Ligera y agridulce

La velocidad de la luz: Capítulo 21

Cuando las luces del teatro se apagaron la presentación dio inicio. El folleto que le dieron en la recepción indicaba el orden de cada número, los instrumentos y el nombre de la melodía, aunque como seguidor principalmente de grupos de idols era obvio que no reconociera ninguna.

Tras presentar un par de números vio a Rin subir al escenario sorprendiéndose por la elegancia de su atuendo. A penas empezó a tocar una especie de manto imaginario lo obligó a concentrarse nada más que en ella, luciendo tan hábil y confiada que le fue difícil compararla con la chica que había conocido en el instituto. Al finalizar la melodía, que en su mente duró solo un parpadeo, recibió unos cuantos aplausos, y la cortina bajó para luego volver a presentarse tocando en conjunto.

El anfitrión dio los agradecimientos finales y debió ponerse de pie como hacían todos, esperó a que la mayoría saliera antes de hacerlo. En el vestíbulo del teatro los alumnos eran recibidos por sus familias. Cuando al fin pudo divisarla despidiéndose de una de sus compañeras, descubrió una vez más que era la única que se encontraba sola.

- ¡Eso fue increíble!- exclamó con una genuina sonrisa, ella inclinó la cabeza, evidentemente avergonzada.

-…gracias…aunque cometí bastantes errores.

- no perceptibles para el común de la gente como yo- insistió.

- y estaba nerviosa- continuó excusándose.

- no necesitas decir nada.

-…claro…gracias…- asintió, los mechones de cabello que no eran parte de su peinado cayeron alrededor su rostro, él debió reprimir aquel impulso de acodárselos. Con los tacones además casi quedaba a su altura, y el vestido rojo de piedras y encajes le hacían lucir delicada.

-…¿Tienes…algo que hacer ahora?- murmuró al cabo de unos segundos.

- iré a cambiarme…

Y regresó luciendo un atuendo casual, mucho más cómodo, aunque seguía viéndose más madura que en el instituto.

- ¿Te ayudo con eso?- sonrió señalando la pequeña maleta que cargaba además de su violín. Ella aceptó en silencio.

Caminó a su lado indicando que conocía un lugar si la dejaba invitarla a beber algo, sorprendiéndose que esta vez no tuviera ninguna excusa. Mientras hablaban hubiese querido decir con nostalgia que le recordaba a Hotaru, pero se limitó a mencionar que llamaban su atención aquellas personas que tenían dotes musicales.

- No sé mucho sobre el tema, pero seguro si sigues esforzándote podrás convertirte en violinista profesional.

-…bueno…aun no sé si quiero ser profesional- respondió con cierto aire melancólico, que a él logró desconcertar.

- ¿y tus padres opinan algo al respecto?

Pareció pensativa.

-…bueno…la verdad es que ellos siempre están muy ocupados, no suelen venir a las presentaciones…así que no creo que puedan tener alguna opinión certera.

Keiji suspiró compasivo.

- al menos aun tienes muchos años para decidir- sonrió queriendo animarla, ella asintió con una ligera sonrisa, concentrado su atención en el té que bebía.

Él también se quedó en silencio tomando su café, deseaba parecer pensativo cuando en realidad no podía dejar de fijarse en cada uno de sus detalles. Sus manos eran pequeñas, pero sus dedos largos y delgados, se había arreglado las uñas, dándoles un aspecto elegante. Tenía el cabello adornado con una trenza de escasos mechones atrás de la cabeza, completando ese estilo…intelectual e introvertida…como las chicas que le gustaban.

-…Gracias por venir- murmuró de pronto- cuando dijiste que querías ver una presentación creí que bromeabas.

-…-claro que no- sonrió- tampoco bromeaba cuando dije que podías hablarme.

Rin pareció conmovida, sus mejillas se sonrojaron. Él continuó sonriendo, pensando en lo adorable que lucía con esa expresión, en especial luego de ser tan distante la mayor parte del tiempo.

- gracias…- respondió bajando la mirada.

-…Aunque admito que hasta hace poco tenía la idea de que ibas a las canchas de tenis para ver a Aki- confesó, ella de inmediato pareció quedarse paralizada.

-…bueno…él es…amable…y ustedes parecen ser cercanos.

-…él no está interesado en salir con chicas- confesó sin darle demasiada importancia, ya acostumbrado a que muchas se lo preguntaran. Rin, en cambio, levantó la mirada con expresión resignada.

-…supongo que debí saberlo…es extraño que alguien como él no salga con nadie.

-…aunque…no es mi caso- musitó inocentemente, Rin abrió los ojos y suspiró con una sonrisa, ahora un poco avergonzada.

Y ahora fue ella quien se quedó viéndolo, ya casi sin disimulo. Sus cabellos pelirrojos algo despeinados, su piel blanca salpicada de pecas, y sus ojos grandes y expresivos, complementaban a la perfección su carácter risueño, amigable y tranquilo.

No fue necesario intercambiar demasiadas palabras el resto de la tarde, al parecer ambos tenían bastante en qué pensar, y lo harían mucho más después de despedirse. Keiji pagó la cuenta y la acompañó a la estación de metro.

- Eres agradable- murmuró pensativo caminando a su lado, Rin respondió con un tímido gracias- Si aun quieres conocer más a Aki puedo ayudarte de todas formas.

Ahora suspiró ruborizada.

-…no, está bien así…tú también me agradas.

Keiji le sonrió, hubiese querido decir algún cumplido, pero ella se fue antes que pudiese decidirse.

Sin querer Umi volviese a pensar que estaba actuando una vez más como la Hotaru que todos odiaban evitó hablar sobre cómo se estaba sintiendo respecto a Keiji, sólo supo de su parte que él había recibido el obento, pero no tuvo comentarios al respecto.

Así que debería obligarse a evitar pensar en él, y tal como dijo Mayumi buscaría una distracción, así que esa tarde acabó el ensayo que tenía pendiente para la clase de literatura, y ayudó a Anne con los quehaceres de aquella casa que ya casi sentía como suya. Como todos los fines de semana, Seichiro y Anne salieron a cenar, por lo que apenas oscurecer subió a su habitación para evitar al máximo toda posible interacción con Tomoki, buscó una lista de reproducción en internet y se quedó viendo videos musicales hasta muy tarde.




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