Ligera y agridulce

Nada nuevo bajo el sol: Capítulo 23

 

 

 

Hotaru no volvió a ver a su amigo esa semana, en parte un alivio después de tan humillante revelación. Por suerte era demasiado invisible para que Ryo notara todo el bochorno que ahora le causaba sólo el hecho que caminara a su lado para tomar su lugar en el salón.

 

Aunque esa mañana lo que la inquietó más fue ver a Miu entrar saludándola animada, tras varios días de ausencia. Lo primero que se preguntó fue si se debería a su nuevo trabajo, e imaginándola posando para esas revistas de adultos, sacudió la cabeza queriendo disipar esos bochornosos pensamientos.

 

El profesor encargado inició la clase felicitando a los que obtuvieron las mejores calificaciones en los diferentes exámenes, contrastando con la reprimenda que dio a los que tendrían que tomar clases de verano, y les recordó que debían entregar firmada la carta de compromiso de asistencia por parte de sus padres, Hotaru pensó en la reacción de Anne y sintió que se le apretaba el estómago.

 

En el descanso buscó el papel en su mochila y tras haberlo meditado decidió intentar lo único que le quedaba.

Sin apetito, debido a que su estómago seguía apretado, se dirigió a la sala de maestros. Por suerte la profesora de física estaba sola, sentada mirando la pantalla de su computador, y apenas dio el primer paso dentro se volteó a mirarla, como siempre, por sobre sus anteojos.

Comenzó disculpándose por la interrupción y habló compungida respecto a la última evaluación.

 

- Revisé todas las pruebas al menos un par de veces y aunque volviera hacerlo sé que los resultados serían los mismos- aseveró- no tienes posibilidad de subir tu nota, y aunque quisiera darte una oportunidad, en poco tiempo debo ingresar los resultados a la plataforma virtual, tu madre de todas formas se enterará.

 

Apretó los labios y suspiró, casi teniendo que contener las lágrimas.

 

-…Nunca antes había tomado clases en verano.

- bien, siempre hay una primera vez para todo– musitó con una sarcástica sonrisa.

 

Hotaru bajó la cabeza y se quedó de pie, incapaz de reaccionar. La mujer seguía completamente indiferente a su situación, y pesar de tener unas ganas enormes de decir algo desagradable, hizo una leve reverencia, dispuesta a retirarse.

 

- ¿Puedes llevar estos apuntes al encargado de tu clase?- murmuró, Hotaru asintió con la cabeza- y puedes dejarte algunos, son para las clases de verano…

-…claro- respondió derrotada, cargando el montón de hojas.

-…Aunque…- titubeó-…si te esfuerzas en entregarme un informe para la próxima semana sobre las Leyes de conservación de la energía y su aplicación pueda subir esa décima que necesitas.

 

Parpadeó un par de veces, sorprendida, y sonrió con nerviosismo. Sin atreverse a hacer otra reverencia salió suspirando aliviada. Los músculos de su cara la obligaron a sonreír, y aunque la torre de apuntes estuviera pesada corrió al salón mucho más animada.

 

Dejó las hojas sobre el escritorio del profesor, avergonzándose al notar que Ryo era el único en el salón, lo miró de reojos justo en el momento en que la parte más alta de su torre se desplomaba desparramando algunas hojas en el piso. Sintiéndose un poco tonta se inclinó a recogerlos, Ryo se incorporó viéndola fastidiado y en vez de ayudarla, como habría hecho cualquier ser humano con sentido común, salió del salón ignorándola.

 

 

A penas la última clase terminó pensó en dirigirse a la biblioteca, pero cuando estaba a punto de salir la presencia de Miu se interpuso en su camino.

 

- ¿Ya te vas?- sonrió, frente a su escritorio, Hotaru asintió con la cabeza- puedes prestarme tus apuntes?...Sé que podría usar los de Yukari, pero tú eres mucho más ordenada.

-…claro- respondió resignada- los buscaré en mi casillero.  

- me despediré de Yukari, te alcanzo.

 

Cargando su mochila salió confundida, era una petición demasiado repentina después de estar segura que Miu a penas la consideraba, aunque claro, tratándose de ella…

 

- Tienes algo qué hacer- murmuró encontrándola en la salida.

-…iré a la biblioteca…

El resto de los alumnos salía de prisa, se hizo una breve pausa.

 

- Qué alivio, ya sólo quedan dos semanas para las vacaciones- agregó mirando al cielo.

Hotaru volvió a pensar que su actitud seguía siendo extraña.

-…tu madre…¿está bien?

- bueno, está internada- suspiró con una ínfima sonrisa- así que supongo que está bien.

-…claro.

- Aunque tendré que irme a vivir con papá el fin de semana…¡qué fastidio!

La miró de reojos, compasiva, parecía más resignada que de costumbre.

-…lo siento.

- al menos tendré un tiempo para adaptarme, además tengo un nuevo trabajo para a reunir dinero y largarme pronto, ya ves, no todo está tan mal.

 

Avergonzada pensó en las fotografías, y aunque no tenía idea en cómo debía comenzar, levantó la vista y balbuceó.

-…lo…siento…de verdad.

 

Miu preció interrogante.

 

- quería decirlo- suspiró- pero…

-…¿pasa algo?- su tono de voz se volvió menos sonoro.

- lo vi…en internet- se ruborizó- tu…trabajo.

Miu abrió los ojos, desconcertada.

- ¡qué viste!

-…no había duda qué eras…tú…tu habitación…lo siento- murmuró volviendo a bajar la mirada- no quise hacerlo…

 

Se hizo un nuevo silencio, ahora ambas cómplices...

-…entonces…¿era eso lo que querías decir antes?- sonrió luego de unos minutos.

- ¡no se lo he dicho a nadie!

- lo sé…sé que no serías capaz de hacerlo- musitó- y es un alivio, ya que ni siquiera Yukari se ha enterado.

-pero…eres menor de edad…¿estarás bien?

- no hay forma que nadie más se entere…¿crees que alguna de las personas que compra mi contenido conoce mi habitación?- rio




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