Liga Del Asfalto: Sombras De La Urbe - Libro 3

CAPÍTULO 21

DESCANSO OBLIGATORIO

 

Pasaron algunos días desde que Lázaro recobró el conocimiento, eso significaba que las elecciones para la Alcaldía Mayor ya habían ocurrido y las consecuencias de la revuelta juvenil en la capital todavía se sentían en la población, a los jóvenes se les acusaba de desobediencia, de realizar una acción carente de cualquier gesto de grandeza o de rebeldía,  A los policías y al Estado de excesivo uso de la fuerza e incompetencia por dejar que unos jóvenes pusieran a toda una ciudad con los nervios de punta, lo único que tenía que hacer la opinión pública era elegir a su culpable favorito; por otro lado, faltaba poco para que comenzaran los exámenes finales en el colegio Abraham Medina.

 

Como todo paciente que hubiera estado en su condición, deseaba ponerse al tanto de lo que pasó desde que fue traído a que lo curaran. Supo que se encontraba en la clínica privada más prestigiosa de Ciudad Victoria y que había llegado inconsciente desde la Avenida Maury, fue traído hasta allí por una patrulla, la tecnología médica pudo rescatarlo oportunamente de las garras de la muerte.

 

—¿Así que estuviste en eso de la Avenida Maury? —Preguntó el enfermero que atendía a Lázaro.

—No, es decir si estaba allí, caí por accidente en ese desastre, iba a verme con alguien.

—Ah, tenemos un galán—bromeó el enfermero tratando de hacer más llevadero la relación con su paciente.

—Me imagino que ella a estas alturas sabrá por qué no pude verla, lo peor es que me quitaron la motocicleta.

—Te la robaron, ¿Qué modelo era?

—Una Stingray Intrépida.

—Uff, ese modelo es buenísimo, tengo un primo que miraba las carreras clandestinas por la Interweb, me contaba que las mejores eran cuando estaba un piloto con una moto como esa, ¡Siempre apostaba por él y nunca lo dejó mal! — El medico guardó silencio unos segundos —Por casualidad no sabrás quien era el piloto, ¿Cierto?

Lázaro quedó pensativo mientras unas pequeñas lágrimas salían de sus ojos.

—Está muerto — Pronunció sin dudar.

—¿Estás seguro de eso? —Preguntó el doctor entre la curiosidad y la complicidad.

—Lo mataron en las calles durante la "Tormenta Urbana" o lo hicieron en la Avenida Maury, como sea... ya no existe.

El doctor solo asintió con la cabeza, era mejor no hacer más preguntas.

—Bueno, eso es historia ya, lo importante es que te trajeron antes de que perdieras más sangre, es un milagro que te encontrarán con vida.

—Sí, supongo que eso es historia, —exclamó con pesar — oye, ahora que lo pienso, no pregunté quien ganó las elecciones.

—Una extraña inquietud para un joven de tu edad, pero tomando en cuenta tu apellido puedo entender —dijo el enfermero—. Ganó Jaimes, y no tanto porque era el mejor candidato, a Henry Oberon también lo hirieron, se puso de valiente a colocarse en la línea de fuego entre los policías y los pandilleros, ¡maldito loco!, en fin, le dieron un tiro junto al Comandante de la Policía, eso en la Avenida Maury fue horrible, como sea, al barbudo se lo llevaron a un hospital, ¿y sabes lo que pasó?, lo estaban atendiendo de emergencia cuando una investigación apareció en las redes sociales, ¡Es un escándalo!, y ya que lo vas a saber tarde o temprano, esa investigación fue dirigida por tu padre, pero si me permites decírtelo debes sentirte orgulloso de él, expuso a mucha gente que no debería estar en cargos públicos. Pronto pagarán por sus crímenes.

 

Lázaro no dijo nada, intuyó que la «historia oficial» era que estaba en la Avenida Maury y que allí fue donde lo apuñalearon y le quitaron la Stingray, alguien estaba cubriendo los rastros.

 

Luego llegó el doctor al cuarto, examinó algunos resultados en su P.A.C. médico antes de dirigirse a su paciente.

 

—Joven, es muy importante que nos diga cómo se siente —acotó el doctor—. Si puede recordar años atrás, si entiende lo que le pasó.

—Lo de la Avenida fue algo traumático —improvisó—. Usted entiende, nadie quiere recordar cómo lo golpean o lo roban a uno.

—Trabajamos muy duro para lograr esta sociedad —Dijo el doctor—. Tenemos una economía tranquila y un gobierno estable aunque sé que no es perfecto. Entonces, ¿qué ha hecho el Estado, qué ha hecho la sociedad para que un chico de 15 años piense que su vida no vale nada?, no lo puedo entender.

—Parece que no hace falta utilizar el estimulador neuronal nuevamente —dijo el enfermero al doctor.

—¿El qué?

—Lo que tenía en la cabeza. Permite estimular sus neuronas en forma gradual para que saliera del estado de inconsciencia —expuso el doctor—. Te golpearon muy fuerte en la cabeza, temíamos que no despertaras, es una interfaz que permite conectarlo a la computadora para controlar el proceso.

—¿Estimular mis neuronas? Eh, ¿me puede prestar esa cosa para mi examen de Matemáticas?

—Eso es para uso médico solamente —dijo con gracia el enfermero—, tiene un mecanismo similar al de los juegos de realidad virtual de estos días. Incluso usa un Chip E.D.I modificado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.