La atmósfera del parque cambió instantáneamente. La risa y la alegría se convirtieron en murmullos de preocupación a medida que la figura en la distancia se hacía más clara. Emely sintió que su corazón se detenía al reconocer la silueta: era un hombre que había sido parte del pasado que tanto había tratado de dejar atrás.
Javier: "¿Lo reconoces?" preguntó Javier, frunciendo el ceño.
Emely: "Sí... Es Luis. No puede estar aquí. Esto no es bueno", respondió Emely, la adrenalina corriendo por sus venas.
Darwin, al ver la preocupación en el rostro de Emely, se puso en posición protectora frente a ella y Amara.
Darwin: "Vamos a asegurarnos de que todos estén a salvo. Emely, quédate cerca de mí", dijo, su voz firme.
A medida que Luis se acercaba, la multitud comenzó a dispersarse, el pánico brotando entre los habitantes del pueblo. Emely sabía que debía actuar rápido para evitar que la situación se descontrolara.
Emely: (gritando) "¡Todos, manténganse juntos! No dejen que el miedo los divida. Vamos a enfrentarlo como una comunidad", ordenó, tratando de infundir coraje en los corazones de sus vecinos.
Luis se detuvo a unos metros de ellos, una sonrisa siniestra en su rostro.
Luis: "¿No esperaban que volviera? Siempre supe que el pasado no se olvidaría tan fácilmente", dijo, su tono burlón.
Darwin: (apretando los puños) "No tienes nada que hacer aquí. Este es un lugar seguro, y no vas a arruinarlo", replicó Darwin, su mirada desafiante.
Luis: "¿Seguro? Me parece que he encontrado la debilidad de este lugar: tú. Y ella", dijo, señalando a Emely. "Tu familia no es más que un blanco fácil".
Emely sintió que el aire se volvía denso. Cada palabra de Luis era un recordatorio de sus peores miedos. Pero no se dejaría intimidar.
Emely: (tomando un paso al frente) "No me conoces. No sabes lo que soy capaz de hacer para proteger a los que amo. No volverás a amenazarnos", declaró, su voz resonando con determinación.
La tensión era palpable, y la multitud contenía la respiración. La comunidad observaba, unida en su miedo, pero también en su decisión de defender lo que habían construido juntos.
Luis: "¿Realmente crees que puedes detenerme? Te he estado siguiendo, Emely. Sé más de ti de lo que imaginas", dijo, su tono amenazador.
Javier: "¡Suficiente! No tienes poder aquí. Nos hemos fortalecido desde tu partida. No estás solo en esto", intervino Javier, apoyándose en la determinación de la comunidad.
Luis miró a su alrededor, reconociendo que estaba superado en número. Su expresión de desafío se convirtió en frustración.
Luis: "Volveré. No se olviden de mí", dijo mientras se alejaba, su figura desvaneciéndose en la distancia.
A medida que la tensión se disolvía, Emely respiró hondo, sintiendo una mezcla de alivio y miedo. Sabía que el peligro no había desaparecido, pero la valentía de su comunidad la llenó de esperanza.
Emely: (mirando a Darwin) "Esto no ha terminado. Debemos estar más preparados que nunca", dijo, su voz grave.
Darwin: "Lo sé. Pero hemos demostrado que estamos unidos. No dejaremos que nos quiten nuestra paz", respondió, mirando a su alrededor y viendo la determinación en los rostros de sus vecinos.
La comunidad comenzó a volver a reunirse, el sentido de unidad fortaleciendo el espíritu del pueblo. La noche se convirtió en un testimonio de su resistencia y coraje, y aunque sabían que el pasado aún acechaba, estaban dispuestos a enfrentarlo juntos.