de Sofía que le mandó a Nahuel, cartas románticas donde le decia lo mucho que lo amaba y lo desesperada que estaba por tenerlo con ella.
Luego leyó otra y otra y otra más. Todas tenían el mismo tono temático, mostraban el corazón de su madre entregandoselo a Nahuel.
Nunca habia conocido ese lado de su madre, se preguntaba ¿qué le pasó para que cambiara tanto?
Leyendo aquello sintió un nudo en la garganta ya que habría deseado poder experimentar un poco de ese amor que al parecer su madre sentía en algun momento del pasado.
Asi llegó a una carta de Sofía que le mandaba a Nahuel diciéndole que estaba embarazada de él y era un varón. Le decía que habia hecho una lista de nombres para el bebé. Al leerlos vió su nombre en la lista.
Se le cayó la carta de la mano empideciendo. ¿Acaso sería lo que estaba pensando? Para salir de dudas siguió buscando y encontró un pequeño cuaderno que decia "Diario de Nahuel". Tras abrirlo al azar leyó una página donde Nahuel escribía mostrando su tristeza debido a la traición de todos los habitantes de la ciudad.
Describía sus sentimientos desvastados porque Sofía le acababa de decir que estaba decepcionada por haber amado a un monstruo pero que ahora no quería saber nada con él.
Cuando Nahuel le preguntó qué pasaria con su hijo ella con intensa crueldad le contestó que su hijo no existía porque lo habia eliminado.
"Cuando Sofía me dijo eso me quedé inmovil mirandola. Creí que habia oído mal y le repetí la pregunta a lo que ella me dijo que lo había matado porque no estaba dispuesta a dar a luz a un monstruo como hijo"
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Editado: 05.03.2021