Ryo despertó deseando sentir otra vez el aroma del cabello de Julie. Seguía siendo sin duda esa persona fuerte, alegre y ajena a los estereotipos que conocía, capaz de encantar a cualquiera. Se avergonzó por lo último que había dicho la noche anterior, dudando en saber si habían sido o no las palabras correctas. Por suerte, para distraerlo de esos pensamientos estaba Keiji, indicando que si no se levantaba llegaría tarde a clases.
Hotaru, que había planeado llegar temprano para repasar sus partituras, se distrajo en el camino y entró en el salón justo cuando con Ryo también lo hacía, le dirigió la mirada, por cierto, esa mañana parecía distraído.
En el almuerzo se reunió con sus amigos, quienes volvieron a felicitarla por su cumpleaños, y aunque Umi propuso verse después de clases, Keiji tuvo una mejor idea de celebrar cuando fueran las festividades del verano.
Ella ciertamente también tenía otros planes, se había pasado los días mirando el libro que Anne le entregó para su cumpleaños. A penas las clases terminaron fue por su flauta al casillero y ya en su jardín secreto, más limpio y ordenado gracias a Keiji, buscó las nuevas canciones de su lista de reproducción y se puso los audífonos. Con los ojos cerrados se quedó extasiada escuchando el sonido de la flauta al inicio de Stairway to Heaven. Aunque ya no recordaba cual era la traducción exacta, el contexto junto con el sonido de sus instrumentos la hacían afirmar que era una obra maestra. A penas acabar miró el libro de partituras, emocionada…Fue una agradable sorpresa descubrir que lograr las notas con un sonido similar fue más fácil de lo que hubiese imaginado…Kenji tal vez se habría sentido orgulloso.
Con una sonrisa de satisfacción que nadie podría quitarle esa tarde se encaminó a la panadería. Kouichi y los demás la saludaron con una similar sonrisa, teniendo en cuenta además que en pocos días recibiría su paga.
- Pareces animada – musitó Mizuki. Kouichi asintió con una sonrisa.
Al día siguiente al saludar a Ryo en clases hubiese deseado que actuara tan amable como su hermano, pero sin mayor atención en ella sólo levantó la cabeza y se fue a su lugar en silencio.
Poniéndose los audífonos esa tarde se encaminó a la sala de música queriendo ser la primera, pero Rin ya estaba en su rincón repasando sus partituras, pareció suspirar con hastío, la llegada de otro alumno la salvó de tener que saludarla, aun así, no pudo evitar sentirse un poco intimidada.
Habiendo estado sólo concentrada en Stairway to Heaven, supuso que Jun la regañaría al descubrir que no había ensayado, pero para su sorpresa sólo la miró pensativo aun ante sus evidentes errores.
-…Sólo quisiera saber si estoy haciendo algo mal- balbuceó atreviéndose a acercársele.
Jun levantó la mirada de su celular y la miró con suspicacia.
- Eres demasiado insegura. Sabes que sólo corrijo a los que sé que pueden superar sus errores…en quienes veo potencial ¿Aún no descubres si en realidad lo tienes?
Sintiéndose avergonzar, apretó las manos, incapaz de responder.
- si ensayas lo suficiente tal vez seas capaz de superar eso.
Sin asentir volvió a su lugar, miró el libro de partituras dentro de su bolso ahora preguntándose si de alguna forma superaba sus expectativas también podría ayudarla a interpretar las adaptaciones de su padre.
Cuando la clase acabó esperó que el resto de sus compañeros saliera, tenía el cuaderno bajo el brazo. Él le dirigió la mirada, pero antes que pudiese acercarse con actitud evasiva mencionó que iría por un café.
-…Creo que la clase ya terminó – la sorprendió Rin a sus espaldas. La miró de reojos, tampoco había guardado su violín-…Lo he notado…¿por qué siempre quieres quedarte con Jun después de clases, no son clases particulares o me equivoco?- agregó dejándola paralizada ante tan repentino ataque- ¿Quieres tener también toda la atención de él para ti?
Apretó los dientes, sin poder dar una excusa inteligente.
-…Hotaru- murmuró Jun de regreso.
- ¿Podrías explicarme esta parte? Aun tengo algunas dudas- se adelantó Rin antes que él pudiese acercársele.
- ¿De verdad? Tu nivel es mucho mejor que esto, deberías poder leerlo a la perfección, no me digas que has disminuido tus horas de ensayo…
Con la rapidez había puesto la flauta en su estuche, caminó hacia la puerta.
- nos vemos en la próxima clase- susurró cabizbaja.
Jun levantó la mirada.
¿Tendría alguien más la impresión de que intentaba tener una relación cercana con él?
Umi rio cuando se atrevió a decírselo.
- “Probablemente te evoca familiaridad” – agregó- “la música, tu padre. No te preocupes, ya sabes el tipo de persona que es esa chica, me alivia que hayan terminado, sin duda era una mala influencia para Keiji”.
- “qué alivio-“ suspiró- “gracias por responder a esta hora”.
- “no pasa nada, ayudo a mamá con sus arreglos florales”
- “prometo que llevaré tu almuerzo para mañana”
- “bien”- rio al otro lado del auricular- “¡nos vemos!”
A penas colgar vio a Anne parada afuera de su habitación, tenía el cuaderno de su padre tirado a su lado de la cama.
- ¿Bajarás a cenar?
- no pasa nada- respondió forzando una sonrisa, su madre pareció pensativa, y regresó hacia el pasillo.
Le hubiese gustado preguntar a su madre en qué momento había dejado de sentir respeto y admiración por Kenji, para de alguna forma transformarse en atracción amorosa.
Tras servir el té Yuuri se sentó entre ambos en el sillón buscando algún título en su celular, Julianna lamentaba ser un mal trío, aunque a ninguno de los dos pareciese molestarles. Prefirió poner atención a la televisión, donde pasaban las principales noticias del día. Kouichi no estaba mirando la pantalla hasta que en los anuncios de espectáculos una mención respecto a dos jóvenes diseñadores que triunfaban en la semana de la moda le hizo levantar la cabeza.
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Editado: 05.05.2025