Licántropo y Metamorfomaga

PRÓLOGO

Al regreso del Señor Tenebroso, magos y brujas que, si creyeron en las afirmaciones de Harry Potter, comenzaron a unir fuerzas para los tiempos oscuros que se avecinaban.

Sirius Black le ofreció a Albus Dumbledore su casa, no había lugar más seguro y con hechizos de magia antigua más poderosos que en el número 12 de Grimmauld Place.  Era el lugar ideal como cuartel general para aquellos que formarían parte de la nueva Orden del Fénix que ya había comenzado con el proceso de reclutamiento.

—Hay algunos Aurores muy capaces que podríamos reclutar— anunció Albus Dumbledore.

—Creo que Kingsley Shacklebolt está de nuestro lado —añadió Arthur Weasley.

—Y tú, Alastor ¿has pensado en alguien, en algunos de tus conocidos? — preguntó ahora, al mago que se encontraba al final de la mesa.

—Si. —Gruñó Alastor Moody conocido como Ojoloco— una de mis pupilas, es bastante joven, pero es muy capaz, inteligente y audaz, pero debo decir que también es algo torpe, aun así, tiene toda mi confianza es muy buena Auror —concluyó con media sonrisa.

—¿La conocemos? —preguntó con curiosidad Dumbledore.

—Creo que si, al menos tu Albus debes acordarte de ella ya que hace poco concluyó su formación en Hogwarts —hizo una pausa al ver que todos los allí presentes lo miraban expectantes esperando escuchar el nombre de su recomendada. —Es Nymphadora Tonks, hace un año que se graduó de la Academia de Aurores.

Al escuchar este nombre, Sirius que estaba muy atento dio un leve respingo sobre su asiento que solo Remus Lupin que estaba a su lado lo notó.

—La recuerdo bien, era una excelente alumna en sus estudios, aunque no podría decir lo mismo de su conducta —sonrió Dumbledore.

—Disculpa, Moody, ¿puedes repetir el nombre de la Auror que acabas de mencionar?  Creo que no escuché bien.

—Claro.  Nymphadora Tonks.

Sirius recibió aquella certeza con una mezcla intensa de confusas emociones y su rostro levemente lo fue revelando.

Dumbledore al entender su reacción, intervino para aclarar las interrogantes silenciosas de los demás.

—Si no me equivoco, puedo afirmar que la señorita Tonks es algo así como una sobrina para ti, Sirius, ya que es hija de tu prima Andrómeda que era muy cercana a ti.

Todos, excepto Moody que también tenía conocimiento de aquella información, enfocaron toda su atención en Sirius.

—Sí, es hija de mi querida prima Andrómeda que hace doce años no veo y supongo que después de Azkaban no querrán saber nada de mi— contestó Sirius con cierta dosis de melancolía.

—No subestimes la percepción de tu prima y de su hija.  Tu inocencia…

—Jamás fue demostrada y dudo que ahora por cómo van las cosas pueda hacerlo —interrumpió Sirius con amargura al recordar que la única posibilidad de probar su inocencia había escapado junto a la rata de Pettigrew.

—…Dar como certeza algo que aún no has tenido la oportunidad de comprobar —prosiguió Dumbledore a pesar de la mordaz interrupción—.  Juzgar premeditadamente es un error.  La señorita Tonks dista mucho de ser prejuiciosa —expresó con media sonrisa mirando directamente a Sirius a través de sus gafas de media luna. —Si no tienen más propuestas de candidatos creo que daré por concluida esta reunión.  El día de mañana nos volveremos a reunir para hacer las respectivas presentaciones de los nuevos integrantes, desde luego, si estos aceptan primero unírsenos.  Alastor, ¿tú te encargas de traer contigo a la señorita Tonks?

—Sí, no hay problema con eso.  Mañana mismo hablaré con ella y estoy seguro de que aceptará de inmediato.  Es una chica lista que no le teme a nada —esto último lo dijo mirando con su ojo sano a Sirius.

—Me reconforta saber eso, yo estaré visitando a Kingsley Shacklebolt y otros magos y brujas que es probable que también se nos unan. —Dumbledore se puso de pie y recorrió la mesa con la mirada—.  Estamos a las puertas de tiempos oscuros, pero por más dura y difícil que sea esta realidad, siempre existe la esperanza de tiempos mejores.  Dentro de nosotros están la fuerza, la paciencia y la fe suficientes para salir adelante.  Pues es durante los momentos más oscuros cuando deben concentrarse en ver la luz.  Les agradezco el que estén aquí, valoro su valentía y me enorgullece formar parte junto a ustedes de esta segunda Orden del Fénix.




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