A pesar de no volver a hablar durante el fin de semana esa mañana se despidió de Tomoki con una sensación agradable en la entrada del instituto.
En clases vio de reojos a Ryo entrar en el salón, y suspiró para sí misma al notar que ahora lo rodeaba una energía agradable. La profesora inició la clase dando la bienvenida a su último año en preparatoria y pidió el trabajo que había encargado para las vacaciones, más le preocupó que el suyo estuviera bien después del escaso esfuerzo que había hecho, que el mensaje de aliento para los siguientes meses.
Se reunió con Umi en el jardín a compartir sus almuerzos, pero se despidió pronto para estudiar las partituras que Jun tanto le había encargado.
Para Keiji, lo que estaba sintiendo no era el tipo de cosas que hubiese querido hablar con Momo, y tampoco estaba seguro de compartirlo tan prematuramente con Aki, así que apenas sonó el timbre del descanso se escabulló en busca de Rin.
Ella peculiarmente sonriente apareció entre la multitud de alumnos, ansioso la saludó con la misma expresión, viéndola más adorable y atractiva a cada minuto. Y apenas estuvieron alejados del resto se detuvo atrapándola en un abrazo. Rin, sofocada por la vergüenza escondió la cara sobre su pecho.
- Lo siento, necesitaba hacerlo- se excusó sonriendo.
Al parecer ella de inmediato entendió sus sentimientos, y se quedaron así hasta que buscó una de sus manos, y entrelazándola caminaron hasta encontrar un lugar donde sentarse.
A pesar de no sentir hambre, conformándose sólo con una lata de jugo, aceptó ante la insistencia en compartir su almuerzo. Aun después de haberse estado mensajeando el fin de semana anhelaba el contacto físico y, ahora, mirándola de reojos mientras se llevaba cada bocado, deseó estar un poco más cerca.
- Creo que al menos debí invitar el postre- musitó de pronto.
- estoy bien así.
- ¿quieres ir a algún lugar después de clases?
-…aunque tengo clases de música.
- entonces iré por ti cuando acabes.
Aun sin tener excusas para ausentarse de su entrenamiento, se comprometió en que estaría varios minutos antes cerca del salón de música para que ella lo encontrara.
A diferencia del resto de los profesores Jun prefirió evitar esa aburrida charla del último año e inició la clase presentando el par de nuevas canciones que ensayarían hasta el próximo concurso, y aunque sabía que no estaba considerada, recibió la hoja convencida de no decepcionarlo.
Como lo hacía con cada uno de sus alumnos se quedó oyéndola un rato.
-…Al parecer no practicaste lo suficiente- aseveró, a lo que ella sólo se resignó en asentir- aunque me sorprende que aun no te hayas rendido.
Aliviada aceptó eso último como un cumplido, y continuó tocando con entusiasmo. Ahora Jun se acercaba a Rin, su alumna prodigio, quien esta vez sí parecía distraída, fue una sorpresa que la regañara.
Después de ese motivante ensayo guardó su flauta, se despidió de Jun, y caminaba a la salida del edificio pensando en los deberes que debería hacer al llegar a casa, cuando entre sus compañeros pudo divisar el cabello pelirrojo de Keiji. Emocionada quiso alcanzarlo, pero antes de lograrlo vio como Rin lo tomaba del brazo y caminaba su lado sin que él pudiese notarla. Aquel gesto borró de inmediato la sonrisa que llevaba, y fue suficiente para convencerse que su amigo en realidad sí tenía motivos suficientes para alejarse. Incapaz de dar los siguientes pasos, y con un nudo bajo el estómago se quedó viendo hasta perderlos al doblar hacia la escalera…
Apretó los labios ahora con un sinfín de ideas, y, de una forma bastante autodestructiva quiso grabarse esa imagen…¿Rin…realmente era ella? No tenía suficiente evidencia para sacar conclusiones, estaba demasiado confundida, y desde ese momento todo lo demás pareció menos importante.
Al llegar a casa se esforzó en responder al saludo de su madre con el mismo gesto, y tras tomar sus medicinas se encerró en la habitación con la excusa, no tan falsa, de tener que estudiar, al fin en privacidad respiró profundó sin poder contener más las lágrimas. La imagen de esa íntima cercanía le torturó el corazón, su Keiji, su amado mejor amigo, al fin alguien había logrado atraparlo, y solo hasta ahora descubrió lo extraño y triste que sería compartirlo.
Caminando, ahora de la mano, la invitó a una cafetería y pasearon por un parque riendo de cualquier cosa, Keiji no quería prestar atención a nada más si Rin estaba hablándole, una voz suave, con gestos delicados, y mucho menos apática que la primera vez, se sentía triunfante por haber confirmado su teoría, era una persona agradable e interesante. Se comprometió en asistir a todas sus presentaciones, aunque casi no entendiera su música, ella a animarlo en los partidos, de los cuales ya había aprendido un poco las reglas.
Escaleras abajo salieron del templo que estaba en medio del parque donde él acababa de comprar un par de amuletos para el nuevo semestre, el sol comenzaba a desaparecer en el horizonte, ya casi no quedaban personas merodeando, por lo que ella se detuvo y le soltó la mano quedando en un escalón más arriba, Keiji la miró hacia atrás y se volteó sin entender el gesto, Rin estando ahora en una posición más alta lo rodeó con sus brazos, dejándolo apoyar la cabeza bajo su cuello, acarició esos finos cabellos pelirrojos que le encantaban y cuando se separaron fue ella quien alcanzó primero sus labios, permitiendo que la besara. Keiji, que no había besado a nadie más que a su mejor amiga, y en muy incómodas circunstancias, ahora supo que podía ser mucho más agradable y placentero si ambos estaban de acuerdo en hacerlo. Al tomar un poco de distancia ella apoyó una mano sobre su mejilla, sonrieron a la par, con una mezcla de complicidad y vergüenza. Ninguno de los dos se atrevió a interrumpir con palabras ese íntimo momento.
Desagradada por su reflejo esa mañana tomó prestado el rizador de pestañas de Anne y suspiró resignada al salir de casa. Necesitó volver a arreglar su flequillo antes de entrar al salón, el rostro de Rin sin duda era más agradable que el suyo, pero no estaba precisamente más ni menos delgada ¿Era una chica interesante? Desde luego, incluso ella misma había admirado su talento, pero por qué Keiji tenía que haberse fijado en ella.
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Editado: 05.05.2025