Cuando decidió visitar a Satsuki, supo de inmediato que a ella le sería inevitable volver preguntar por Julianna, aun así, al llegar no pudo esconder la incomodidad que le causaba tal pregunta. Por suerte Satomi intervino sirviéndole refresco e indicando que su padre llegaría pronto. Con su vaso en mano se fue a la terraza del patio trasero donde su hermana menor lo siguió cargando ese peluche que Julie le había regalado, y le obligó a tomarle una fotografía haciéndole prometer que se la enviaría, ciertamente, al igual como le había pasado a él, Satsuki había sido atrapada por sus encantos.
Antes del anochecer su padre llegó, vestido de traje y portando consigo un maletín, había trabajado aun siendo fin de semana. Lo saludó con una expresión seria a pesar del afectuoso abrazo de bienvenida que acababa de recibir de su hermana. Satomi, que ahora preparaba la cena, le sirvió un vaso de té helado, con el cual volvieron a la terraza. Los primeros minutos fueron incómodos, sabía que su padre era lo suficiente suspicaz como para hacerse una idea de lo que le diría.
-…Así que tomarás la misma postura que Kouichi- murmuró sin dirigirle la mirada- no me parece mal si también consigues un empleo…no me molestan sus decisiones, pero ten en cuenta que su vida ha sido muy diferente a la tuya.
Interpretó esa última frase como si intentara decir que la ausencia de su madre no había tenido en él mayores repercusiones, cuando ambos sabían que no era cierto, la falta de una figura materna le había llevado a cultivar ese carácter anti social que en momentos hasta él mismo odiaba. Se limitó a asentir culpándose por creer que su padre podría entenderlo.
Estuvo de regreso en el instituto satisfecho con la cena de Satomi, pero sintiéndose cansado. Gracias a que la habitación estaba oscura se tiró de golpe sobre la cama, y no habría despertado hasta el día siguiente de no ser por el ruido en su celular que se negó a coger hasta notar, con una inevitable mezcla de alegría y placer que se trataba de Julie.
- “Lamento si estabas ocupado”- musitó con una voz mucho menos confiada de lo que acostumbraba.
-…”está bien- murmuró somnoliento, calculando mentalmente que en Italia debían ser cerca de las cinco de la mañana.- de hecho…tú deberías estar durmiendo”.
- “es cierto- rió- pero por alguna razón me desvelé, supuse que podrías estar despierto”
Sonrió para sí, lamentando no poder ver su verdadera expresión.
- “Hoy vi a Satsuki, preguntó por ti”
- “es cierto, le prometí que enviaría algunos muñecos- sonó entusiasta- ahora que conseguí trabajó podré comprar más cosas de las que he reunido”.
Se sintió secretamente conmovido.
- “no es necesario que gastes tu dinero en eso”
- “por supuesto guardaré una parte para cuando puedan visitarme, podremos conocer muchos lugares juntos”.
Se quedó pensativo, incrédulo, ella comentaba con alegría que la mayor parte de su dinero era gracias a las propinas que recibía como camarera, imaginándola le fue imposible no sentirse avergonzado.
En pocos minutos, tras colgar la llamada se preguntó una vez más si sería posible ahora interesarse en otras personas.
Con su carácter y belleza Miu le había parecido interesante al inicio, cediendo a sus caprichos con mucha facilidad con tal de olvidarse de Julie…Pero ahora por más que quisiera esforzarse no conocía a nadie capaz de igualar la agradable sensación que ella había vuelto a dejarle con su más efímera presencia.
Al salir de clases, sin la energía ni motivación suficientes para ensayar por el hecho de no poder ver a Jun, caminó hacia el área de deportes queriendo encontrar a sus amigos, aunque fue de inmediato invadida por una profunda nostalgia al ver alumnos de primero en los equipos. Su amigo rodeado de unos cuantos se esforzaba en aclarar las instrucciones de Aki, así que debió esperar su turno para acercarse. La saludó con su habitual sonrisa.
- Aki dijo que era importante que pudiéramos traspasar nuestros conocimientos antes de graduarnos- rio rascándose la cabeza ante su evidente expresión.
- luces como un buen superior- musitó, aunque de cerca su rostro seguía pareciéndole adorable. Él la observó suspicaz.
-¿acaso no crees que puedo enseñarles?
Ella titubeó, Keiji se defendió argumentando que el fin de semana se lo había pasado cuidando a uno de los hijos de su hermana mayor, ella se sorprendió ya que siquiera estaba al tanto de que tuviese sobrinos. Y para validar sus palabras le mostró una fotografía donde posaba junto a un par de chicos de primaria, los tres con la misma adorable sonrisa.
Le invitó una lata de refresco comentando que comenzaría a prepararse para dar el examen de humanidades de ingreso a la universidad.
- Es una pena que ahora que estás disponible no podamos salir con Umi, desde que dejó la titularidad en el equipo se ha pasado las tardes estudiando- musitó pensativo-
- pero nosotros podemos salir cuando quieras, de momento sigues estando más ocupada que yo.
- ¡En vez de eso deberías intentar mejorar tu velocidad y fortalecer tu musculatura!- la voz de Momo en tono severo se asomó a sus espaldas, ambos lo siguieron con la mirada.
-…creo que me conformo con seguir siendo el más ágil en el equipo.
- aun así necesitas volverte más fuerte- insistió- los equipos universitarios no aceptan debiluchos- dejó en evidencia sus perfectos abdominales levantándose la polera.
Ella no se inmutó ya que solía hacerlo con frecuencia, hasta que, sabiéndolo desprevenido, hizo lo mismo con la polera de Keiji, los músculos de su abdomen estaban también ligeramente definidos.
-¡Al menos deja que las chicas sepan que no eres tan débil como pareces!- rio, ante la expresión atónita de ambos.
Avergonzada, quiso decir que para Keiji no era necesario jactarse de ninguno de sus atributos físicos para llamar la atención de las chicas…pero se contuvo. Keiji por su parte deseó responder que para él era suficiente con tener la atención de Hotaru.
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Editado: 05.05.2025