Libros malditos

Capitulo :1 El libro de Toth

Según algunos egiptólogos, entre ellos René Schwaller de Lubicz y Charles Daly King, existió una civilización "pre-egipcia" que nada tuvo que ver con la posterior de su mismo país. Según sus cálculos, dataría de 20.000 a 40.000 años de antigüedad, y habría gozado de una transformación notable. En ella habrían podido desarrollarse como civilización y haber durado cerca de 3.000 años. Los faraones y sacerdotes habrían tenido en sus manos un rollo o una serie de hojas que contenían secretos de diversos mundos y que otorgaban gran poder a sus poseedores. Este compendio recibe el nombre de Libro de Toth, pero ¿Quién era este personaje?

Según los expertos, se trataría de un ser mitológico que sería anterior a Egipto. Es representado por un ser humano con cabeza de ibis, con una pluma de caña en su mano y una paleta con la tinta que se empleaba para escribir en pergamino; sus otros símbolos son la luna y el mono.

Una representación gráfica de Toth.

De acuerdo a la tradición más antigua habría inventado la escritura y estado presente como secretario en todas las reuniones de los dioses. Se lo asocia con la ciudad de Hermópolis y con unos reinos subterráneos, para ser relacionado más tarde con Hermes. El papiro que lleva su nombre contendría la fórmula para el poder ilimitado.

La primera alusión a este libro aparece en el papiro de Turis, descifrado y publicado en París, en 1868. Allí se relata una conspiración mágica contra el Faraón encaminada a aniquilarlo, junto con sus principales consejeros, por medio de oscuros hechizos hechos con figuritas de cera construídas a su imagen y semejanza -¿Un antecedente antiquísimo del vudú?-. Cuarenta funcionarios y seis encumbradas damas de la Corte fueron condenados a muerte y ejecutados. Otros se suicidaron. Entonces, el libro de Toth fue quemado por primera vez.

El papiro tiene una nueva aparición en la historia de Egipto, en manos de Kanuas, hijo de Ramsés II. En apariencia, él tenía el original, escrito de puño y letra de Toth, y no por un escriba. De acuerdo a los documentos, este libro enseñaba la manera de mirar al sol cara a cara. Otorgaba poder sobre la tierra, el océano y los cuerpos celestes. Daba la facultad de interpretar los medios secretos utilizados por los animales para comunicarse entre ellos. Permitía resucitar los muertos y obrar a distancia.

 

Kanuas, consciente del peligro que encarna poseer semejante material, quema el libro original, o pretende hacerlo. Curiosamente, dado que según el texto del mismo documento el libro procede del fuego, no puede ser dañado por este. De momento, desaparece para volver en las inscripciones de la "Estela Metternich", descubierta en 1828 en la ciudad de Alejandría y data del año 350 antes de Cristo. Hay representados más de trescientos dioses y el propio Toth anuncia que hizo quemar su libro, lo cual entraría en contradicción con la historia anterior. Aún así, concluye explicando que hizo expulsar al demonio Set y a los siete señores del mal.

 

La "Estela Metternich"

A partir del año 300 antes de Cristo, vemos aparecer de nuevo a Toth, identificado esta vez con Hermes Trismegisto, fundador de la alquimia. Los magos de Alejandría, alardean de poseer el manuscrito, pero éste no aparece nunca: cada vez que alguien se jacta de poseerlo, sufre algún accidente extraño. Entre principios del siglo I antes de Cristo y finales del II después de Cristo, aparecen numerosos libros que constituyen, en su conjunto, el llamado Corpus Hermeticum. A partir del siglo V, estos textos son coleccionados, y en ellos pueden encontrarse referencias al Libro de Toth, pero nunca una indicación precisa que permita encontrarlo. Los textos más célebres de esta serie son los titulados Asclepius, Koré Kosmou y Poimandres. El primero de la lista brinda una descripción llamativa del poder de las civilizaciones desaparecidas:

"Nuestros antepasados habían descubierto el arte de crear dioses. Construyeron estatuas, y, como no sabían crear almas, llamaron a los espíritus de los demonios y de los ángeles, y los introdujeron, gracias al misterio sagrado, en las imágenes de los dioses, de modo que estas estatuas recibieron el poder de hacer el bien y el mal". Este conjunto de escritos herméticos pudo encontrarse principalmente en el Corpus Hermeticum, y estos textos son los que propagaron el Libro de Toth. La Inquisición lo quemó al menos treinta veces, y se necesitaría mucho tiempo para enumerar los extraños accidentes sufridos por los que se jactaban de poseerlo.

 

El "Corpus Hermeticum"

Sea lo que fuere, jamás ha sido visto impreso o reproducido de algún modo. En el siglo XV, empezó a circular una leyenda extraña. Según ésta, la sociedad secreta que tenía el Libro de Toth, vulgarizó un resumen del mismo, una especie de fichero accesible a todos. Este fichero no sería otra cosa que la famosa baraja de naipes llamados tarots. Esta idea se encuentra expresada sin ambages, por primera vez, en un libro de Antoiné Court de Gébelin: Le monde primitif. Court de Gébelin, publicó esta obra en nueve volúmenes, entre 1773 y 1783. En ella pretende haber tenido acceso a un antiguo libro egipcio:




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