Hola chic@s, ¿como han estado?
Mich reportandose con sus amiguitos del bosque.
Como han visto mi libro tiene errores ortográficos, aun no he tenido tiempo de componerlo. Espero me tengan paciencia.
Chic@s la semana que viene comienzan mis clases de nuevo en la uni y la verdad no quiero abandonarlos, por eso he pensado en que los fines de semana subiré un capitulo asi para que también me pueda organizar con la uni y con ustedes, sobre todo tener material de calidad para ustedes.
¿Les parece bien? pueden comentar para que los lea y ahora ¿Qué piensan del libro? ¿les gusta el hilo con el que se esta moviendo el libro?
Chic@s l@s leo.
Los quiere mich <3
Remolinos de petálos de rosas blancas vestían el cuerpo de Veruto y enredaderas así como laurel y olivo se arremolinan entre sus pies. Como si formaran un enorme vestido.
Y en su cabeza tenía una pequeña corona de ramas de plantas quebradizas en otoño. En colores opacos.
Como si tuviera vida propia, los petalos se movieron al compás de los movimientos de Veruto. O mejor dicho de sir Veruto.
Es tan hermosa su expresión y frívola a la vez.
Siento un tirón haciendo que entre a su oficina y con eso cierra la puerta de golpe.
Presiento que esta enfurecido pero entonces su expresión cambia volviéndose más pacifica.
Esto no esta bien.
Definitivamente no.
-No deberías estar aquí-dice al cabo de unos momentos.
-Yo…tenía que preguntar por algo pero es mejor que me vaya.
Sus ojos siguen siendo oliva y el olor que suelta el ambiente, es acogedor.
Como si estuviera en casa.
Casa.
-¿Qué me ibas a preguntar?-preguntó con un tono de voz que nunca había conocido en él.
Estaba asustado.
Nunca lo había oído así.
-Yo…creo que debo irme-dije con mi voz temblando.
En un principio estaba con ese traje que revelaba rasgos de algún rey de cierto cuento de hadas y al otro se transformó como una persona normal.
Como el Veruto que conozco.
¿Veruto era hada?
-¿Por qué?-pregunté con recelo.
Su mirada inquietante me hizo titubear.
-Es muy importante para mi seguir viejas tradiciones.
-¿Tradiciones?-dije con repugnacia.
-Si-dijo al instante.
Bien.
Di un respiro y formulé una pregunta que afectaría a mi familia.
Sobretodo a mi.
-Y, ¿Dónde queda mi familia?-pregunté -¿Dónde quedamos?
Donde quedo yo.
¿Yo?
Decidí no discutir porque sabía a lo que me enfrentaba.
Podían herirlo por mis padres.
Tomé una bocanada de aire y esperé sus justificaciones.
El silencio se hizo incomodo.
-Te escucho-dije indignada.
-No puedo decirte nada, Nolshen.
Como no entendiera que era una de las pocas personas a las que siempre he tenido que proteger.
-Dime de una vez o es que quieres que vaya con mis padres.
Una lágrima corrió por mi mejilla.
Se acercó para acariciar por donde pasó la gotita pero lo aparté.
-No me toques, no quiero tu tacto-. Solo dime porque te has escondido en mi casa.
-¿Tu casa?-preguntó frenéticamente.
-Si, mi casa-. Por más que ejerzas poder para sanar y sesiones de relajación sigues estando en mi casa y yo debo saber más que nadie tus intenciones. Por si quieres lastimar a cada miembro de mi familia.
Se agarra del poco cabello que le queda en la cabeza y puedo ver que unas gotitas se han formado.
-Creo que no debería hablar esto contigo, quisiera que lo entendieras-dice-. Aquí te han hecho mucho daño.
-No quiero que te compadezcas de mi y de nadie-dije levantándome del sillón de pelo de oso.
Ante ese gesto, me muestra lo que como su título dice.
Al presente.
En algún lugar de todo el reino estamos en un lugar frío. Muy frío.
Un bosque.
Puedo ver que hay muchas arboles como pinos, helechos, cedro, encino y muchos arboles que no puedo reconocer.
También hay animales como venados, osos, zorros y otros animales.
Siendo libres.
Y sobretodo hay muchas rosas blancas.
Porque a pesar del frío, las rosas se conservan.
Ahora entiendo de donde viene todo su traje.
Desde lejos puedo ver un lago que se esconde tras toda la vegetación.
No debe tener ningún problema con el clima porque todo aquí es tan bello.
Todo el lugar es como un santuario que aguarda.
De los ojos ajenos.
Pero mis ojos lo han visto asi que no es del todo ajeno.
Camino y puedo sentir que ago me llama pero no distingo ver a pesar de volverme para saber que es lo que me llama.
Sin duda este lugar se ve que es de los mágicos. De las hadas.
-Hola-dice una voz en mi, invadiendo mi cuerpo.
-Hola-dijo Veruto.
-¿Esto es lo que queda de mi hogar?-pregunté al instante.
-Si, solo esto queda-dice Veruto-. Las fronteras no aguantaron. Todo fue destruido.
Editado: 27.12.2019