Holo!
Como lo prometido es deuda, les traigo un cap nuevo.
En dias anteriores habia comentado que tenía vacaciones, sin embargo, hoy entro a décimo cuatrimestre y con ello implica seguir en el calvario de la universidad y todo lo que implica.
Espero el fin de semana subirles un cap y si no poder seguir avanzando más capitulos para ustedes.
No se desesperen todavia no se acaba la historia pero vienen más contradictorias de Neftalí y Nolshen.
Cuentenme como les ha parecido la historia.
Denle me gusta o suscribanse para seguir el libro.
Los quiere,
mich <3
¿Qué había pasado?
Todo el cuerpo lo sentía entumecido y muy cansado.
Estaba tan adolorida y…estaba siendo arrastrada en una galera con un enorme pedazo de tela cubriéndonos de las ventiscas torrenciales.
Para ser exacta estaba encerrada en una celda de madera tan pequeñas que apenas podía acurrucarme con las piernas al pecho. Los barrotes de madera estaban mojadas y las astillas se enterraban en mis dedos cuando los pasaba.
¿Qué es real y que es mentira?
No había nadie. Solo yo.
Mi cabeza daba vueltas y vértigo se asomó para llevarme al sueño.
No lo permití. Presione mi mente para no irme.
Tenía que saber.
¿Qué había pasado?
-Por fin despertaste, bella durmiente.
No.
Enfrente se encontraba Amir acomodando su asiento y riendas del caballo.
Y recordé que Amir tenía a Eleanor con una cara demacrada y asustadiza entre sus brazos.
Vagos recuerdos llegaron como un terremoto despertando la tranquilidad de un bosque en mi memoria.
Como la tempestad suelta en el mar o el revoloteo de murciélagos al ser asustados en su cueva.
Y esa voz etérea inundando mi mente.
-Por fin que he despertado.
No.
-¿Dónde estoy?- pregunté aturdida.
-Ahora estas conmigo y te llevaré para ver cuanto me darán por ti-. Debes valer algo en el mercado y más con ese dýnami especial.
Asi tenía valor en el mercardo. Que idea absurda.
Observe desde atrás del carro que estábamos descendiendo un acantilado.
El tamborileo de éste hacia eco en mi cabeza.
No me importaba el caer al vacío. Necesitaba estar con mi madre.
-Y tus amigos cazadores, ¿dónde están?, ¿qué han hecho con mi hermana Eleanor?
Verdad a medias.
-Tu hermana logro escapar pero pronto la encontraremos-dijo con una satisfacción en su rostro.
No aguanté más y lágrimas comenzaron a surcar mis mejillas.
-Calla si no quieres que te golpee, niña estúpida-dijo con enojo en sus palabras.
Guardé silencio.
Tras varios minutos de silencio, pregunté-¿a donde me llevas?
-Tendremos un viaje corto a Camón.
Camón. Una ciudad del reino de Pieluck.
En casa no contábamos con mapas para ubicarnos pero sabía que ahí se concentraban centenares de soldados, ¿Para que? No lo sabía.
-Yo no quiero ir-dije impulsándome con el poder que tenía en mi cuerpo.
Nada salió.
-Ahora estas cansada y quiero que descanses para recuperarte-e hizo un mohín por mi expresión y estado físico-y si no lo haces, tendrá que ser por las malas. Por que no me darán mucho por ti.
Dentro de la pequeña celda había unas colchas y cobijas así que, sin más me dormí.
-Hola-dijo alguien. Estaba en mi mente.
Di un brinco.
Hola-dije.
-Siento haberte asustado-dijo la voz.
Estaba triste porque no vería a mi madre y tampoco a Mónica. Me habían alejado de ellas.
De pronto esa tristeza se convirtió en enojo. Porque esa voz me hizo perder el equilibrio cuando intentaba liberarme.
-Quien sea que seas quiero que te alejes de mi.
-Que más quisiera hacerlo pero…no puedo.
Su voz sonaba afligida. Estaba triste.
¿Y porque no puedes?-pregunté.
Silencio.
-Porque me has despertado y…debemos buscar a mis hijos.
Pensé que solo estaba soñando pero no. En verdad algo se había metido a mi cabeza.
-¿Tus hijos?-pregunté sorprendida.
-Si, los he añorado por mucho tiempo. Necesito volver a verlos.
A mis hermosas hijas y mi valiente hijo.
Mis guerreros.
-No tengo idea de quien me hablas y además, ¿Por qué estas en mi?, yo no pedí que entres en mi. ¡Sal ahora!
Su voz comenzó a ser melodiosa y persuasiva.
-Por el momento no debemos pelear y además, debes despertar. Quiero ver como lo haces tu solita.
No tenia idea de que hablaba y como estaba claro que no me diría más, comencé a despertar del pesado sueño.
Escuché el traqueteo de la galera y las fuertes pisadas del caballo.
Editado: 27.12.2019