Aunque no había tenido demasiadas esperanzas de verse tras despedirse esa tarde, Kouichi le envió mensajes casi a diario dando noticias respecto al departamento. A pesar de sus sentimientos quiso ser amable en sus respuestas.
Esa tarde salió del ascensor a paso lento, un poco desanimada caminaba hacia el departamento cuando la sorprendió a un lado de su puerta. Inmediatamente, un poco avergonzada, susurró su nombre, él le respondió con una sonrisa.
-…Por qué…no me dijiste que vendrías- titubeó.
- quería sorprenderte…
-…claro- suspiró por la nariz- ¿vienes por tus cosas?- notando que cargaba un par de bolsos, aparentemente vacíos.
- ¿me ayudarías a llevarlas?
Pestañeó un par de veces y abrió la puerta sin darle una respuesta.
- no nos tomará mucho tiempo- insistió.
Yuuri dejó su bolso en el recibidor, pero él sin siquiera darse tiempo para quitarse el abrigo, se metió a la habitación sacando uno de sus bolsos. Parecía animado, así que intentó seguirlo.
En pocos minutos volvieron a la calle caminando en silencio, ella preguntándose qué línea de metro quedaría más cerca o si debería hacer muchos transbordos para llegar a su edificio, cuando de manera inesperada él se detuvo tras un par de cuadras.
- Es aquí- sonrió, sacándola de sus pensamientos.
Se trataba de un complejo de departamentos muy similar al suyo. Un poco confundida lo siguió hasta el último piso y pudo comprobar que no bromeaba. Lo vio abrir la puerta y sólo en ese momento sintió como su propio rostro se iluminaba.
- Está muy cerca…
- claro- musitó- aunque no es muy grande y sólo tiene una habitación, para mi está bien.
Examinó el lugar, al menos las pocas cosas que tenían eran suficientes.
- tu padre ha hecho un buen trabajo- él asintió con la cabeza- ¿ya te mudaste?
- lo haré en un par de días- respondió ahora desde la cocina, sirviendo un par de vasos de jugo.
- entonces…¿volverás a Yokohama?
Dio un pequeño sorbo antes de responder.
-…bueno…tengo que estar aquí de nuevo mañana temprano….
Tomó un poco de jugo.
-…te puedes…quedar- titubeó- si quieres.
- gracias, también podrás quedarte conmigo cuando quieras.
Ella pensó en el hecho que sólo tenía una habitación, y se avergonzó.
-…bueno…me adelantaré a preparar la cena.
- He estado revisando recetas en internet.
- ya suenas como un dueño de casa- suspiró con una sonrisa.
- también es gracias a lo que me has enseñado.
- traeré algunos artículos de cocina que serán de utilidad.
De vuelta en su departamento, ahora le era inevitable mirarlo de reojos y seguir sonriendo. Juntos prepararon la cena y antes de acabar ella mencionó que podrían invitar a Ryo al día siguiente y hacer una despedida. Siendo lo suficientemente tarde se despidió, y ya en su habitación volvió a suspirar aliviada, a pesar que ya no vivirían juntos saber que podrían verse con frecuencia cambiaba por completo su perspectiva.
Cuando llegó a casa desde el instituto se alegró de ver a Kouichi en la cocina. Él mencionó, para su alivio, y tal vez sorpresa, que estaba teniendo sesiones de terapia, una sugerencia de su padre que después de todo admitía haber sido acertada, y ciertamente parecía bastante satisfecho. Mientras lo escuchaba quiso ayudarlo con la receta.
- Luego de eso sólo acompañé a papá a firmar algunos documentos, así que ya puedo vivir en el departamento.
Lo miró de reojos sonriendo con cierta nostalgia. Él la rodeo con uno de sus brazos, aun avergonzada apoyó la cabeza sobre su hombro.
-…Creo que Ryo dijo que traería algo para el postre- suspiró- espero que llegue pronto.
-…entonces comenzaré a ordenar la mesa.
- me iré a cambiar…-musitó con una sonrisa cómplice.
Kouichi, por su parte, la vio meterse en su habitación y sonrió quedándose pensativo, hubiese querido saber cuáles eran sus verdaderos sentimientos, ya que en ocasiones podía verla feliz, pero a veces le pareció que suspiraba con tristeza.
Cuando Ryo llegó las brochetas de pollo ya estaban en el horno. Se saludaron con una ligera sonrisa, por su parte Ryo también se alivió al confirmar que ya no tenía resentimientos.
- Preparamos también brochetas con hongos para ti- musitó ella sabiendo que eran su ingrediente favorito.
Ordenando lo que faltaba comieron entre risas y alegres comentarios.
- Papá mencionó que estabas buscando un trabajo de medio tiempo.
- ahora que tengo su autorización creo que será mucho más fácil- murmuró pensativo- hay muchas ofertas en los centros comerciales por navidad. Y cuanto al instituto, lo retomaré después de vacaciones de invierno.
- creo que es la mejor opción.
Kouichi se alegró que al menos por una vez su hermano estuviese de acuerdo con sus decisiones.
-…Y qué has pensado al respecto…- lo desafió una vez que Yuuri se fue a la cocina para servirles el postre, logrando que cambiara su expresión de inmediato.
- …he intentado no pensarlo- mintió, suponiendo concentrar su atención en el vaso de jugo, pero su rubor lo delató.
- bueno, Yuuri parece conforme.
- no quiero que se vea involucrada en mis decisiones.
- no es como si ya no lo hubieras hecho- aseveró.
Viéndolo de reojos Kouichi suspiró.
- si tuvieras a alguien importante en tu vida creo que podrías entenderlo.
Ryo apretó la mandíbula buscando ahora una buena excusa.
- supongo que por eso intento no involucrarme con nadie – agregó tomando un sorbo de jugo, ya sin ánimos de seguir hablando.
- Me voy unos segundos y se ponen muy serios- bromeó Yuuri volviendo con un par de trozos de pastel.
- no pasa nada- sonrió Kouichi.
- bien, porque no quiero tener que interponerme entre ambos.
- no eres nuestra madre- murmuró Ryo en su defensa.
- no – sonrió- aunque admito que Tomoko debió tener mucha paciencia para lidiar con ambos.
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Editado: 29.11.2024