Libro 3: Una guerra debe prevenirse

Prólogo

Ha transcurrido un tiempo desde que ocurrió la invasión del forajido negro, la desobediencia de un sirviente y la épica guerra de las estrellas llameantes, aquí en el universo Rómgednar. El protector se ha ido y nuevamente Kijuxe tiene en su poder la enciclopedia Cóvniem; los consejeros y ayudantes siguen viviendo su vida, al igual que los compañeros faipfems que ayudaron y traicionaron.

El dios regente bondadoso ha construido un templo semejante a la arquitectura griega, ubicado en la ciudad santa de Kinrsátemip Exrsap, donde ahora descansa el libro especial Cóvniem.

Todo regresó a la paz y quietud, pero no fue por mucho tiempo.

El dios serpiente más temido, ganándole por mucho a su hermano lejano Madogis en poder y maldad, aparece justamente en la ciudad santa a través de un portal que abre él mismo. Tomado por sorpresa, Kijuxe no puede reaccionar a tiempo; sus tísegops y éphimits tratan de detener al dios Ginjo, pero son abatidos tan fácilmente por el invasor, venciéndolos con una pizca de su gran poder. Ginjó destruye el templo y roba la enciclopedia.

El dios malvado emprende veloz la retirada, pero su enemigo comienza a perseguirlo; Ginjo piensa que escapando a otro universo logrará perder a Guírn (*1), pero eso no sirve de nada. El dios de luz le pide ayuda a su compañero divino Tevfocpu (*2), quien aparece en un parpadeo a través de un portal, empuñando su lanza especial rupmohe. Tevfocpu se interpone en el camino de Ginjo, provocando así el comienzo de la batalla dimensional por el libro Cóvniem.

—Hola hermano. ¿No crees que estás lejos de tu universo? —inquiere Tevfocpu seriamente, empuñando su lanza negra, la cual genera constantemente energía rupmohe.

—Na, na, na, na, na. Madogis, hermano. ¿No te alegras de verme? Además, estás exagerando; mi universo hogar está ubicado en la categoría ocho, cerca de tu universo categoría siete. Literalmente somos vecinos —dice Ginjo con una sonrisa, sosteniendo la enciclopedia con un brazo, mientras que en la otra empuña una espada. 

—¡Será mejor que devuelvas nuestra enciclopedia! ¡¿Cómo supiste dónde estaba?! —pregunta Guírn en su forma humanoide dorada, empuñando la gran porra sagrada Lapqú; la misma porra que utilizó al final de la batalla de Exrsap (*3).

Ginjo solo intercambia una mirada burlona con Guírn, para luego regresar su atención con el otro dios; los adversarios están en medio del espacio y de un universo desconocido.

—Por eso nunca serás tan poderoso como yo; tienes un compañero débil. Si gobernaras tú solo ese universo, podrías… tal vez… igualar mi poder; pero prefieres compartir todos tus dominios, los cuales te pertenecen por ley. Me das lástima, hermano —dice Ginjo ahora molesto.

—¡Responde la pregunta! ¡¿Quién te dijo sobre la enciclopedia Cóvniem?! —grita Tevfopcpu, apuntando su lanza hacia su familiar.

—Un demonio especial me visitó hace poco; su poder era… considerable, pero no era rival para mí. Me dijo todo acerca de este libro especial —dice Ginjo, alzando la enciclopedia un poco—; también me dijo que tenía un plan para conquistar su universo. Yo sabía desde antes que su plan fracasaría… y al parecer él también. Me dijo dónde podía encontrar la enciclopedia si acaso perdía la batalla, por lo que fui directamente al planeta Nusueri.   

«¡Maldito forajido!», piensa Tevfocpu al entender de quién habla Ginjo.

Sin necesidad de más palabras Guírn es el que comienza la batalla, lanzando golpes con su porra blanca; Ginjo se defiende con su espada. Ayudando a su compañero, Tevfócpu se abalanza contra su hermano. La batalla es pareja, teniendo que soportar Ginjo los golpes por parte del arma primitiva de Guírn, la cual es más fuerte que cualquier metal conocido.

Enojado de los dioses molestos, Ginjo toma distancia, utilizando su técnica especial.

—¡Cañón Ultimátum de Aguijón! —exclama él. Todas las serpientes en su cabeza se juntan, para luego disparar una poderosa bola de fuego.

Tevfocpu llega a tiempo en frente de Guírn, haciendo brotar sus cadenas vivientes para formar un escudo y protegerse ambos del ataque.

—Será mejor pedir ayuda. Nosotros dos solos no podremos derrotarlo —le dice Guírn a su compañero.

—Solo podremos pedirles ayuda a ya sabes quienes; espero que no estén muy ocupados —dice Tevfocpu mientras soporta el ataque de Ginjo.      

Al instante siguiente ambos dioses llaman a sus mejores amigos con sus pensamientos, mientras reanudan la batalla cuerpo a cuerpo con Ginjo. La lanza de Tevfocpu choca constantemente con la espada de su hermano, pero logra herirlo en varias ocasiones; él sabe cuál es el punto débil de Ginjo, pero no logra darle un golpe directo a ese lugar. Momentos después llegan los refuerzos. Un portal se abre, apareciendo ambos dioses del tiempo-espacio: Hastur y Azathot.

—¡Madogis, Kijuxe! ¡Ya llegamos! —grita Azathot.

—¡¿Ellos?! ¡¿Qué hacen aquí?! —exclama Ginjo, sorprendido.

Ahora son cuatro contra uno; Ginjo trata de usar la enciclopedia para escapar, pero no puede abrirla. Trata de protegerse de las armas de Azathot y de Tevfocpu, las cuales son las únicas afiladas. La batalla sigue, hasta que el dios Hastur decide usar un conjuro arriesgado.

—¡Astral Abism! —exclama el dios Hastur.




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