Licántropo y Metamorfomaga

CAPÍTULO IX: Miradas que empiezan a sentirse

—¡Esto es inaudito!, ¡No lo toleraré!

Aquellas expresiones efusivas alejaron la concentración que Remus tenía puesta en el libro que leía en ese momento y al levantar la mirada se encontró con Dumbledore que ingresaba al salón acompañado por Arthur, Alastor y Tonks que al verla sintió como su estómago daba un vuelco de fricción emocional.  

—¡¿Cómo puede ser posible que estén siquiera pensando tomar aquella decisión en el Ministerio?! —.  Continuó vociferando, Dumbledore, era la primera vez que Remus veía perder así el control al director del colegio.

Molly consternada, indicaba a sus hijos menores que se retiraran del lugar los cuales, igual de asombrados, demoraron en reaccionar y obedecer.

—¿Qué sucedió?  — preguntó Molly, en cuanto sus hijos ya no estaban.

—Algo terrible, querida. —exclamó Arthur casi en un susurro.

—¡Fudge, debió perder la razón!

—Atacaron a Harry, dos dementores y…

—¡¿Qué?!

—¡Harry, ¿está bien?!                                

Sirius y Remus expresaron alarmados su temor al ponerse de pie al mismo tiempo y por unos segundos la mirada de Tonks se cruzó con la de Remus que tenía muy tensos los músculos de su rostro.

—¡¿Cómo esta Harry, le ha pasado algo?! —Sirius a grandes pasos se acercó hasta Dumbledore, con una mirada furiosa— ¡sabía que esto podía pasar!  ¡Harry no puede seguir allí, debe estar aquí!

 —Cálmate, Sirius.  Harry, está bien —susurró, Tonks acercándose a él y tomándolo del brazo para tranquilizarlo.

—Hizo el encantamiento Patronus, no sabía que podía conjurarlo —el asombro de Arthur, llenó de orgullo a Remus, el año pasado le había enseñado a Harry a conjurarlo y al parecer lo había aprendido muy bien.

—El problema es que es menor de edad —intervino Moody— y según el Ministerio esa es una grave violación a la ley de Secreto Mágico por lo que Fudge autoritariamente ha decidido confiscar su varita y expulsarlo de Hogwarts.

—Pero ¡qué diablos!, es el castigo más idiota!  Eran dementores ¿acaso querían que se dejara morir simplemente por no violar una estúpida ley? — vociferó Sirius enojado — La misma ley estipula que en caso extremo que se encuentre en riesgo la propia vida del mago o bruja o de alguien más, está facultado para utilizar magia aun siendo menor de edad.  ¡Dumbledore!, ¡eso es así!

—Es así y si, ya me encargué de eso, evité que la decisión de confiscar su varita no se ejecutara de forma inmediata al igual que la expulsión, el Ministerio no tiene autoridad para decidir la estadía o no de los estudiantes; sin embargo, no pude evitar que Harry fuera llamado a audiencia ante una autoridad representante de “El Wizengamot”

—Por las barbas de Merlín, ¡qué horror! —Molly cubrió su boca con ambas manos.

—Debí oírlos, a ti y a Nymphadora—la voz de Dumbledore reflejaba grandes dosis de arrepentimiento mientras miraba a Remus y a Tonks—.  Dos Mortífagos hablando de Dementores, era una señal… subestimé el alcance de Riddle.

—¡Debes traerlo! ¡DE INMEDIATO! —exigió vociferante Sirius.

Dumbledore asintió.

—Por eso estoy aquí.  La citación de Harry es para dentro de diez días por lo que tenemos que organizar su salida de Privet Drive lo más pronto posible y sin que los Dursley lo noten.  ¿Sugerencias? —invitó a sentarse a todos alrededor de la mesa.

—Yo puedo encargarme de eso —anunció Tonks mientras tomaba asiento junto a Sirius. —Digo, son muggles ¿qué difícil puede ser? —su expresión era tan confiada de sí misma que Remus tuvo toda la intención de sonreírle cuando esta lo miró.

—¿Y cómo se supone que lo harás? — gruñó, Moody.

—Podemos hacerles creer que han sido invitados a algún evento social de esos que los muggles aman tanto y por lo que tengo entendido a los Dursley les agrada mucho ser el centro de atención. 

—Nymphadora…

—¿Qué? —exclamó en dirección hacia Moody— ¿me vas a decir que no es un buen plan?  ¡Y deja de llamarme así, Ojoloco! —el cabello de Tonks se tiñó de rojo por un momento.

—Tiene sentido —intervino Dumbledore, evitando que el carácter de Tonks se elevara más de la cuenta.

—Si, es un buen plan, pero ¿cómo tienes en mente cumplir aquello? Scrimgeour nos vigila todo el tiempo dentro del Ministerio. —susurró, Arthur.

Tonks pareció meditarlo un momento.

—Correo muggle— exclamó Remus, de pronto.

—¡Claro!  ¡Si! ¡Que mejor manera de hacerlo parecer tan obvio! —el rostro de Tonks se iluminó de alegría y agradeció con una enorme sonrisa la intervención de Remus—.  Gracias a mi padre, conozco muy bien el manejo de la correspondencia muggle, escribiré una carta informándoles que son ganadores de algún premio especial o algo por estilo, que sea lo suficientemente lejos como para darnos tiempo de ir por Harry y traerlo con nosotros al cuartel.

—Excelente, Remus y tu pueden encargarse de eso.  Al parecer a ustedes dos se les da muy bien el trabajar juntos —sonrió Dumbledore mirándolos a ambos.  Tonks de inmediato asintió mientras Remus levemente sonrojado miraba en diferentes direcciones—.  Bien, entonces tenemos solucionada esa parte.  Ahora, debemos organizar el modo más seguro en el que haremos el traslado de Harry hasta aquí y quienes serán los que participarán en la misión.




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