Capítulo 8 A la nueva puerta

Capítulo 8

A la nueva puerta

Rodión, sin detenerse ante las dificultades que había experimentado, ya había logrado subir las escaleras hasta el siguiente piso. Se levantó para encontrarse con algo nuevo. A medida que subía las escaleras más y más alto, comenzó a notar cómo la realidad empezaba a cambiar debajo de él, y en este mundo misterioso y desconocido para él, él era solo un invitado temporal. Bajo mis pies vi un suelo transparente y un océano con una playa dorada flotando debajo. El barco se balanceaba suavemente sobre las olas azules. Habiéndose elevado aún más, giró la cabeza y vio como los muros de los lados quedaban abajo, y las escaleras se extendían hacia arriba hasta la puerta dorada que apareció en el último escalón detrás de las nubes. Empezaron a aparecer rayas blancas y desmenuzables. Se transformaron en nubes redondeadas de color gris oscuro y, en algunos lugares, blancas como la nieve. Miré hacia el techo, y el techo sobre mi cabeza desapareció. En su lugar apareció un lienzo azul nocturno con pequeñas estrellas que brillaban con un brillo blanco. Habiéndose encontrado casi en la cima de algo desconocido, y elevándose cada vez más sobre la isla, comenzó a notar cómo, cerca de la primera puerta que tenía delante, comenzaba a aparecer una segunda puerta, brillando del mismo color. Ahora tendrá que tomar una decisión que le permitirá completar su camino, o empezar de nuevo, o tal vez perecer en este mundo, sin saber nunca la verdad y por qué vino aquí y perder su sentido, y tal vez su vida.

Rodion pensó:

- A veces, después de haber invertido tanto esfuerzo, podemos perder todo lo que tanto hemos trabajado para conseguir sólo por una decisión equivocada. Podemos quedarnos sin nada, y sin lo más importante, que es la victoria sobre nosotros mismos, que siempre se consigue con nuestra fuerza de voluntad y los verdaderos sentimientos de nuestra alma, que nos da fuerza y alegría de vivir.

Miró en todas direcciones, y en todas direcciones ya había un mundo diferente, el edificio se volvió transparente y pensó de nuevo:

-Es un mundo mágico. Las paredes y todo lo que me rodea se volvió transparente y ahora veo todo como a través de un cristal fino. Necesitamos seguir adelante. Sin la voluntad de alegría y de vivir una vida feliz, sólo podremos soñar y quedarnos quietos, pero nunca ganar. Nuestra voluntad es nuestra vida, ella trae nuestros logros y victorias a nuestro destino, y la felicidad más simple le sigue.

Subió más alto. Empezó a sentir el viento fresco y las gotas de agua turbia que volaban sobre su cuerpo cansado y caliente por el viaje que había recorrido sin descanso. Las gotas transparentes dieron un pequeño y refrescante soplo de libertad en el camino hacia las dos puertas que había delante.

Rodion pensó:

-¿Qué pasará después? ¿Qué me espera detrás de una de las puertas que he elegido? Tendré que hacer mi elección y entrar por una de dos puertas. La segunda puerta dejó un gran misterio porque apareció muy rápido e inesperadamente. No sé qué podría haber ahí. No sé la respuesta. Mi elección decidirá todo, incluido mi destino futuro. ¿Y qué hay detrás de la primera puerta? Yo tampoco lo sé, y solo lo sabré cuando los ingrese. ¿Hay alguna manera de volver atrás después de tomar una decisión? Tampoco sé la respuesta a esta pregunta.

Rodion siguió subiendo más alto y no se detuvo. Caminó hasta el último escalón. Se detuvo sólo frente a dos puertas que brillaban con luz blanca y dorada.

Levantó la cabeza y dijo con voz confusa:

-Ahora seguramente debo hacer mi elección final. Quizás esto sea lo último que vea en mi vida, o quizás vea una nueva vida ante mí. Entiendo que en una puerta estará mi respuesta, y en otra, hasta me da miedo pensar en lo que pueda haber ahí. ¿Qué me puede esperar allí? No sé.

Se paró confiado frente a la puerta y extendió ambas manos hacia la puerta que había elegido intuitivamente. Los abrí cuando de repente la luz del sol brillante inundó toda la habitación. La luz cegó los ojos con un destello amarillo que se hundió profundamente en la oscuridad, y con él, el silencio se ocultó en el espacio oscuro. Vi un nuevo desconocido.

Rodion se dijo en voz baja:

- He tomado una decisión y tengo que llevarla a cabo. Esto podría ser lo último que vea en mi vida. No tengo elección, tengo que hacerlo.

Rodión inclinó la cabeza y gritó en voz alta:

-Quiero ir a casa.

Se metió en la abertura de la puerta y corrió hacia lo desconocido. Con cada metro y paso que daba, caminaba hacia adelante, luchando por superar la distancia de la habitación, que se hacía cada vez más brillante. Vio rayos blancos de luz diurna delante, atravesando la oscuridad, y dijo en voz alta:

-No quiero empezar todo de nuevo. Quiero seguir adelante

Podría comenzar de nuevo su nuevo camino y tendría que superar dificultades completamente diferentes, y tal vez no llegaría al final la segunda vez, y podría quedarse para siempre a mitad del camino, sin encontrar nunca la respuesta a su pregunta. Nunca supe quién era realmente ni cómo llegó aquí.

Rodion pensó por un momento y dijo en voz baja:

- Después de todo, ya he estado aquí antes y este no es mi primer intento de completar este viaje.

Había estado en esa habitación oscura muchas veces antes. Cada vez le faltaba el coraje de mirar hasta lo más profundo de la habitación. No se atrevía a ir más lejos y siempre regresaba, cerrando tras sí la puerta, la misma puerta. Cerrar la puerta significa volver al principio y comenzar de nuevo el viaje. Todo de nuevo. Regresé al principio y lo olvidé todo, y volví a recorrer todo el camino hasta el final, hasta esta puerta. Esta vez tuvo el coraje de verlo todo con sus propios ojos y llegar hasta el final de la habitación, para conocer toda la verdad sobre sí mismo. Ya me había caído varias veces del miedo, olvidándome de mi recorrido por la isla y empezando todo desde cero. Una fuerza desconocida estaba devolviéndolo todo al momento mismo en el que él yacía en el barco, navegando a través de la inmensidad de un océano desconocido hacia un destino desconocido. Caminé por este camino y nunca llegué al final. Parecía darse por vencido en los últimos pasos antes de la meta visible.