Nada más de ti: Capítulo 24

Aunque ese fin de semana debía levantarse temprano para el trabajo se quedó hasta tarde fantaseando con la imagen de Ryo y Hero tocando la que ahora era una de sus canciones favoritas, sin duda si le permitía ayudarla sería una situación un poco extraña, pero tal vez satisfactoria.

Anne la sorprendió también temprano esa mañana, lucía alegre, complacida y más jovial de lo que acostumbraba. Antes de saludarla mencionó que debía asistir a uno sus chequeos de seguimiento.

-…Cielos- murmuró sirviéndose más té- olvidé entregarle a Tomoki los sándwich para el campamento.

- seguro…habrá mucha comida allá- respondió incrédula.

- espero que Seichiro le haya dado dinero- insistió, con cierta preocupación. Ella la miró compasiva.

- creo que él es mucho más independiente de lo que desearías.

Anne asintió resignada. La vio tomar un sorbo de su taza a pesar de que seguía caliente, y despedirse con la excusa de ir tarde.

Para Anne, el que Hotaru se comportara y luciera como una chica sana le daba tiempo de pensar más en sí misma. No había logrado inscribirse en ninguno de los talleres para amas de casa y comenzaba a sentirse sofocada por el excesivo tiempo libre. Volver a encontrarse con sus antiguas compañeras en el hospital la invadía de nostalgia, y se hubiese quedado meditando al respecto, de no ser por la conversación que tendría con Seichiro cuando menos se lo esperaba...

A Ryo le pareció extraño esa mañana ver en su celular una solicitud de video llamada teniendo en cuenta que no habían hablado más que a través de breves mensajes. Apenas decidió aceptar la llamada se marcó, arrebatándole su momentáneo estado de somnolencia. Julianna tardó algunos segundos en contestar, y cuando lo hizo no pudo evitar sentirse un poco incómodo.

- Creí que no aceptarías- musitó terminando de acomodar la cámara, en la que de todos modos, dado la oscuridad a su alrededor, apenas pudo notarla- son más de las dos de mañana en Milán- agregó tras una sonrisa.

-…claro, lo siento- respondió confundido.

- pero no pasa nada, sólo lamento haber llamado de manera repentina, la verdad quería hacerlo antes, pero bueno…ya sabes…

Quiso decir algo, mencionar que no necesitaba excusas, pero antes de poder procesar una respuesta Julie, volviendo a mostrar esa particular energía que la caracterizaba, continuó.

- Hoy salí con mamá y compré algunos regalos para Yuuri y Satsuki, quería saber tu opinión…

Él asintió, de inmediato la vio desaparecer, aliviado en que al menos Keiji ya se había ido a entrenar y no volvería hasta el mediodía.

- Serán de utilidad para la universidad, se los daré cuando vengan a visitarme.

Aun asintiendo pensó en lo utópico que sonaba eso, teniendo en cuenta que nunca lo habían hecho incluso después de tantos años.

- A todo esto, te enviaré un artículo de mi página, lo escribí en japonés- musitó- espero no haberme equivocado en los kanji.

Tras cortar, en vez de abrirlo apagó la pantalla, pensativo. Poder verla y escuchar su voz casi le hizo creer que extrañaba no haberlo hecho en las últimas semanas. Tal vez sólo era esa energía resplandeciente que ella irradiaba siempre, ahora como amiga y a cientos de kilómetros, donde no pudiese acercársele, ni él tentarse a dejarla hacerlo…

Como solía suceder lo si pensaba en exceso, la incertidumbre del futuro casi lograba entristecerla. Parecía como si todos a su alrededor estuviesen descubriendo sus destinos para cuando acabara el instituto, ella en cambio se esforzaba poco en no bajar sus calificaciones, y más en evitar pensar en su imagen o en si estaba o no sana. No había logrado ser una estudiante sobresaliente o ser buena en algún deporte, tener un primer amor o destacar de alguna forma, y eso dolía teniendo en cuenta que hace un par de años era lo que en secreto había imaginado para cuando tuviera dieciocho.

Tomó el espejo que guardaba dentro uno de los cajones de su escritorio y se quedó analizando su rostro, como si de esa forma pudiese encontrar alguna respuesta, ya no sabía si lo odiaba, si lucía mayor que hace un par de años, y por momentos incluso le costaba reconocerse a sí misma, pero estaba ahí, su imagen, viéndola con sus ojos grandes, y un poco amenazantes. Lo último que hizo esa noche antes de irse a la cama fue apuntar en su diario con una letra apresurada sus más recientes pensamientos…seguía sin ser una chica valiente...

-…Hero y yo daremos el examen de ingreso en alguna universidad para el área de humanidades- musitó su amiga esa tarde en el horario de descanso.

- creo que también lo haré- agregó Keiji, pensativo- aunque aun me falta llenar la solicitud.

Ambos le dirigieron la mirada, debió bajar la cabeza.

-…creo que lo mejor sería…tomarme un año libre…para pensarlo- suspiró por la nariz- aunque claro, mamá no lo permitiría.

- no pasa nada- musitó Keiji al verla desanimada- si no quieres estudiar te adoptaré como hermana menor y podrás preparar mi comida.

- eso más bien suena como una espo…una empleada- se corrigió Umi sobre la marcha, lo tres rieron, Hotaru con especial resignación.

A penas finalizar sus almuerzos Umi se despidió, Keiji cargó la bolsa en la que ella había llevado la comida y la acompañó de vuelta al salón. Casi no había alumnos, pero ahí estaba Ryo con su mirada, ahora un poco nostálgica. Tuvo la sensación como si se esforzara en analizar algo. Keiji lo saludó, ella no se atrevió a sonreír hasta que en repuesta levantó la mirada.

- ¿Ya comiste algo?- murmuró Keiji sin obtener respuesta- Hotaru prepara una comida muy buena, si eso te anima- musitó avergonzándola, aunque Ryo pareció incrédulo, y respondió con ese tono de voz grave y en extremo pasivo que a ella a veces lograba erizarle la piel, en cambio a Keiji le impacientaba.

-…claro.

Para luego volver a bajar la mirada.

Al cabo de ver entrar a la profesora, de que su amigo se retirara y que ella se sentara en su lugar a intentar poner atención a la clase, recibió un mensaje de Umi con un folleto indicando la próxima presentación de la banda, insistiendo en la oportunidad de ver y hablar con Ryo fuera del instituto.