Como había acordado después de su última reunión, esa tarde Ryo se despidió de Keiji en su habitación, y salió en dirección al departamento de su hermano.
Las calles repletas de personas haciendo compras de último momento y parejas jóvenes tomadas de la mano, le causaron cierta incomodidad.
Subió hasta el último piso, al llegar Yuuri lo sorprendió en el recibidor.
- Llegaste antes- musitó.
- espero que esta vez me dejen hacer algo.
Kouichi le sonrió desde la cocina.
- hice una torta de frutillas, ya que no te gusta el chocolate- agregó su amiga- Es la primera vez que lo pasamos juntos ¿verdad?
Asintió recorriendo el lugar con la vista, era pequeño, pero bastante cómodo. Secretamente se conmovió de ver en un estante una foto de Tomoko, sonriendo como acostumbraba.
- ¿Te gusta la decoración? Lo hicimos juntos- a la sonrisa de Yuuri su hermano asintió- y la mayoría son cosas de tiendas de cien yenes.
Caminó hasta la cocina dejando un par de bolsas de supermercado con los ingredientes que acababa de comprar. Se lavó las manos y su hermano le entregó un delantal.
- Te pareces a mamá- musitó con un aire de nostalgia.
- es cierto- rio Yuuri emocionada- ¡necesito una foto de esto!
Una vez que Yuuri los dejó a solas Ryo comenzó a preparar el pollo y Kouichi se encargó de las ensaladas. No recordaba alguna navidad que hubieran pasado juntos en su niñez, ahora que ya casi eran adultos sucedía por primera vez, se sentía un poco extraño.
-Todo parece estar en orden- murmuró sin dejar de concentrarse en lo que estaba haciendo.
- sí- respondió casi con un susurro- empezaré un trabajo de medio tiempo la próxima semana y tengo una entrevista para retomar el instituto- ahora pareció pensativo- quisiera…agradecer…por todo…
-…Yuuri también parece alegre – lo miró logrando avergonzarlo - no ha dicho nada, pero lo supuse.
Asintió con la cabeza.
- sólo intenta no decepcionarla.
- …descuida- respondió con ironía- no quiero que vuelvas a golpearme.
Hotaru por su parte se había quedado en cama el día entero, seguía sintiéndose deprimida después de haberse despedido de Keiji ese día.
Cuando oyó a su madre llegar se dio una ducha y vistió la blusa en tonos crema y la falda que le había comprado antes. A pesar de tener un aspecto cansado debió admitir que lucía bien, probablemente antes su cuerpo no le habría permitido usar ropa tan linda.
- Me encanta- sonrió al verla en el primer piso- admite que tengo buen gusto- ella también llevaba un nuevo atuendo.
- si- respondió inexpresiva.
- Tomoki y Seichiro aún no han llegado así que tenemos tiempo ¿quieres que te maquille?
La miró de reojos, avergonzada, sorprendida, jamás le había ofrecido algo así.
- aunque sigas pareciendo una niña a tu edad es importante que sepas hacerlo.
La siguió hasta la sala junto a un par de estuches que contenían diferentes cosméticos. Ordenándole sentarse junto a la ventana comenzó aplicándole corrector de ojeras.
- Parece que no hubieses dormido en años-murmuró- cuando hacía muchos turnos también lucía así.
-…tal vez es hereditario…
- bueno al menos tus pestañas son fáciles de curvar, como las de tu padre.
Cambió su expresión, no lo había mencionado en mucho tiempo, y tuvo deseos que dijera en qué otras cosas más se parecían, pero Anne se quedó en silencio.
Le puso un poco de rubor, labial y antes de finalizar comenzó a aplicar un fijador.
-Aun no abras los ojos – musitó acomodándole el cabello, sólo en ese momento Anne notó un sutil moretón que tenía a un lado del cuello- ¿Te has sentido bien?
-…si…
- recuerda tomar tus medicamentos…
-lo he hecho- mintió.
Anne, pensativa, comenzó a arreglarle el cabello.
-…Hotaru- suspiró, ahora con una voz más suave - tienes que recordar que, aunque pienses lo contrario, para mí siempre estarás por sobre Seichiro y Tomoki…
Por un segundo sintió como se le encogía el corazón ¿sería cierto? Sabía que su madre no era una mala persona, pero entendía que, aunque no quisiera, sus sentimientos le hacían demostrar lo contrario, tal vez ni ella misma lo había notado.
Apretó los labios viéndola de reojos, cabizbaja, no pudo darle una respuesta.
Al examinarse en el espejo del recibidor descubrió que la mayoría de las imperfecciones de su rostro habían desaparecido, aunque el maquillaje era muy sutil ahora parecía ser una chica alegre y saludable, no importaba si interiormente sintiera lo contrario.
Fueron a un restaurant en el centro de la ciudad, donde a pesar de estar lleno Seichiro había hecho reservaciones. Antes de sentarse recorrió todo con curiosidad, era similar al lugar donde los había visto por primera vez, por suerte ahora llevaba el atuendo adecuado.
Toda la comida era refinada y de porciones pequeñísimas, así que sólo comió un poco de ensaladas y no tuvo que preocuparse que su madre la estuviese vigilando.
Luego de comer se pusieron sus abrigos y Anne pidió salir a mirar las luces navideñas. Al igual que las parejas jóvenes, la vio tomar el brazo de Seichiro y caminar entre las demás personas. Ella suspiró resignada, quedándose atrás junto a Tomoki.
Observaba el breve concierto navideño que una joven daba en el escenario fuera de una tienda cuando notó a una niña llamando angustiosamente a su madre. Miro de reojos a Tomoki quien de inmediato se acercó a ayudarla.
- ¿Estás bien?- musitó en un tono suave, al verlo la niña se pasó la mano por los ojos- ¿quieres que te ayudemos a buscarla?
De inmediato niña lo tomó de la mano.
- ¿recuerdas que ropa llevaba tu mamá?- agregó ella intentando también parecer amigable.
- …tiene…un abrigo rojo…
-no debe estar muy lejos- musitó Tomoki.
Caminaron por la cuadra, pero había demasiada gente por todas partes.
- si no la encontramos podemos ir a una estación de policías- La niña asintió y los miró a ambos, ahora en calma.
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Editado: 29.11.2024