Liga Del Asfalto: Sombras De La Urbe - Libro 3

CAPÍTULO 17

EL HÉROE Y EL VILLANO

 

 

Continuaron los estudios en el último año de la secundaria, y el trato entre Henry y Armelle fue más cercano que antes, se ponían a hablar durante horas cerca de la casa de ella, todo parecía ser perfecto si no fuera por un detalle: ella aún era novia de David, y él aún estaba con Estefanía.  

 

—¿Lo del otro día, lo del beso ocurrió porque te gusto? —preguntó ella. A esto, con todo su ser víctima de los nervios, Henry respondió afirmando con la cabeza.

—¿Por qué preguntas? —quiso saber él.

—No, por nada, Curiosidad —contestó ella. Se hizo un silencio entre ellos.

Finalmente, Armelle pronunció las palabras que Henry tanto esperaba.

—Es que tú también me gustas —expresó la niña, con lo que se esfumaba toda angustia del cuerpo de Henry y quedaba en él pura alegría.

—¿Desde cuándo? —preguntó el muchacho.

—Desde hace bastante.

 

Para ambos era una situación sin precedentes, Estefanía era una buena compañera, Henry  no quería romper su corazón, repetir lo que pasó con su padre y su madre  estaba fuera de discusión, Armelle ya había tenido suficiente de David, era hora de un cambio, pero no sabía si Henry estaba dispuesto a ese cambio.

 

Mantener las apariencias fue difícil, en público, Armelle y Henry se trataban como siempre, con las mismas inquietudes que cualquier joven que tiene la universidad a la vuelta de la esquina, pero en su interior sufrían conflictos, Armelle le dio el pase de salida a David, sus infantiles actitudes no tenían futuro con una futura mujer a las puertas de un desarrollo profesional, Henry aún no encontraba la forma de terminar con Estefanía.

 

Poco antes de terminar el año escolar Estefanía pidió hablar con Henry, se encontraron en un parque, rodeado de árboles y flores, al sentarse en uno de los bancos Estefanía lucía distante, triste, el adolescente pensó inmediatamente que tenía que ver con algo relacionado a Armelle.

 

 — Henry, sé que somos novios, y que me quieres, pero tengo que decirte algo muy importante, no quiero que lo tomes mal.

—Estefanía, puedes decirme todo, ¿Qué pasa?

—No te pongas triste con lo que te voy a decir, mi familia decidió que me mandaran a estudiar a otro país para el próximo año escolar.

 

Henry hizo un esfuerzo sobrehumano para no saltar de la alegría.

 

Estefanía lo abrazó, le dijo que no sabía cómo darle la noticia, era un plan que tenía su familia desde hace algunos meses, no deseaba destruir la relación hasta que estuviera segura de todo y entre tanto disfrutar del noviazgo con Henry,  lo consoló como si le estuviera dando la peor noticia que pudiera recibir un adolescente enamorado, él lo estaba, pero no de ella.

 

Se abrazaron y se dijeron palabras dulces, el adolescente estaba aprendiendo a moldear las palabras  y sus emociones de acuerdo a las circunstancias, continuó con la charada de novio herido hasta el momento de su graduación, Estefanía se fue semanas después, al día siguiente Henry comenzó a construir su relación con Armelle. Casi sin saberlo el joven Oberon se estaba convirtiendo en un estratega social, aprendía cuando callar, cuando hablar, a ocultar sus sentimientos, no dejar que los otros supieran exactamente lo que estaba pensando.

 

Desde el día de la graduación hasta el matrimonio de Henry y Armelle pasaron 8 años, tiempo en el cual el adolescente se convirtió en hombre, conoció el negocio familiar, estudió en la universidad, se acercó a su  hermano, escuchó los relatos de su abuela Rosa que le recordaban lo que se avecinaba, discutió con Luis que todavía estaba buscando su camino, aprendía a forjar alianzas,  a usar el silencio y la mentira solo cuando fuera necesario.  La única persona que lo conocía por completo era su esposa.

 

A los dos años de casado Henry Oberon era un joven profesional con un brillante porvenir, vivía con su mujer en un apartamento en una zona de clase media de Ciudad Victoria a pesar de los consejos de su padre, «Quiero forjarme por mí mismo» decía y tenía un cargo en la empresa familiar, pero uno de los cambios más importantes  surgió cuando uno de sus amigos de la universidad lo llamó para una propuesta que no imaginaba.

 

—¿Un partido político? — Preguntó Henry algo indignado.

—Si lo fundamos podemos hacer la diferencia, hay demasiadas injusticias, por allí podemos hacer algo positivo — Le contestaron, lo conocían bien, tenía el verbo como para poder influenciar a otros, las demostraciones en la universidad dieron muestra de ello.

 

Sin embargo Henry declinó la invitación, su responsabilidad estaba con su familia y su mujer.

 

No había forma de saber que meses después sería él que llamaría a sus antiguos compañeros para unirse al proyecto.  




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