Licántropo y Metamorfomaga

CAPÍTULO XXIV: La Casa de los Gritos

A pesar de la que la lluvia había cesado y el cielo despejado, la mañana permanecía ventosa.

Tonks luchaba para que su cabello, rebelde y despeinado no le negara la visión en ese momento mientras caminaba por una de las calles principales de Hogsmeade, donde había hecho aparición, pasó por delante de la tienda de artículos de broma de Zonko, algo vacía en ese momento lo que no la sorprendió, era temprano y por lo general quienes más lo visitaban eran adolescentes durante sus excursiones, dirigió una nostálgica mirada hacia la colina donde imponente se erguía orgulloso, Hogwarts, su antiguo colegio y una amplia sonrisa se dibujó en su rostro… aceleró el paso, dejó atrás la tienda de bromas, la oficina de correos y torció por una calle lateral donde al final estaba situada una pequeña posada de sobria fachada pero acogedora decoración.

La campana sobre la puerta anunció su entrada con un tintineo melodioso; y una rubia con gesto impaciente, sentada en una de las mesas del final, alzó la mirada de inmediato.  Esos ojos celestes turquesa eran inconfundibles.  Le alzó la mano y eso fue suficiente para que Tonks emprendiera el avance no sin antes llevarse de por medio un par de sillas con el ruido suficiente para incomodar a tres brujas y dos magos que se encontraban distribuidos en otras mesas.

—Lo siento.  Perdón —murmuraba roja de la vergüenza mientras la miraban unos claramente disgustados y otros conteniendo la risa.  Una de las que la miraban con el entrecejo fruncido era la dueña del lugar.  Una bruja alta, de porte majestuoso y elegante.   Y así llegó hasta la mesa donde estaba su amiga que se reía abiertamente de ella.

—Tonks, Tonks.  Siempre glamorosa en tus entradas.  Solo por eso, olvidaré el hecho de haberte esperado por tanto tiempo —.  Penny la recibió de pie con una amplia sonrisa y los brazos extendidos

—No te burles, Penny —la abrazó con afecto riendo también—.  Disculpa la hora, pero me distraje en el desayuno…

—Es decir, que vienes tan satisfecha que no me aceptaras nada—con un gesto de sus ojos, señaló sobre la mesa donde había un pequeño cesto de panecillos, napolitanas de crema y chocolate, canapés salados a modo brunch.  —Mientras esperaba, ordené para ambas.

Tonks miró aquellos bocaditos sintiéndose totalmente satisfecha.

—Una napolitana de crema y chocolate, te aceptaré— sonrió mientras su amiga y ella se sentaban—.  Gracias— le susurró Tonks con educación a la dueña del local que en ese momento colocaba un té de lima frente a ella.

—Y es que tu madre prepara los desayunos más deliciosos que mejor recuerdo.

—Si, pero no fue un desayuno de mi madre lo que me retuvo.  Ya no vivo en casa con mis padres.  Me he mudado.

—Ah, ¿sí? —Penny sacó una bolsita de regalo que tenía en la silla de alado y se la entregó con expresión alegre— ¡Felices veintidós!

—Gracias, Penny —Tonks tomó el obsequió con mucha gratitud.

—Espero no haberme equivocado en la talla —agregó Penny refiriéndose a la blusa que había dentro.

—Tranquila, sabes que la ropa holgada es mi favorita.

Penny negó con la cabeza mientras la miraba de reojo sonriendo divertida.

—¿Aun sigues ocultándote? Tienes hermosa figura.  Ya quisiéramos algunas tener esas sensuales caderas y estoy segura que a los hombres enloqueces…

—¡Ay!, no empieces.  Mejor cuéntame, cómo es eso de que te casas, ¿quién es el afortunado?

Penny de inmediato cambió su mirada por unos ojos alegres y soñadores.

—Henry Golp. —Sonrió—.  En realidad, el matrimonio ha sido pospuesto unos meses mas porque a Henry le han ofrecido un puesto en el Ministerio.  Y tenemos que arreglar todo el papeleo del cambio y eso.

Tonks asintió.

—Clara, claro, ya entiendo.  ¿Y en qué Departamento va a trabajar tu novio?

—En la oficina de la Unidad de Captura de Hombres Lobo.

Al oír esto Tonks sintió como si le hubieran lanzado un cubo de agua helada encima.

—Uhm…

—Henry esta feliz por esa oportunidad que le han dado y no piensa desaprovecharla en absoluto, trabajar en el Ministerio es una gran escalada económica, aunque espero que no sea por mucho tiempo su estadía dentro de ese departamento.  Saber que Henry tendrá que tratar con ese tipo de monstruos es…

Tonks apretó los puños debajo de la mesa conteniéndose las ganas de decirle a Penny que se callara; a cambio pregunto:

—¿Y ya encontraron departamento donde vivir?

—Estamos en eso.  Henry tiene familia en Londres, son muggles y estamos viendo si buscamos algo cerca.  Eli esta muy apegada a sus abuelos.

—¿Eli? ¿Es…? —preguntó curiosa Tonks.

—Oh, no, no.  Es hija de Henry, verás él es padre soltero, la madre de Eli los abandonó cuando ella era una bebé…

—Entiendo.  ¿Y cuantos años tiene la pequeña?

—Cinco y es hermosa, encantadora e inteligente.  Una niña preciosa.

Tonks sonrió al ver la expresión de su amiga al hablar de aquella pequeña.




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