Llevaba algunos días levantándose con menos apetito, pero no podía dejar que Anne descubriera que estaba sintiéndose así por su causa. Bajó a la cocina temprano aliviada de no encontrar a nadie, bebiendo con rapidez un vaso de té verde con leche y su par de medicamentos se fue a clases incluso antes que Tomoki estuviera listo. Ciertamente si su madre cambiaba de apellido dejarían de tener ese vínculo legal, como si ante la ley dejara de ser su hija, sabía que por un lado no era su intención, pero por otro, era normal que al unirse con Seichiro quisiera adoptar su apellido.
En el ensayo siguió a Rin con absoluta displicencia descubriendo que después de tanta aflicción la mejor solución era dejarle ser protagonista. Como en mucho tiempo, no hubo intercambios de opiniones ni miradas desafiantes, sólo se oyeron las felicitaciones de Jun a ese grupo de alumnos que había seleccionado tan cuidadosamente.
- Parece que has madurado- murmuró él con una sonrisa incrédula al final de la hora.
Ella sabía que tenía cosas más importantes de las que preocuparse ahora.
-…seguiré tus consejos.
- sólo continúa así. No puedo quedarme hoy- sonrió con cierto aire de complicidad, que por un segundo la hizo avergonzar- pero sigue por tu cuenta.
Sin saber con exactitud a qué se refería asintió y lo vio salir.
Ensayar por su cuenta ahora no le pareció una idea demasiado estimulante, pero era temprano para regresar a casa, así que se puso los audífonos y con una lista de reproducción aleatoria se quedó mirando por la ventana como el viento se llevaba las pocas flores que quedaban en los arbustos, el cielo estaba algo nublado y no hacía calor a pesar de estar a pocos días de comenzar el verano. Miró la pantalla de su celular, era una lista de reproducción demasiado romántica, aunque ideal para el estado melancólico en el que ahora se encontraba…
Al menos el suave sonido de los violines para dar paso al sólo de guitarra de Ken Kitamura logró elevarla por unos minutos…
…Chiisaku yureta himawari
Sayonara mo ienai mama
Honno suu miri no sukimade sotto
Kusuguru itami
Manatsu ni kieta hanabi ga
Namida no saki ni utsureba
I will kiito omoi dasu wa
Anata ni todoke kono basho de
Atashi wa Heroeiru…
Siguió repasando la melodía en su mente, era una linda canción, tal vez algún día podría interpretarla en su flauta.
Iba a cantar el siguiente coro cuando a sus espaldas descubrió, sobresaltándose, que Naoki y Ryo la observaban.
- ¡Te dije que era buena en el karaoke!
Se quitó rápidamente los audífonos sintiendo como su cara se había vuelto roja y caliente.
- Lo siento, no queríamos espiar- sonrió Naoki.
-…ya…ya me iba- balbuceó con dificultad.
- descuida, es temprano, nosotros llegamos antes.
Se apresuró en desmontar y guardar su flauta.
- Tu voz suena muy linda cuando cantas- insistió- ¿sabes algunas otras canciones?
- discúlpalo- murmuró con voz ronca Ryo sacando su guitarra.
- Hero nos ha dado un listado para ensayar –le aproximó la pantalla del celular, ella pasó la vista reconociendo varios títulos -¿conoces algunas de estas?
-…creo que pueden comenzar con Hitomi no jyunnin- suspiró-le gusta a la mayoría.
Naoki asintió con una complacida sonrisa, mientras que Ryo mantuvo los ojos en ella hasta que salió de la sala.
- No me digas que Hikaru ahora te agrada- murmuró suspicaz.
-…al menos llámala por su nombre.
Alcanzó de prisa la salida del edificio, seguía siendo demasiado temprano para volver a casa a fingir ante su madre un entusiasmo que no tenía. Así que caminó al sector de las canchas de tenis con la esperanza de encontrar a alguno de sus amigos.
No fue difícil divisar a Umi, ya que la principal atención estaba centrada en ella y una chica con la que disputaba un caluroso partido, lucía animada y tan enérgica que al finalizar se lamentó de no tener alguna bebida que darle como recompensa por el triunfo. Por suerte sus compañeras, de las cuales ya a casi ninguna reconocía, se encargaron de eso antes de poder acercarse.
- Hotaru- sonrió- debiste decir que vendrías.
- llegué hace sólo unos minutos- musitó- pero felicitaciones.
- fue un juego difícil, las chicas de primero son muy enérgicas.
- debes ser una inspiración.
Su amiga rio, exclamando que exageraba.
Se sentaron en la banca más cercana. Umi se terminó la botella de agua.
- Creí que a esta hora estarías en el salón de música, o en la panadería.
- creo que tengo un poco de tiempo libre hoy- se encogió de hombros.
- Podríamos haber ido al centro comercial, pero ya le dije a Hero que lo acompañaría al ensayo, ahora está en una reunión con los encargados del consejo estudiantil planificando la participación en el Festival escolar…
- descuida- sonrió resignada- podemos salir otro día.
Umi le tomó la mano, casi avergonzándola, se despidieron y la vio dirigirse a los vestidores.
Tras cambiarse Umi por su parte caminó al edificio principal, donde siquiera fue necesario esforzarse en buscarlo, en compañía de una chica Hero caminaba en dirección a la sala de profesores cargando una torre de folletos. A penas verla le sonrió con la mirada, lo esperó afuera de la sala.
- Tienes cara de buenas noticias- musitó a su regreso.
- Prometieron esforzarse en lo que les pedí, al menos con el equipo de sonido.
Se disponían a caminar hacia la sala de música, cuando una voz femenina se llevó la atención de ambos.
- ¡Hero!- exclamó animada- puedo llamarte así ¿verdad?- Él con una sonrisa se encogió de hombros- olvidaste anotar tu correo en el listado de asistencia.
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Editado: 05.05.2025