Libro 3: Una guerra debe prevenirse

Capítulo 51 “Réum Slee realiza un buen trabajo”

Lugar: Centro de Arvtess, Pemetoe, Jedram.

El grupo de la FESEDERM que se ha quedado atrás, en la otra isla, han estado muy al pendiente a las noticias de sus compañeros en Quekea; la última transmisión que obtuvieron de sus compañeros, fue cuando les informaron que se habían atrincherado en los puntos secretos de cada hotel. Nila intenta distraer a la pequeña Quetzalzin, quien está preocupada por su papá, llevándola a otro cuarto apartado de la suite donde está el grupo de militares y miembros de inteligencia; entre tanto, Nhómn no sabe qué hacer. No puede dejar de pensar en sus compañeros atrapados en esa ciudad perversa. El eunuco camina constantemente entre las dos habitaciones, tratándose de calmar; entre esas caminatas es sorprendido por varios qumksos invasores.

Es una fortuna que Nhómn nunca se separa de sus cuernos-cantimploras, fuentes de la energía nema que puede manipular. En un segundo, el guerrero eunuco invoca su guadaña de doble hoja, enfrentándose  y eliminando a las amenazas; primeramente se dirige con los militares que están reunidos en el cuarto, avisándoles del peligro, para luego dirigirse con su amiga faípfem.

 

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En otro cuarto, Nila y Quetzalzin no se han dado cuenta de lo que está ocurriendo afuera; Oleim está jugando con la niña, pero la diversión se echa a perder de un instante al otro. Réum Slee aparece adentro del cuarto, justo en la puerta y luego de una breve humareda negra. Inmediatamente Nila prepara sus falcatas griegas, mientras que la pequeña Quetzalzin se oculta atrás de la hevpou semi-acuática. 

—Hola Nila. Hace tiempo que no nos vemos —saluda Slee al tanto que sonríe con malicia.

—¿Réum Slee? ¿Cómo entraste? —inquiere sorprendida la faípfem.

—Recuerda que puedo pasar al plano divino y atravesar objetos; solo busqué por un tiempo, hasta encontrar lo que buscaba —dice la matriarca, observando a la niña que se esconde atrás de su protectora.

—Esa mujer me da miedo, mami —dice Quetzalzin, asustada.

—¿Mami? ¿Te acaba de llamar mami? —inquiere la mujer coeflhom sin quitar su sonrisa.

—Será mejor que te vayas antes de que termines lastimada —le advierte Nila muy enojada a su ex compañera.

—Creo que será al revés —dice Réum seriamente.

Al segundo siguiente, la matriarca invoca a varios demonios para que le ayuden a capturar a la niña, pero Nila la protege en todo momento; usa su larga cola de escualo para mantener alejada a la pequeña, mientras destruye a las amenazas gracias a sus falcatas envueltas en fuego blanco yaerp, realizando el mismo truco cuando se enfrentó contra Aris (*37). Desafortunadamente, los qumksos lentamente arrinconan a sus dos presas; llegando al rescate aparece Nhómn Beleg, quien ha escuchado el alboroto adentro del cuarto. Derriba la puerta gracias a su energía nema, encontrándose cara a cara con una vieja conocida.

—¡¿Tú?! —exclaman Slee y Nhómn al mismo tiempo, sorprendidos.

Inmediatamente, ambos guerreros de la tercera edad se enfrascan en un combate cuerpo a cuerpo: Beleg usa su guadaña doble, mientras que Réum usa su bastón-maza, con esos picos afilados en la punta del mismo.

Los qumksos dejan de aparecer, debido a que la matriarca ha sido desconcentrada, permitiéndole a Nila abrirse camino hacia la salida. Una vez que se encarga de las molestias, la faípfem de zilhao-tiburón carga a la pequeña en sus brazos y sale corriendo del cuarto. Percatándose de que el premio mayor escapa, Réum Slee decide actuar más seriamente y dejar de confiarse; falló en Colombia, pero no piensa dejar atrás tan fácilmente esta oportunidad. Esa niña es demasiado especial; tanto, que Slee no ha podido quitársela de la cabeza en estos días que han pasado desde que la conoció fugazmente.

La matriarca vuelve al plano divino y alcanza a las dos fugitivas; Nhómn trata de alcanzarla, pero un par de qumksos lo retrasan.

Nila y Quetzalzin corren por un pasillo, hasta que Slee aparece al frente de ellas nuevamente impidiéndoles el paso; todavía empuña su gran arma especial.

—Hoy me llevaré a mi nueva hija. Es una lástima que tengas que morir; de verdad tenías potencial para pertenecer a la hermandad —comenta la mujer de ojos muy oscuros y cabello recogido.

Usando una de sus habilidades especiales, la coeflhom hace aparecer nuevos soldados, pero estos demonios negros son búpsoefs menores; bestias atemorizantes mucho más fuertes que los qumksos. Otra vez Oleim usa su larga cola para proteger a la hija del comandante, aunque no servirá de mucho, porque los nuevos enemigos las rodean en un segundo.

La guerrera ótsilper lucha nuevamente con sus dos falcatas; infortunadamente, sus armas no les provocan mucho daño a las nuevas creaturas, porque toda su piel está cubierta de escamas bastante resistentes; aparte de ese detalle, las bestias salvajes son demasiado ágiles. En un segundo, Nila recibe una fuerte mordida en su brazo derecho, enterrándose unos colmillos puntiagudos profundamente en sus músculos; la faípfem da un grito de dolor, sin poder evitar que su mano derecha suelte la espada que empuñaba. En el siguiente segundo, Nila recibe otro ataque; uno de los demonios (un tipo de felino),  lanza un zarpazo con sus filosas y grandes garras directamente al abdomen alto de la valiente guerrera, provocándole heridas largas, profundas y graves. Su ropa simple es desgarrada fácilmente, salpicando su sangre por una parte del pasillo.




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