Libro 3: Una guerra debe prevenirse

Capítulo 44 “La gloria antes del desastre”

Lugar: Centro de Arvtess, Pemetoe, Jedram.

 

Es la madrugada. Todos son despertados y sacados de sus camas; unos cuantos de los hackers expertos y soldados se quedarán en Arvtess para seguir con la investigación de esta ciudad. Antes de que los grupos se reúnan, Yev-Lirn, Akuris, Abihu y Fiorello tienen su propia reunión.

—Entonces, ¿cómo se abren portales con la energía yaerp y rupmohe? —inquiere Yev-Lirn.

—Básicamente solo concéntrense en la ciudad y lugar a dónde quieren llegar y junten sus energías, eso es todo. Así de fácil —explica Édznah tranquilamente.

—Facile para ti. Yo apenas estoy conociendo este planeta —comenta molesta la faípfem Akuris.

—Per fortuna, orsetta, yo sí conozco todo este astro; especialmente Quekea. Ahí pasaba mis vacaciones preferidas, antes de conocer a mio collega —expresa Fiorello, recordando feliz esos tiempos.

—¿Vacaciones? Eras un mercenario; prácticamente todo el tiempo estabas de vacaciones —le dice confundido Abihu, volteándolo a ver.

—Oye. Tenía que estar buscando constantemente a nuevos clienti, y eso también era cansado —responde Evangelos de mala gana.

—Eso significa que me acompañarás, draghetto. Que bien —celebra Akuris muy feliz.

—No precisamente, amore; un ragazzino mío irá contigo —dice Fiorello.

—¿Ragazzino? —indaga perplejo Yev-Lirn.

Fiorello extiende su brazo izquierdo a un lado; al segundo siguiente, una cadena viviente emerge por debajo de su piel en la zona de la muñeca, hasta que abandona completamente el cuerpo de su dueño. La cadena tiene varios metros de largo; en una de las puntas, tiene incluido un cincel bastante puntiagudo. Breves momentos después de caer completamente al suelo, la cadena viviente se transforma en una serpiente negra de solo un metro de largo, pero actúa como un perro muy feliz, porque mueve el final de la cola alborotadamente y se empieza a mover rápido alrededor de los cuatro reunidos.

—Il mio ragazzino irá contigo. Tiene una excelente memoria y te ayudará a visualizar cualquier lugar de este planeta —explica Fiorello, mientras acaricia la cabeza de la serpiente siseante, quien ha empezado a subir por su pierna; luego, le dice a la serpiente—. Hitler, se bueno con tu mamma y ayúdale para que pueda abrir unos cuantos portales. En unos momentos nos volveremos a ver. —Al final, Fiorello le da un beso a la cabeza de la serpiente.

El reptil se desliza rápidamente hacia abajo, para luego subir por una de las piernas de Akuris, hasta que llega a su brazo izquierdo, donde frota cariñosamente su cabeza con el rostro de su dueña temporal. Para finalizar, enrosca todo su largo cuerpo en el brazo izquierdo de la pu-naisvu.

—¡Che bello! —expresa ella, feliz, acariciando la cabeza de la serpiente.

—Ya vámonos, nos están esperando. Ustedes vayan al piso de arriba y nosotros al de abajo —comenta Abihu, un poco desesperado.

Los cuatro se despiden por el momento y se separan.

—¿Hitler? ¿Le pusiste nombre a una de tus cadenas? —le pregunta Édznah a su colega, extrañado, al tanto que caminan por los pasillos del hotel.

—No solo a una; a todos mis dieci ragazzini: Hitler, María Tudor, Pinochet, Antonina, Belle infernal, Vlad, Erzsébet, Marcos, Funky y Moisés —recuenta Fiorello muy feliz.

—Uugh. Tú y tus locuras —menciona Abihu con molestia, mirando por unos segundos el techo.

Los grupos se organizan y reúnen en dos suites diferentes. La mejor táctica que se les ocurre a los guardianes, al comandante y a los dos sabios (Friedrich y Nhómn) es que todos aparezcan en el aeropuerto o en la central de autobuses. Igualmente tienen que ser en diferentes tiempos y en grupos diferentes; enviar de uno en uno a la ciudad más peligrosa del planeta es una total locura. Antes de poner en marcha el plan, Francisco tiene que encargarles a varios compañeros que cuiden de Quetzalzin mientras regresan al hotel en Arvtess, pero la niña no se quiere separar de su papá o su nueva posible mamá. Nila se ofrece para quedarse y cuidarla, junto con el eunuco Nhómn; todos opinan que es la mejor solución.

Ya listos, Abihu y Fiorello abren un portal al aeropuerto de Quekea, permitiendo que los primeros soldados lleguen a su destino. En el otro piso, Akuris y Yev-Lirn abren el otro portal a la central de autobuses de la misma ciudad.

El arcángel extiende la mano hacia adelante, proveyendo de la energía yaerp. Antes de que Akuris haga algo, la serpiente de Fiorello (Hitler) muerde la muñeca de la faípfem; ella siente un mínimo malestar. Gaels cierra los ojos e inmediatamente puede visualizar el lugar en cuestión; cada detalle es bastante claro, aunque en realidad nunca ha visitado tal edificio.

Paulatinamente, todo el gran grupo llega a la ciudad de Quekea. Todos están bastante nerviosos, esperando encontrarse con algún criminal con cada paso que dan; los han transportado prácticamente a la salida de cada terminal, para evitar las supuestas revisiones que realizan a cada escaso nuevo visitante que llega. La mayoría de los elementos tienen un teléfono celular a la mano para mantenerse comunicados; David usa sus habilidades para transmutar dos pequeños bloques de hielo en esos aparatos, dándoselos a Ricardito y a Desmond.




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