Licántropo y Metamorfomaga

CAPÍTULO XIX: Secuelas

Olía delicioso, café recién hecho, pan suave y esponjoso recién salido del horno, esos olores formaban parte de los favoritos de Remus para las mañanas perfectas e ideales para comenzar un buen día, eran olores familiares que lo transportaban a las mañanas de su niñez.

Se sentía bien y de mejor ánimo.  Desde que aquel aroma había invadido sus pulmones, no hacía más que respirarlo con satisfacción; razón por la que se había apresurado en bajar a la cocina.

Molly estaba delante de la estufa, friendo huevos y tocino, mientras Tonks con su cabello, verde limón ¿Por qué llevaba ese día ese color tan llamativo? ¿dónde estaba el rosa?     

Ella leía “El Profeta” y Bill bebía un sorbo de su café.  

—Vamos, Bill. Ya confiesa —oyó murmurar a Tonks desde detrás del periódico. — ¿Quién es la mujer por la que cada mañana peinas esa seductora melena? ¿la conozco?

—No diré nada— respondió Bill con una leve sonrisa hacia Molly como si temiera que en cualquier momento una reacción suya explotaría.

—De seguro es por esa insípida francesita —comentó Molly que los estaba escuchando sin perder la concentración en lo que hacía.

—No es insípida, mamá.  Y su nombre es Fleur, deberías darte la oportunidad de conocerla.

—No necesito conocerla, me basta con lo que vi y leí de ella en las revistas el año pasado. —Su voz reflejaba un dejó de antipatía que luego la cambió por uno más dulce y generoso—.  Harías tan linda pareja con Tonks, a ella si la quisiera como mi nuera.

Tonks escupió el sorbo de café que había acabado de beber ante aquel comentario de Molly y soltó una carcajada junto con Bill y Remus también sonrió ante lo absurdo ¿qué le pasaba a Molly?  Bill no era hombre para Tonks, ella se merecía un hombre como… una vocecita muy profunda y escondida le susurro un «¿Cómo tu?»

La quería para él…

—Molly, por favor.  Me halagas, pero Bill y yo no encajaríamos por muy “Head Boy” que él sea. —Sonrió mirando a Bill —Con que Fleur, ¿eh?  ¿Ella no es la campeona de Beauxbatons el año pasado en el torneo?

—La misma —se giró Molly en actitud defensiva e iba a agregar algo más, pero esta se percató de la presencia de Remus.

—Buenos días —saludó Remus al verse descubierto.

—Buenos días, Remus ¿cómo amaneciste?

—Muy bien.  Gracias—le obsequió una sonrisa mientras se sentaba en uno de los puestos de la mesa, ni muy cerca ni muy lejos de Tonks, a la cual saludó junto con Bill, tratando de no imaginárselos emparejados —.  Huele delicioso ¿son croissants de canela? —preguntó percibiendo el aroma familiar.

—Si.  Ya te sirvo un par.

—Gracias, Molly. 

Remus observó que Tonks había vuelto su concentración al periódico y Bill a su desayuno.

—¿Algo interesante? —preguntó en dirección hacia ella para iniciar conversación y volvió a preguntarse mentalmente la razón por la que no llevaba su cabello rosa.

—La Bajista de Las Brujas de Macbeth, se casa —respondió como si ella y Remus hablaran el mismo idioma, pero Remus no tenía ni idea de lo que estaba hablando y al parecer lo reflejó en su expresión.

—Es la banda favorita de, Tonks —dijo Molly mientras servía café humeante y dos panes a Remus.

—¿The Weird Sisters? —añadió Tonks, mirando a Remus con incredulidad. —¿Nunca has escuchado hablar de ellos?

Remus negó con la cabeza

—¡Wow! Es increíble —dejó el periódico sobre la mesa—.  Eres la primera persona que me dice no conocer a la banda de rock más famosa de todo Londres mágico.  Hasta Alastor conoce de ellos.

—Lo siento, pero no, no sé de quienes hablas. —Remus arrancó un pedazo de pan para llevárselo a la boca y sentir como su paladar sucumbía ante el placer de algo tan delicioso.

—Necesita ser Macbethizado— exclamó Bill con una gran sonrisa.

—Si —concedió Tonks —realmente lo necesita.

Remus frunció el entrecejo con una sonrisa.

—El próximo concierto corre por mi cuenta.  Te llevaré y Macbethizare o moriré en el intento.   

Remus iba a añadir algo, pero la entrada exacerbada de Sirius a la cocina lo hizo olvidarse de sus palabras.

—¡Harry ha escrito! —exclamó con tono alegre y todos los allí presentes abandonaron lo que estaban haciendo y cambiaron sus semblantes alegres y relajados por uno de preocupación

—¿Qué? Pero cómo se ha atrevido, Alastor le dijo claramente que no se arriesgara —Molly se alarmó enseguida.

—Pero lo ha hecho y lo hecho, hecho esta Molly —argumentó Sirius en su defensa. —Y no es…

—¿Qué dice? —Remus abandonó su desayuno y tomo la nota con avidez para leerla en voz alta antes de que Sirius y Molly se enfrascaran en una discusión en ese momento. —«Querido Hocicos.  Espero que estés bien.  Los primeros días aquí han sido terribles, y por eso me alegro poder escribirte por fin.  Tenemos una profesora nueva de Defensa Contra las Artes Oscuras, la profesora Umbridge.  Es tan encantadora como tu madre.  Te escribo porque eso que te conté en verano volvió a pasarme anoche mientras estaba cumpliendo un castigo con Umbridge.  Todos echamos de menos a nuestro gran amigo, pero esperamos que vuelva pronto.  Contéstame, cuanto antes, por favor.  Un abrazo, Harry»— concluyó, Remus y el silenció reinó por un momento entre ellos hasta que Sirius volvió a romperlo.




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