Capitulo 10

NOTICIA EN DESARROLLO

—Ok —dijo Lázaro a Christian mientras caminaban alejándose del colegio poco después de la hora de salida—. Vamos a explicar bien la cosa, ¿sí? Según yo sé, nunca fui a ningún concierto, ni vi a tocar a nadie el violín. Pero Circe tiene una opinión diferente, así que o ella está loca o tengo un hermano gemelo por ahí.

Christian, apenado, explicó lo de la mentira y porque según su criterio tuvo que decirla.

—OK, Christian, explícame que fue todo eso.

—¿Recuerdas que ella tuvo un concierto en Aylón?

—Ni recordaba que tenía un concierto en ese pueblo.

—El punto es que fui, la hubieras visto estaba con un vestido blanco, con unos labios rosados que…

—¡Christian!

—El punto es que hablamos, preguntó por varios de nuestros compañeros, incluyéndote, y…entre los nervios se me ocurrió decirle que fuiste pero que después tuviste que irte.

—¿¡Pero por qué me mentes en estos líos!?

—No te hagas la víctima, Lázaro.

—No me hago la víctima, sólo que no quiero problemas con mujeres ahora. Además, no me gusta.

—¿Cómo que no te gusta? —Preguntó Christian asombrado— ¿A ti no es que te gustaban todas?

—¡Ese no es el punto!, además a diferencia de otros, tengo mis límites.

—En todo caso tú tienes la culpa.

—¿¡Yo!?

—Sí, no me dijiste cómo obtuviste la información, no fue Romina quien te dijo, ella te invitó personalmente, no a mí, ¡sino a ti!

Lázaro quedó pensando un momento y dijo:

—¡Bah!, qué importa si la invitación fue para su madre. ¿¡Querías ver a la chica o no!?

—Pues, sí.

—Y te fue bien, por lo que me contaste, ¿no?

—Sí.

—¿Entonces cuál es el problema?

—Ninguno.

—Exacto, ninguno. Únicamente limítate a disfrutar de las oportunidades, no importa como lleguen, además las cosas no están como para que yo tenga novia, sea ella o cualquier otra.

—Lázaro se pone un poco decaído.

—¿Es por el viaje?

Lázaro le describió la conversación que tuvo con su padre, de cómo sin parpadeo o remordimiento lo amenazó con echarlo a menos de que se «portara mejor» se podía percibir la tristeza y la frustración en el relato, le dolía profundamente que su padre de entre todas las soluciones posibles para arreglar sus diferencias haya escogido la más cruel y por demás más fácil.

—¡Al diablo! —Dijo Lázaro, con rabia—. ¡Si eso es lo que él quiere, entonces me iré ya!

Christian lo calmó diciendo su principal máxima: para cada problema hay una solución, es ese caso el problema es una relación padre e hijo con dos soluciones, ser mejor de lo que se es ahora o salir del grupo familiar a la intemperie. Si bien mandar a todos al demonio parecía al principio una decisión valiente lo cierto es que era estúpido y apresurado. Que dejara de pensar en las carreras y en otras cosas superfluas para enfocarse en los estudios tal vez marcaría la diferencia.

—Pero es que mi viejo quiere notas imposibles —dijo Lázaro, con desilusión—. Él quiere buenas calificaciones en todas las materias, y yo soy muy mal estudiante, especialmente en Química. Ni siquiera sé cómo hacerme el café sin que me explote en la cara. — Christian sonríe para luego decir:

—Cada tarea tiene su metodología para ser realizada y cambia según quien hace la tarea.

—¿Y eso qué diablos significa?

—Quiere decir que a) tienes que estudiar y b) debes desarrollar una técnica que te permita hacerlo.

—¡Claro! —Dijo Lázaro con ironía—. Para ti es muy fácil decirlo, brujo matemático.

—Yo te puedo ayudar, si tu orgullo de ex pandillero te lo permite.

Lázaro pensó un momento, dio varias palmaditas a Christian en la espalda.

—Por eso eres mi amigo.

Termina sus deberes por hoy, un poco cansada se toca la cabeza, sus dedos tocan su corta cabellera rubia mientras la otra se apoya en la mesa, frente a ella está un joven muy estudioso que aún después de terminar sus asignaturas de delegado revisa sus cuadernos para ver si todo está en orden o para adelantar tareas.

—¿Te gusta mucho estudiar? —preguntó la joven a su compañero.

—No es que sea un nerd —contestó—. Lo que pasa es que mientras más rápido termine esto, tendré más tiempo libre para irme por ahí.