Ligera y agridulce

El día en que dejaste de fingir: Capítulo 19

La siguiente clase de física llegó luego de una semana completa pensando en el humillante resultado. Por suerte sólo había hablado con su amigo a través de mensajes, evitando así interrogatorios.

A penas entrar la profesora felicitó a quienes obtuvieron las mejores calificaciones, para continuar con el resto, fue un alivio que entregara los resultados por orden alfabético, estaba demasiado ansiosa. Cuando mencionó su nombre se paró temerosa, la profesora la miró de reojos. Suspiró con fuerzas, había sacado con mucha suerte la nota de aprobación mínima.

- Si continuas así tendrás que tomar clases especiales- la severidad de sus palabras lograron apretarle el estómago.

Avergonzada regresó a su lugar recordando que su madre le había dicho a Seichiro que era una muy buena alumna, lo que ahora le causó un poco de gracia. Sonreía de manera inconsciente justo cuando Ryo posó en ella la mirada, de seguro ya debía parecerle una loca.

Durante el almuerzo quiso hablar con Umi, quien no respondió a sus mensajes sino hasta en la próxima media hora, excusándose que se encontraba ayudando en los preparativos para el festival por el día de la cultura.

Terminando su día pasó por la flauta a su casillero antes de caminar a la sala de música, el profesor ya había llegado, hablaba sobre la participación de algunos alumnos en el festival para el que tanto se habían preparado durante los últimos ensayos. Dio las instrucciones para que todos comenzaran a practicar sus partes, y luego se acercó a ella.

- Te necesitaré - murmuró con esa voz profunda y unos ojos severos, que a veces la intimidaban, pero esta vez la sorprendieron.

¿Habría sucedido algo? Sabía que aun tenía mucho que practicar para estar al nivel de los de tercero.

- pero aún…me falta mucho- balbuceó.

- Sí, es cierto- suspiró con aire condescendiente- tómalo como una recompensa por el esfuerzo, además eres de los pocos que sabe de memoria las partituras.

-…si, pero…

- a menos que no quieras seguir en mis clases, claro…- aseveró, y se alejó sin si quiera darle tiempo de responder.

Miró su flauta y no supo si sentirse o no afortunada. El poco tiempo que llevaba jamás había tocado en público, y aunque su participación sería insignificante al lado de todos sus talentosos compañeros, se le había apretado el estómago.

Ahora procuró concentrarse y tocar junto a los demás respetando los tiempos, como tantas veces Jun la había corregido. Se preguntó si su padre se sentiría orgulloso de verla o si le hubiese dado algunos consejos de principiante.

Antes de las cinco ya todos se habían ido, pero ella prefirió quedarse consciente en que le sería imposible practicar en casa. Intentando concentrarse repasó las partituras y tocó hasta que sus dedos y mejillas pidieron descanso.

Estaba dispuesta a salir del salón cuando con un mensaje Umi indicó que iba en camino. Casi como si estuviesen en sincronía, apenas levantó la vista su amiga abrió la puerta.

- Sabía que estarías aquí- irrumpió con una sonrisa- vine apenas pude, ella le respondió con el mismo gesto.

- perdón por no responder a tiempo en el almuerzo, de verdad hemos estado ocupados.

Levantó la mirada y suspiró resignada.

- …¿participarás en algo?

- estoy ayudando en el club de vestuario, mi clase hará una obra de teatro…- musitó-¿Ya estás desocupada?

- he estado practicando, acabo de enterarme que tendré que tocar.

- ¿de verdad? ¡excelente!- se alegró, incluso más de lo que ella misma hubiese esperado-…bueno...supongo- agregó al ver su cara.

- pero no he tocado en público antes…

-lo harás bien, seguro te has esforzado.

Hubiese deseado ser tan positiva como ella.

- Acompañaré a Hero a ensayar, quédate con nosotros, luego podemos ir a tomar algo juntas, aún es temprano para volver a casa.

Se quedó pensativa, no había comido nada en todo el día, y aunque no tenía apetito, seguía anhelando su compañía.

Antes que pudiese responder Hero entró al salón y la saludó con una sutil sonrisa. Tras él, el chico castaño y de complexión atlética a quien recordaba como el baterista, entró junto a Ryo, a quienes no se atrevió a dirigirles la mirada, y antes que cerraran la puerta Naoki las saludó animado.

- ¡Hikaru!- sonrió.

- soy Hotaru- susurró avergonzada, pero fue ignorada.

- ¿También estarás en el festival?- indicando su flauta, ella asintió sintiendo que su rubor aumentaba- ¡genial! iré a verte, y le diré a…

Por suerte el baterista lo interrumpió antes que pudiese mencionar a Ryo.

- creo que le agradas a Naoki- musitó su amiga- bueno…a él le agradan todas las chicas…

Lo miró de reojos todavía avergonzada, su rostro delgado, nariz y labios pequeños hacían que su imagen destacara a la par de Hero, siendo más alto e incluso más delgado, aunque por su actitud era casi lo opuesto.

Ambas se quedaron en un rincón, el chico de la batería, que se hacía llamar Toru, daba las primeras instrucciones. Aunque intentó concentrarse en Hiro o en Naoki, o en cualquier otra cosa, le era inevitable mirar de vez en cuando a Ryo. Al menos cuando tomaba su guitarra parecía más amable y expresivo, a pesar que siguiera manteniéndose en silencio…

- Creo que Ryo ha podido acoplarse a la perfección- murmuró Umi sabiendo que su atención estaba en él- los acompaño con frecuencia y sé que se esfuerza en seguir las instrucciones de Hero. Antes que él algunos otros lo intentaron, pero creo que les fue imposible lidiar con la seriedad de Hero y el perfeccionismo de Toru.

La miró de reojos, de alguna forma sintiéndose aliviada.

- En parte gracias a eso suenan bastante bien- agregó- no lo digo porque Hero sea mi amigo, claro.

Ella la miró con curiosidad.

- …¿amigo?

- antes que ser novio es mi mejor amigo- musitó- seguiremos siéndolo aun si en algún momento nuestra relación acaba…

Suspiró conmovida, sonaba tan madura que a su lado se sentía como una niña.




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