Un año después…
—El vestido llegó—exclamó una entusiasmada Celeste luego de abrir la puerta—, abuela por fin viniste estaba demasiado ansiosa por ver cómo quedó.
Gema se quedó estática en el lugar luego de que mi hija se abalanzara sobre ella rodeándola con un apretado y reconfortante abrazo.
—El vestido se arruga cariño—antes aquella palabra de un salto se separó para sacarle la funda en donde estaba mi vestido de novia—, se encuentra bien—suspiró luego de abrirlo—, por suerte—me brindó una tierna sonrisa mientras las tres mirábamos el hermoso vestido que había sido diseñado específicamente para mí.
—Bien hija—Gema me dio un breve abrazo para no estropear mi sencillo y sutil maquillaje—, es hora de la fiesta—movió las caderas ante aquello—, la mayoría de los invitados vendrán dentro de pocas horas hay que prepararnos.
Celeste salió disparada hacia su habitación, sus rizos dorados que había tardado una eternidad en hacerlos se movieron espléndidamente cuando corrió para vestirse. Ella se pondría un vestido muy simple que vio en el mercado y que con mucha insistencia le pidió a Emerick que se lo comprara, era de color verde largo y con detalles en sus magas y en los bordes de la falda, era perfecto para una boda en otoño.
—Tengo miedo de que no me entre el vestido—murmuré cuando me quedé en ropa interior mirando al vestido con detenimiento, era justo como lo había imaginado.
—Todavía no se nota—hizo un gesto quitándole importancia—. ¿Ya lo sabe?
—Fue quien se enteró primero.
Ambas reímos.
Emerick fue el primero que se dio cuenta que estaba embarazada y cuando me lo contó estaba extasiado. Era lindo y tierno de ver esa actitud de parte del él, cuando se dio cuenta que pronto tendríamos un nuevo miembro en la familia apuró sus planes para terminar la casa junto al lago, todos vinieron a ayuda, desde mis padres hasta nuestros pocos amigos.
La vida para nosotros había cambiado drásticamente, hacía un mes que me enteré de la noticia de que estaba embarazada, hace pocos días que el proyecto de nuestro hogar había concluido dejándonos una hermosa casa junto al lago, con enormes ventanas y muchas habitaciones, con un concepto rustico que nos identificaba a todos lo que vivíamos en ella. La vida nos brindó a Celeste que poco tiempo después de salir de aquel lugar en donde habíamos sido atrapadas ambas tuvimos una conexión inmediata, ella se convirtió en nuestra hija alguien esencial en nuestra vida, alguien que no esperábamos, pero que junto a Emerick amamos con todo el corazón.
La vida me dio unos padres maravillosos que al enterarse de la muerte y lo que hacía su hija, lloraron y maldijeron y después se alejaron para sanar juntos, cuando estuvieron ambos un poco mejor volvieron para empezar un nuevo capítulo de su vida junto a nosotros que los esperamos con los brazos abiertos.
La vida nos brindó tanto a Emerick como a mí la libertad que estábamos esperando, él por parte de su manada que aceptó que se fuera y que su Beta asumiera el control y por mi parte la libertad de mi pasado encerrada en aquel lugar.
Ambos estábamos juntos como debía ser desde el principio.
Mi vestido se deslizó perfectamente en mi cuerpo. Me miré en el espejo de mi habitación la que compartía junto a Emerick, su olor me permitía relajarme ante los nervios que aparecían por el hecho de que pronto estaría atada a él.
—La modista hizo un estupendo trabajo.
Me miré en el espejo el vestido era completamente de encaje el cual estaba en cada rincón del vestido con diferentes patrones. Gema colocó un pequeño cinturón que ayudaba a darle un toque más sutil y elegante al vestido, los pequeños diamantes brillaban gracias a la luz haciendo que el vestido fuera más mágico.
—Me encantan los detalles—toqué el detalle en los hombros y los botones en las mangas del vestido, detalles que fueron sugeridos por mi hija.
—¡Adivina! —Celeste entró ya vestida. Era hermosa y ambas se lo hicimos saber, ella sonrió ante nuestros halagos—, papá me pidió que te diera esto—me entregó un hermoso par de aros que sorprendentemente combinaba con mi vestido—, admito que ayudé un poco al elegirlos.
Sabía que le era imposible no poder intervenir.
Ya preparadas y con mi peinado cambiado por un recogido a último momento para poder ponerme los aretes, las tres caminamos hasta llegar al lugar en donde se celebraría la boda.
Me paré en el pasillo improvisado en donde Matt me tendió su brazo para que junto a él pudiera caminar hasta Emerick.
La decoración que se seleccionó fue sencilla y acorde a la época en donde se estaba celebrando, la cascada caía detrás de Emerick que me esperaba con una sonrisa en su rostro. El pasillo de pétalos esperaba que lo cruzara, nuestros amigos y familia nos miraban a ambos. No éramos muchos, pero era nuestra pequeña familia que habíamos construido.
Di el primer paso para empezar este nuevo capítulo de mi vida.
Un paso para estar junto a la persona que amaba.
Otro paso para poder iniciar esta historia que estaba ansiosa por comenzar.
Un cuarto paso por nuestra pequeña familia que juré proteger siempre.
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Editado: 29.12.2020