Ligera y agridulce

El día en que dejaste de fingir: Capítulo 21

Llegando al instituto casi justo a la hora pasó al casillero por uno de sus textos de estudio, el resto de alumnos corría a sus salones, también debía apresurarse, pero una sensación desagradable la invadió al ver su flauta, logrando que el tiempo ahora se transformara en algo trivial.

Camino al salón envió mensajes a Keiji para verse en el descanso. Por suerte el profesor no había llegado, y miró a Ryo sorprendiéndose que esta vez él también le dirigiera la mirada en señal de saludo, inclinó la cabeza un poco avergonzada, sin lograr contener una sutil sonrisa.

En el descanso en pocos minutos Keiji se asomó a la puerta y sonrió cargando su almuerzo.

- Ya estoy en casa- musitó pareciendo complacido a su llamado, aunque ella no tuviese ninguna razón en particular, después del encuentro en el festival había vuelto a ser consciente en cuanto lo extrañaba.

Haciéndole un espacio en el asiento de concreto. Él examinó el lugar con cierta desilusión.

- Todo luce tan distinto…

- tengo que cortar algunas ramas, sólo así las flores volverán a crecer sin problemas en primavera…

-…diría que incluso tú- balbuceó pensativo-…te vez como el otoño.

Asintió con un suspiro, aunque fuera una comparación un poco extraña.

- ¿No vas a comer?

Ella, que ya acostumbraba a “comer” sola la mayoría del tiempo recordó que sólo tenía su termo con té verde, ahora casi vacío.

-…no tengo mucha hambre.

La miró con el ceño fruncido, y su tono se volvió menos complaciente.

- apostaría que tampoco has tomado tus medicamentos.

- lo hago en el desayuno.

- eso espero- suspiró- o acabarás enfermando.

Tal vez estaba siendo demasiado evidente…

- Toma esto- insistió entregándole una lata de té caliente.

Un ligero calor subió desde su pecho hasta sus mejillas, trató de sonreír, sus ojos tan sinceros y amables le hicieron sentir avergonzada. Hubiese deseado abrazarlo y decir que tenerlo era una de las mejores cosas que le había pasado, pero se contuvo.

Tras un par de sorbos se incorporó en dirección a uno de los arbustos y en cuclillas comenzó quitando la maleza con las manos.

Keiji por su parte la miraba con una ligera sonrisa.

- ¿Quieres que te ayude? - se acercó una vez acabado su pan.

-…intenta podar las ramitas secas- murmuró sacando una tijera de su bolsillo.

Keiji se quedó incrédulo, puesto que era una tijera de uso escolar. Aun así se acercó a un pequeño arbusto, sus finas ramitas parecían a punto de colapsar con el peso de los frutos que comenzaban a crecer.

- Ese arbusto es de tomates y los de al lado son fresas y menta- agregó ahora con cierto entusiasmo- tendré ingredientes para los meses cálidos.

- entonces espero que puedas hacer mucha comida.

Ella se quedó pensativa.

- La menta huele bien.

- intentaré aprender algunos postres.

Keiji volvió a dirigirle la mirada, y musitó complacido.

- al menos eso parece animarte.

-…es divertido cocinar para otras personas…- en especial si eran personas que apreciaba, como a él.

Keiji mantuvo sus ojos en ella, y sonrió pensativo. En secreto deseando a esa Hotaru que un principio le había parecido adorable, en vez de la chica autosuficiente que parecía ser ahora. Dejó caer un profundo suspiro, el calor de su aliento se hizo visible en forma de vapor frente a sus ojos, y mientras fantaseaba un dolor punzante en su dedo índice lo obligó a volver a incorporarse, dejando caer las tijeras.

Ella levantó la mirada.

- ¿Estás bien?

- sí- se apretó el dedo, manchado de sangre.

Hotaru recogió la tijera y tomó su mano. Unas gotitas en un rojo oscuro profundo se asomaban.

- …sí tenía filo- murmuró desconcertada. Después de limpiarse bajo la regadera ella indicó que fueran hasta su casillero.

Aunque él quiso insistir en que estaba bien, fue completamente ignorado, ahora sorprendiéndose que aun ante su ya habitual deprimente actitud estuviese actuando con ese nivel de agilidad.

Entre una de las repisas se asomó una cajita con artículos varios casi sin uso, como un sobre de detergente, elásticos y pinzas para el cabello, muestras de pasta de dientes y un set de venditas.

- No fue profundo…con esto será suficiente.

Él asintió con una sutil sonrisa, y no pudo evitar bromear.

- ahora tengo toda tu protección.

- mamá dice que siempre es bueno tener este tipo de cosas a mano.

- claro ¡gracias!- Sonrió él conteniéndose en acariciar su cabello.

Ella estaba por cerrar el casillero cuando entre sus cosas divisó el cuaderno de apuntes, entregándoselo antes que pudiese volver a olvidarlo.

- Lo había olvidado- agregó él- Umi dijo que habías aprobado.

-…sí- debió buscar un punto donde fijar su mirada- lamento no haberlo devuelto antes…

Posó sutilmente la mano sobre su cabeza, avergonzándola.

- No tengo práctica hoy- musitó- me preguntaba si puedes acompañarme al centro comercial, tengo algunas cosas que comprar, luego podríamos comer algo...yo invito, lo que tú quieras.

Supo que ya no podía excusarse en que estaba demasiado satisfecha.

En clase de inglés se sintió cansada como para hacer más que garabatos en su cuaderno, tal vez el no comer de verdad le había destruido algunas neuronas, no estaba segura, sólo quería que el día terminar y escapar a dormir a casa. Pero antes de salir recibió un mensaje de Keiji.

Se encontraron en la entrada, parecía tan entusiasta que no tuvo más alternativa que resignarse.

Tomaron el tren hasta Harajuku para caminar por una de las principales calles. Él mencionó que en pocos días sería el cumpleaños de una de sus hermanas, así que necesitaba ayuda para comprar el regalo.

Conocía un par de tiendas, y al entrar en una de ellas parte del grupo conformado por chicas de instituto y universitarias se volteó al verlo, aunque Keiji, como solía suceder la mayoría de las veces, ignoró esas miradas coquetas que a veces lo rodeaban, ella por su parte volvía a tener en cuenta que su amigo en verdad sí era atractivo para los estándares de la mayoría, y se sintió un poco avergonzada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.