Libro 2 "Bajo la Luz de Nuestras Sombras"

Capítulo 2: Rumores de Venganza

Los días transcurrieron, y aunque la vida parecía tranquila, Emely sentía un nudo en el estómago que no podía deshacerse. Cada vez que escuchaba un sonido inusual en la noche, cada crujido de la casa o susurro del viento, su mente se llenaba de imágenes de su pasado. Aun así, se aferraba a la calidez de su hogar y al amor de Darwin, que la ayudaba a mantenerse anclada en la realidad.

Una tarde, mientras Amara dormía su siesta, Emely decidió salir al jardín. El aire fresco la rodeó, y el suave aroma de las flores le trajo un momento de paz. Sin embargo, mientras admiraba las flores que Darwin había traído, su mente no podía evitar divagar hacia lo que Marina les había advertido.

Emely: (pensando) ¿Qué tan lejos está nuestro pasado de nosotros?

Decidida a encontrar respuestas, buscó a Darwin en la cocina, donde él preparaba la cena. La luz del atardecer entraba por la ventana, dándole un brillo cálido que hacía que su corazón se sintiera ligero.

Darwin: (mirando hacia arriba) ¿Qué tal un poco de pasta esta noche? Amara parece estar disfrutando de sus siestas más largas, así que podemos tener un momento para nosotros.

Emely: (sonriendo, pero con seriedad en su mirada) Darwin, creo que debemos hablar con Marina. Necesitamos saber si hay algo más que deberíamos temer.

Darwin: (frunciendo el ceño) Lo pensé también. Pero, ¿crees que nos ha estado ocultando información?

Emely: No lo sé. Pero si hay algo en marcha, necesitamos estar preparados.

Darwin asintió, comprendiendo la importancia de la conversación. En su corazón, sabía que estaban en un equilibrio delicado y que cualquier señal de peligro podría romper la tranquilidad que habían logrado construir.

Esa misma noche, después de que Amara se durmió, decidieron invitar a Marina a su hogar. Prepararon una pequeña cena, y cuando la puerta sonó, ambos sintieron una mezcla de nerviosismo y anticipación.

Marina: (entrando con una sonrisa, pero con una mirada seria) Gracias por invitarme. Tenía algo que compartir, y pensé que sería mejor hacerlo en un lugar seguro.

Emely: (ofreciendo una taza de té) Nos preocupa lo que dijiste sobre un posible ataque. ¿Hay más información?

Marina se sentó, su expresión oscura y pensativa.

Marina: (bajando la voz) He estado investigando. No solo hay rumores de un ataque, hay un grupo que está decidido a deshacerse de aquellos que se interpusieron en su camino. Quieren venganza, y no se detendrán hasta conseguirla.

Emely sintió que su corazón se hundía. Las palabras de Marina resonaban como un eco en su mente, recordándole lo que habían pasado y cómo esa vida de miedo podía regresar.

Darwin: (con determinación) Entonces, debemos prepararnos. No dejaremos que nos tomen por sorpresa nuevamente.

Marina: (asintiendo) Precisamente. Debemos movilizar a la comunidad. Cada uno de nosotros tiene que estar al tanto de lo que podría venir.

La conversación se intensificó, y mientras hablaban, Emely notó la mano de Darwin apretándose sobre la mesa. La certeza de que la vida que habían construido estaba en peligro era un peso que llevaban en el pecho, pero juntos eran fuertes.

Emely: (firme) No permitiremos que nos arrebaten lo que hemos creado. Lucharemos por nuestra familia y por todos los que amamos.

Marina asintió, con una chispa de determinación en sus ojos.

Marina: Entonces, empecemos a planear. Necesitamos estrategias, y cada miembro de la comunidad debe ser parte de esto.

La noche avanzó, llena de conversaciones sobre preparación y defensa, uniendo a los tres en un propósito común. Emely se dio cuenta de que, aunque el pasado las acechaba, no estaban solos. La fortaleza de su amor y su comunidad era un faro en medio de la oscuridad.




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