El sol se había puesto y la noche había caído sobre Oakwood, con el campus iluminado por luces difusas y la brisa fresca que soplaba entre los edificios. Emely estaba en su apartamento, sentada en el sofá con una expresión de preocupación. Había estado revisando la misma página de su investigación durante más tiempo del que le gustaría admitir, pero su mente estaba ocupada por pensamientos mucho más pesados.
El sonido del timbre de la puerta la sacó de su ensoñación. Emely se levantó con una mezcla de ansiedad y curiosidad y abrió la puerta para encontrar a Darwin de pie allí, con una expresión preocupada.
—Hola, Darwin. —dijo Emely, intentando sonar relajada.
—Hola, Emely. —respondió Darwin, entrando en el apartamento sin esperar una invitación. —He estado pensando en ti y quería ver cómo estabas.
Emely lo condujo a la sala y se sentó en el sofá mientras Darwin tomaba asiento frente a ella. La atmósfera era densa con una mezcla de tensión y expectación.
—Estoy bien, solo... un poco abrumada por todo. —dijo Emely, evitando mirarlo directamente.
Darwin la observó con atención, notando la preocupación en su rostro.
—¿Qué te preocupa? Parece que hay algo más que te está molestando.
Emely suspiró, sintiendo el peso de las palabras no dichas.
—Es solo que... hay decisiones que debo tomar. Cosas que he estado evitando enfrentar.
Darwin se inclinó hacia adelante, mostrando su interés genuino.
—¿Te gustaría hablar de ello? Estoy aquí para escuchar.
Emely miró a Darwin, sintiendo una mezcla de temor y gratitud. Sabía que había llegado el momento de enfrentar sus miedos.
—Hay algo que necesitas saber sobre mí. —comenzó, su voz temblando ligeramente. —Algo que he estado ocultando.
Darwin la miró con una mezcla de curiosidad y preocupación.
—¿Qué es?
Emely se tomó un momento para reunir el coraje. Sabía que las palabras que estaba a punto de decir cambiarían todo.
—Mi pasado está lleno de cosas que preferiría olvidar. He hecho cosas... cosas que no estoy orgullosa de admitir. Y la razón por la que estoy aquí, en este momento, es por una misión de venganza personal.
Darwin frunció el ceño, sin comprender completamente.
—¿Qué tipo de misión?
Emely cerró los ojos por un momento, luchando por encontrar las palabras adecuadas.
—Mi padre... o, mejor dicho, el hombre que me hizo daño en el pasado, está involucrado en actividades muy oscuras. Y yo... yo he estado planeando una manera de enfrentarlo. Pero eso significa que he estado viviendo una doble vida.
Darwin quedó en silencio, asimilando la revelación. La gravedad de lo que Emely estaba diciendo lo impactó profundamente.
—¿Qué es lo que exactamente estás planeando? —preguntó finalmente, con un tono preocupado.
Emely lo miró, su mirada llena de determinación y tristeza.
—Quiero confrontar a mi padre y detener sus acciones. No sé si esto me dará paz, pero siento que es algo que debo hacer. Pero esto me ha atrapado en un ciclo de odio y venganza.
Darwin se quedó en silencio, procesando la información. Finalmente, tomó una respiración profunda.
—Emely, entiendo que estés luchando con esto, pero enfrentarte a tu pasado no significa que debas hacerlo sola. Hay formas de lidiar con esto sin perderte en el proceso.
Emely lo miró, sintiendo lágrimas en sus ojos.
—No sé si hay una manera de hacerlo sin perderme. Y el hecho de que tú estés aquí, involucrado en todo esto, complica aún más las cosas.
Darwin extendió su mano hacia la de Emely, tocándola suavemente.
—Lo que estás pasando es increíblemente difícil, pero quiero ayudarte. No quiero que enfrentes esto sola. Y si eso significa estar a tu lado mientras luchas con tu pasado, lo haré.
Emely se quedó en silencio, sintiendo la fuerza de sus palabras. El conflicto en su corazón crecía, mezclando el deseo de enfrentar sus miedos con el temor de arrastrar a Darwin a su mundo oscuro.
—Hay algo que necesito que entiendas. —dijo Emely con voz temblorosa. —No quiero que te pongas en peligro por mi causa.
Darwin la miró con firmeza.
—No estás arrastrándome a nada. Estoy eligiendo estar aquí, a tu lado. Y si eso significa enfrentar mis propios miedos para ayudarte, lo haré.
Emely se sintió conmovida por su declaración, pero también temía lo que esto podría significar para ellos. La conversación estaba llevándola a un punto crucial.
—Tengo una decisión que tomar. Y no sé si estoy lista para enfrentar lo que eso implica.
Darwin asintió, reconociendo la dificultad de la situación.
—No tienes que tomar una decisión ahora mismo. Podemos enfrentar esto juntos, paso a paso. Pero quiero que sepas que no estás sola en esto.
La noche avanzó y la conversación continuó, con Darwin y Emely explorando sus miedos y esperanzas en profundidad. Aunque el camino por delante era incierto, la conversación les ayudó a acercarse más y a enfrentar la realidad de su situación.
Cuando Darwin se despidió al final de la noche, Emely se sintió aliviada por haber compartido su carga, aunque el peso de las decisiones futuras aún pesaba sobre ella. Mientras cerraba la puerta detrás de él, se preguntó si estaba tomando la decisión correcta al permitir que Darwin entrara en su mundo complicado.
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El sol se alzaba lentamente sobre el campus de Oakwood, dando paso a un nuevo día lleno de posibilidades y desafíos. Emely se despertó temprano, habiendo pasado una noche inquieta. Su mente seguía girando en torno a la conversación con Darwin y a las decisiones que debía tomar. Sabía que no podía seguir evitando su misión, pero también se daba cuenta de que su relación con Darwin estaba complicando aún más las cosas.
Mientras se preparaba para el día, el timbre de su teléfono interrumpió sus pensamientos. Era un mensaje de Darwin.