Nada más de ti: Capítulo 22

Se preguntó si Anne atribuiría su falta de energía y apetito a las cada vez menos frecuentes sesiones con Mayumi, o el estrés del instituto, aunque no decía nada, aun parecía asegurarse que tomara con normalidad sus medicinas.

No había visto a Rin, pero sabía que tarde o temprano tendría que hacerlo en clases de música. Si pensaba en ella le era inevitable revivir el rencor de su voz y su mirada. Aunque fuera menor casi por dos años le parecía superior en talento y carácter, ya no sabría cómo reaccionar si volvía a increparla.

Con Seichiro en un viaje de trabajo, esa mañana caminó junto a Tomoki hacia el instituto. Salieron temprano, él le siguió el paso con la calma que lo caracterizaba. Observaba ese camino rodeado de árboles florales que tanto le gustaban, la presencia de Tomoki ya se sentía tan familiar que incluso llegaba a disfrutarla.

En la entrada del instituto él se detuvo a comprar un par de latas de jugo, ella se mantuvo a su lado para elegir un sabor, pero justo en ese momento divisó a Rin caminar en su dirección.

- Me…adelantaré- se apresuró hacia los casilleros, dejándolo extrañado sin siquiera darle la posibilidad de despedirse.

Sólo al llegar a su salón se percató que debió haber sido menos evidente, tal vez ella si quiera la había visto, y claro, sin tener en cuenta que estaba escapando de una chica de primero.

Antes de tomar asiento notó que Ryo en su lugar suspiraba somnoliento.

Aun ante la variada y colorida caja de almuerzo que había preparado Anne, continuaba con escaso apetito. Umi fue la primera en responder aceptando su invitación en el descanso.

- No hemos hablado hace algunos días, pero no estoy enojada- suspiró cuando le preguntó por Keiji.

- lo sé- sonrió Umi complacida- no ha sido su culpa, y me alegra que lo menciones, ya sabes cuánto te aprecia.

Asintió un poco avergonzada.

- y bueno, si no te hablamos es porque hemos estado ocupados- agregó tomando un sorbo de su jugo- pero puedes venir a vernos jugar cuando quieras.

-…también he estado un poco ocupada- se excusó, no había visto a Jun en algunos días, pero ya esperaba poder ensayar juntos.

- ¿Llenaste tu solicitud para alguna universidad?

- no- sonrió con un suspiro- me refería a los ensayos.

- entonces te iré a ver cuando tengas alguna presentación.

-…claro- respondió ahora sin estar segura de querer que eso fuese real.

Umi, que ya había acabado su ración, notó que apenas le había dado un par de mordidas a su sándwich, aunque no dijo nada supo que sólo se estaba conteniendo.

Antes de cerrar su bento miró la porción de arroz y verduras que aun debía comer, tal vez esta vez tendría que inventar alguna excusa para Anne.

La mirada penetrante de Rin volvía a aparecer en su cabeza si se distraía, y esa tarde sí que lo estaba, tal vez si no hacía algo pronto terminaría enloqueciendo. Con la mano apoyada en la mejilla parpadeó un par de veces para evitar quedarse dormida, no importó si la materia entraba en algún examen o que apenas había tomado apuntes. Por suerte en los siguientes minutos sonó el timbre, vio a salir a los más apurados, para luego incorporarse. Ryo antes de abandonar el salón seguía aletargado, por lo que no se atrevió a despedirse.

A penas había ingerido algo en el almuerzo, así que tras ir por la flauta buscó una máquina de bebidas.

Con el instituto ya casi vacío y su lata en mano caminó por los senderos en busca de un lugar donde ensayar sin molestar a nadie, el clima estaba tan agradable que si hubiese tenido su jardín se habría tirado también a dormir sobre el césped. Casi cuando asomaba la cabeza en la entrada un agudo sonido la sacó de sus pensamientos, agudo, pero por lo demás bastante preciso, dulce e inspirador, de inmediato supo que se trataba del violín de Rin. Ya no fue capaz de dar otro paso, con el pecho apretado y el corazón latiéndole más fuerte suspiró profundo ¿Cómo una persona tan desagradable podía lograr tan bella interpretación? Apoyó la espalda en el muro, sus ganas de practicar se habían disipado, al dejar de oír la melodía supo que lo mejor era volver a casa.

- ¡Buen juego!- sonreía Keiji hacia el par de chicos de primero que acababan de salir de la cancha. A su lado Aki también parecía satisfecho.

- creo que habrá varios candidatos para tomar nuestros lugares cuando nos graduemos- musitó pensativo.

- ¡buscaré alguna universidad que tenga un buen equipo de tenis!

Su amigo se adelantó hacia el camarín, él se quedó leyendo un par de mensajes que acababa de recibir de Umi.

- Siento nostalgia al ver a los chicos de primero- sonrió ella a sus espaldas.

- ¡qué rápida!- se sorprendió, recibiendo una de las latas de jugo que su amiga cargaba.

-…Hoy almorcé con Hotaru.

- es cierto, no hemos hablado hace algunos días.

- lo sé- suspiró, antes de tomar un sorbo- A veces creo que me preocupo demasiado cuando no debería hacerlo, pero sabes que contigo ella es diferente.

Keiji la analizó sin saber a qué se refería.

-…bien, le hablaré si es lo que quieres.

- ¡gracias!- le guiñó un ojo antes de despedirse.

Pasó por su mochila al vestidor, donde ya no quedaba nadie, y sin cambiarse se dirigió al dormitorio. Sin duda aun debía estar un poco deprimida por lo de su jardín.

Saludó a Shiro en la entrada quien le respondió con un ladrido, y en un solo movimiento eliminó varias motas de pelo que se elevaron por los aires.

- Creo que alguien necesita ir a la peluquería- murmuró abriendo la puerta, Ryo, sentado a los pies de su cama, levantó la mirada- me refería Shiro- sonrió.

-…iré a darle un paseo- se incorporó con lentos movimientos, Keiji supuso que su estado somnoliento se debía a que en los últimos días lo había visto quedarse hasta muy tarde viendo el celular.

Por suerte no había nadie en casa, de seguro Anne la habría estado inspeccionando por tener esa actitud tan melancólica sin ninguna razón aparente. Se quedó mirando hacia el patio trasero, donde habían instalado una nueva terraza, y aunque sabía que era el mejor lugar de la casa prefirió descansar en la privacidad de su habitación.