Ligera y agridulce

La velocidad de la luz: Capítulo 14

Recibió por primera vez mensajes de Keiji esa semana una tarde mientras descansaba en el sillón, su sillón, acompañada de un libro. A pesar de las esperanzas que le había dado Anne en cuanto a los días soleados, esta vez el cielo estaba tan oscuro que volvió a sentirse cansada, los mensajes de Keiji fueron ahora un salvavidas para mantener su atención en él, y no en sí misma.

Era la imagen de un folleto de un show de fuegos artificiales que se haría el fin de semana en un templo cercano.

- “¿Quires ir?”

Lo analizó pensativa, luego avergonzada ¿sólo los dos? Aunque debía admitirse afortunada de que estuviese considerándola. ¿Y si sólo lo hacía decir las cosas que no habían podido la vez anterior?

-“…no te preocupes si no puedes”

-“…descuida”- dudó, el corazón se le había apretado -“no está mal salir un poco de casa”

Pero ahora no obtuvo otra respuesta. Se acercó a la ventana al notar que comenzaba a llover.

- La intensidad de la lluvia ha aumentado- murmuró Aki mirando hacia el cielo, tras verse obligados a terminar entrenamiento.

- entonces creo que deberíamos dejar el cambio de cuerdas para otro día.

- al menos no está nevando ¿Tienes un paraguas no es así?- sonrió viendo dentro del casillero.

-…está bien- lo miró de reojos. Su amigo le robó el paraguas mientras él terminaba de anudarse los zapatos - Primero podrías probar si está bueno.

Aki se adelantó y abrió el paraguas bajo la lluvia, momento en que divisó a Rin, quien procuraba proteger la caja de su violín bajo la chaqueta, dispuesta a mojarse.

- No creo que sea buena idea – sonrió ahora a su lado, avergonzándola.

-…Aki...

- ¿no tienes con qué protegerte?

-…debo volver a casa…- asintió.

Vieron como el resto de los alumnos se agrupaban bajo los paraguas de sus amigos corriendo hacia la salida.

- puedes usar este paraguas- musitó con su amabilidad característica, ella continuaba avergonzada.

Keiji por su parte los alcanzó sonriéndole en señal de saludo, ella, esta vez, seguro por no recordar su nombre, asintió con la cabeza.

- ¿Pasa algo?

- por qué no la acompañas al metro- propuso Aki con una suspicaz sonrisa.

Y aunque ella intentó negarse Keiji la examinó con detención, sintiéndose compasivo.

- no hay problema- asintió- estoy desocupado.

Recibiendo el paraguas se acomodó a su lado, Aki complacido se despidió con una sonrisa, ella aceptando esa nueva compañía no emitió comentario.

- ¿Vas a tus clases de música?

-…debo hacerlo antes de volver a casa- pareció resignada.

En ese momento un estruendo irrumpió desde el cielo, seguido por el brillo de un relámpago

- parece que se aproxima una tormenta- agregó Keiji viendo hacia arriba.

Un nuevo rugido la hizo estremecer.

-…¿estás...bien?

-...no me gustan las tormentas- Suspiró. Keiji sonrió notando que ya había bajado la guardia.

-sólo es una lluvia para despedir el invierno, seguro para mañana ya habrá un sol enorme.

Al llegar a la estación Rin le dio las gracias.

- Conserva el paraguas, seguro continuará lloviendo el resto de la tarde y te mojarás camino a casa- musitó-…y aún tengo la esperanza de verte tocar en una presentación.

Pareció analizarlo, ligeramente ruborizada, suspiró ahora devolviéndole una sonrisa.

- son muy amables…gracias…

Él asintió con la cabeza, la vio desaparecer entre la multitud con una sensación agradable, y se sorprendió sonriendo de manera involuntaria.

Corrió animado de vuelta a los dormitorios, y apenas entrar se quitó la chaqueta y el pantalón de buzo empapados. Ryo, que estaba recostado en su cama se incorporó con los auriculares puestos, viéndolo confundido.

- me daré una ducha.

- podrías quitarte la ropa en el baño.

- no pasa nada- rio- ordenaré todo luego ¿Crees que aun esté abierta la lavandería?

- no lo sé- volvió a recostarse dándole la espalda. Keiji lo miró con curiosidad.

- ¿estás bien?

-…si no te apresuras probablemente cierre.

Sólo cuando Keiji entró al baño Ryo por su parte volvió abrir los ojos, y tomando su celular miró la pantalla pensativo, continuaba escuchando la lista de reproducción que Hero le había encargado, pero gracias a Yuuri tenía ahora demasiadas cosas en la cabeza.

A pesar de los comentarios maliciosos de algunas de sus compañeras supo desde siempre que los ojos profundos y curiosos de Julie jamás volverían a quedar fuera de sus pensamientos. Amaba su mirada intuitiva, aventurera y nada coqueta que sin notarlo hasta ahora había logrado atraparlo por completo.

Esa tarde, tras haberse despedido, volvía a hablarle un par de horas más tarde pidiéndole que la visitara. Y aunque él se negó en primera instancia decidió ceder cuando dijo que era algo importante.

Meditó la idea luego de cortar, aunque teniendo en cuenta que su padre estaba en un viaje de trabajo, sería muy fácil convencer a Satomi que estaría en casa de algún conocido.

Al llegar, casi empapado y cerca de las ocho de la noche, Julianna pareció sorprendida.

- Cómo hiciste para convencer a Satomi- sonrió haciéndolo pasar.

-ella sólo se ocupa de su bebé- se encogió de hombros.

- Mis padres se fueron esta mañana a Okinawa ¿puedes creer que ni siquiera pensaron en invitarme? Mamá dijo que ya estaba lo suficientemente grande para hacerme cargo de la casa.

-seguro...- bromeó.

-vamos ¡siéntate!- le ordenó con esa voz aguda y nasal que a veces le salía.

-¿no tenías algo importante que decir?- la miró incrédulo-…o sólo era una excusa...

Aun así ella lo ignoró, mencionando en que primero prefería ver una película.

A penas sentarse a su lado ella apoyó la cabeza sobre su hombro, y cerró los ojos, acurrucándose. Ryo sólo le pasó la mano por el cabello sin entender muy bien aún su comportamiento. Y a pesar que la película dio inicio ella pareció no prestar atención.




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