Licántropo y Metamorfomaga

CAPÍTULO X: Rosa chicle

Movía su pie sin ningún ritmo, el plan había sido repasado muchas veces, tanto, que estaba segura que ella podría recitar de memoria la función de cada uno de los que estaban allí y que participarían de la Misión; sin embargo, ella estaba ensimismada en sus dudas y cuestionamientos.  ¿Le gustaba ese hombre alto, delgado y apuesto que discutía con los miembros de la Orden? sobre la mejor protección para traer a Harry Potter al cuartel de la Orden…

Le encantaba su caballerosidad, su inteligencia, su amabilidad, su entusiasmo cuando no estaba triste y como se expresaba.  Era compasivo, tolerante, sensato cuando no salían a relucir sus prejuicios, pacífico, desinteresado, valiente, amable y bondadoso.  A pesar de haber sufrido la discriminación y el rechazo de la sociedad debido a su licantropía, aún poseía la capacidad de ver el bien en casi todos y ser extremadamente indulgente.  Remus también tenía un excelente sentido del humor y siempre se reía de sus chistes.  La verdad no había ninguna cosa que a Tonks no le gustara de Remus Lupin.  Lo encontraba interesante y buenmozo.

«Gustar» repitió su subconsciente «¿Te gusta Remus o sus cualidades? ¿Acaso, no es lo mismo?» frunció el ceño involuntariamente mientras debatía en sí mismo.

—Deberías invitarlo a salir, digo, sería más fácil empezar así y no mirarlo como embelesada todo el tiempo.

Tonks detuvo el movimiento de su pie al reaccionar e hizo desaparecer la nube de pensamientos que transcurrían por su mente y parpadeó para luego romper el contacto visual hacia Remus y ver que quien le hablaba era Sirius con un vaso de whisky de fuego en la mano.

—¡Oh! Vamos. ¿Quieres callarte?, no estoy mirando a nadie solo estoy pensando.

—¡Oh!, sí.  Eso ya lo noté. —bebió un sorbo.

—¿No crees que es temprano para empezar a beber?

—Nunca es temprano para disfrutar de un buen whisky —se sentó a su lado—.  No me sermonees, hermosa y mejor dime ¿En que estabas pensando? claro, aparte del físico de Remus el que cual observabas muy concentrada. —  Sonrió.

—En mi nuevo look, ¿te gusta? —optó por su lado alegre y desenvuelto.  No podía permitir que sus inconsecuentes dudas reflejaran algo de lo que aún no estaba segura.  No es lo mismo sentirte atraído por alguien a que ese alguien te guste.

Sirius la miró de pies a cabeza.

—Vas a hacer que tenga fantasías eróticas esta noche —sonrío pícaramente.

—Eres un puerco, pervertido. —Sonreía mientras negaba con la cabeza.

—Preguntaste y te di mi respuesta, pero tienes razón, eso se oyó incestuoso y pecaminoso —rio abiertamente.

—Nympha-Tonks —rectificó, Remus al instante, interrumpiendo las carcajadas de Sirius y su mirada estaba tensa.

—Remus, amigo.  Qué bueno que llegaste —se levantó y pasó su brazo alrededor del cuello de su amigo en gesto amistoso.

—Estás borracho —musitó al sentir el olor a licor de su aliento tan cerca.

—¿Y qué esperabas? Mientras ustedes viven la gloria de la libertad, a mí me toca quedarme en casa a esperar, como una vieja —aquellas palabras tenían regusto de resentimiento—.  Así que ¡shuuu!.  Hoy viene mi ahijado y estoy feliz de celebrar —los ojos de Sirius, brillaron de una manera que Remus no había visto en años.

—Pero no creo que Harry quiera que lo recibas tambaleándote en el piso.

—¿Tambaleándose? ¿quién va a tambalearse? Aquí, nadie va a tambalearse — Sirius dio una vuelta sobre sí mismo que no estuvo del todo exacta, pero logró mantener la dignidad y con una sonrisa volvió a rodear por el cuello a su amigo y extendió su otra mano hacia Tonks, haciendo que se levantara también. —Esta mujer aquí presente, esta hermosa mujer, tiene ciertas dudas existenciales respecto a sus sentimientos y quiero que tu…

—¡Sirius…! —Tonks, un tanto sonrojada y preocupada de lo que podría decir en ese estado quiso desviar su atención.

—Nymph, por favor, déjame terminar.  No voy a decir nada de lo que te “preocupa” —utilizó cierto tono de sarcasmo—, solo voy a preguntarle su opinión respecto a los sentimientos—le susurró guiñándole un ojo y acto seguido volvió su mirada a su amigo—.  Remus Lupin, ¿te gusta…?

—Vamos, Sirius.  Siéntate, el licor se te ha subido a la cabeza y ya no sabes ni lo que estás diciendo.

—…Pero déjame terminar.  ¿Cuál es el afán?  Ni sabes lo que le voy a decir —sonreía dirigiéndose a Tonks que quería asesinarlo con la mirada.

En ese momento, Molly se acercó a ellos y al ver que Sirius no estaba actuando con normalidad se molestó.

—Madre mía, mírate nada más, Sirius, no es posible…

—No, Molly.  Basta.  No quiero regaños.  Yo no soy uno más de tus hijos —se puso en actitud seria.

—Pero actúas más irresponsablemente que ellos —le quitó el vaso de licor—.  Mírate nada más, cómo piensas recibir así a Harry.  Voy a prepararte algo para que se te quite esa borrachera que cargas— comenzó a sermonearlo y Sirius por consideración y respeto prefirió no contestar y haciendo una morisqueta dejó que siguiera con su vocecita chillona.

Remus palmeó su espalda amistosamente y le sonrió.




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