Life Eternal

CAPITULO 17: Join Me In Death

     Me separo de la cama del monje y veo hacia todas direcciones, juro que la ventana no estaba abierta, lo sé y dentro de mí siento que algo no está bien. Me quedo quieta, intento agudizar el oído como si fuera capaz de poder escuchar hasta la caída de un alfiler. 

-Algo está mal aquí... Atento...- Digo en voz baja y despacio como si intentará que Pierre no entre en pánico. Cuando termino de decirlo algo lo saca volando contra la pared, choca contra ella y cae al piso, una mujer rubia, que identifico como la demonio que acompañaba a Nuriel en los recuerdos del monje, lo toma del cuello y lo levanta con una sola mano. 

-¡Déjalo!- Grito con fuerza y me dispongo a correr a ayudarlo, pero una mano me toma del brazo y me jala con brusquedad hacia atrás, me pega contra la pared contraria y el impacto me hace cerrar los ojos. Cuando los vuelvo a abrir veo a Nuriel quien me sonríe con emoción, parece que anhelaba el momento de volver estar frente a frente.

-Incluso con ese hábito de monja te ves encantadora...- Dice con una sonrisa que se hace cada vez más grande. Su mano sujeta con fuerza mi brazo y aunque hago ligeros movimientos para safarme no lo logro.

-Nuriel... Que gusto de volver a verte...- Le digo con una alegría fingida, él ríe mientras me toma con ambas manos de los brazos y me vuelve a golpear contra la pared.

-Tu sarcasmo me lástima Fiore...- libera uno de mis brazos y con su mano me quita delicadamente el velo que cubre mi cabeza. -Vaya que eres hermosa... Tu belleza hace que cualquier hombre se vaya en picada al infierno y sin pensarlo...- Me ve a detalle, admirando cada rasgo de mi rostro.

-¿Y por qué no lo haces tú?- Dice Pierre que pese a lo complicado de nuestra situación no duda en tomarle el pelo a Nuriel, este solo pone los ojos en blanco y voltea sutilmente. Ve como la demonio aprieta más su mano alrededor del cuello de mi aliado.

-¡No! ¡Déjalo!- Intento gritar, pero pronto me callo cuando Nuriel regresa su mirada hacía mí. 

-Te dije que no tendrías mucho tiempo para decidir...- Hace mención a lo que dijo en los recuerdos del monje.

-¿Qué es lo que quieres?- Lo veo directo a los ojos, no duda en acercarse aún más, pegando su cuerpo al mío, su mirada parece tierna y preocupada, levanta mi rostro hacia él.

-Deseo que vengas conmigo... Que me dejes protegerte... No quiero que lo que se avecina acabe contigo... Si decides aceptar mi oferta... Nada malo te pasará...- Noto la desesperación en su voz, parece estar seguro de que es tentadora su oferta.

-¿Para que me quieres? ¿Qué necesitas de mí? ¿También me usarás como carne de cañón para tus fines bélicos así como lo hace el Covenant? ¿Eso quieres?- Le digo molesta, sé bien que alguien como yo solo es usado con ese fin y no pienso cambiar de bando para terminar siendo lo mismo.

-No todos buscamos lo mismo de ti...- Sonríe y acerca su rostro de manera sugestiva, posa sus labios sobre los míos con fuerza, me toma del rostro obligándome a no apartarlo, por más que lo intento. Su beso se vuelve cada vez más agresivo y no logro separarlo de mí.

-¡SUELTALA HIJO DE PUTA!- Grita Pierre mientras intenta safarse del agarre de la demonio, pelea contra ella, pero es claro que no logra nada.

     Pese a que lo empujo el no cede ni un poco, empiezo a desesperarme, muerdo con fuerza su labio hasta que la sangre empieza a fluir, pero eso no lo detiene, la sangre se mezcla con la saliva y cada vez la dificultad de respirar aumenta. Cuando estoy al borde del colapso algo sujeta a Nuriel y lo separa de mí, aventandolo contra el piso y haciendo que su cuerpo resbale por el hasta chocar con la pared, mis pies vuelven a tocar el piso y termino hincada, con sangre en la boca e intentando respirar. 

-Vaya... Grandísimo cabrón... ¿En qué te has convertido?- Esa voz, levanto el rostro y veo a Hariel frente a mí, fuerte e imponente, gallardo y listo para pelear.

-Hariel... Esperaba que estuvieras muerto o trastornado... Que alegría ver que no...- Dice Nuriel en el suelo mientras intenta levantarse, voltea hacia Andras quien libera a Pierre y planea arremeter contra Hariel. Antes de que si quiera lo pueda tocar, corro contra ella y la tacleo, la tumbo en el piso y me pongo encima de ella.

-¿A dónde ibas guapa?- Le sonrío mientras noto sus ojos llenos de sorpresa. No dudo en estampar mis puños contra su rostro una y otra vez hasta que los captura con sus manos e intenta empujarme hacia atrás, su fuerza empieza a superarme, pero no cedo, hago mis manos hacia atrás, acortando la distancia entre las dos y le atino un cabezazo, nuestros cráneos chocan y ella vuelve a recostarse en el piso atarantada.

-¡A la verga todo! ¡Ya me cansé!- Escucho a Pierre que saca de entre sus ropas una pistola y apunta directo a la cabeza de Andras. -¡Ya te cargo la chingada muñeca!- En cuanto dice eso dispara en su frente y noto como sus ojos se enturbian, sus manos sueltan los puños y se queda estática en el suelo.

     Pierre me ayuda a levantarme y cuando volteamos hacia el otro lado de la habitación, vemos como Hariel y Nuriel pelean encarnizadamente, los golpes van en ambas direcciones, ambos son guerreros impresionantes y no puedo evitar disfrutar de como los músculos de Hariel se tensan, esa mirada se torna dorada, fiera, como la de un león cazando, me quedo embobada viéndolo, esquivando cada golpe, acertando otros.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.