Ken Parker
- ¿Conoces a algún Ken Parker?
Jun levantó las cejas y pareció pensativo.
-…¿Ken…Parker?
- ¿lo conoces?
-…s-si- parpadeó frunciendo el ceño. Ella seguía esperando una respuesta- Tal vez en Living Jazz…recuerdo April Moon y…Woman in the sky. Un estilo tradicional- agregó ante la evidente ansiedad que la embargaba-…¿por?
Tardó en responder, miró de reojos el estuche de su flauta.
-bueno…su nombre real es Kenji Tanaka- susurró con un suspiro, momento en que él volvió a dirigirle la mirada.
- ¿Estás segura?
-…sí…es mi…padre.
Obtuvo una siguiente mirada incrédula, por lo que se vio obligada a mostrarle la carta. El resto del tiempo a solas él se quedó pensativo.
La expresión seria volvió al rostro de Jun cuando los alumnos fueron llegando, ella debió regresar a su lugar.
Por suerte durante toda la hora él no volvió a acercársele, era evidente que no podría dar su cien por ciento esa tarde, y aunque tocó intentando no cometer errores su interpretación fue diferente. Jun se despidió recordando una vez más que sólo faltaba una semana para la presentación, y antes que pudiese también escabullirse se interpuso en su camino.
- Espero que sirva como motivación.
- lo siento, tengo cosas en que pensar, pero intentaré concentrarme.
Pareció examinarla, suspiró por la nariz antes de continuar.
-…Fue una agrupación recocida en Europa entre los entendidos, sé que se retiraron hace algunos años y desde entonces no se ha sabido mucho de sus miembros, aun así supongo que es información valiosa para ti.
- gracias- asintió conmovida.
- claro, háblame si quieres- sostuvo su mirada- Nos vemos la próxima semana…
Estaba demasiado consternada respecto a la información de Kenji como para notar la actitud de Jun, que sólo cuando ya había caminado varias calles fuera del instituto pudo agradecer.
Al menos no tenía que trabajar esa tarde, y como lo había planificado, tomó el metro en dirección al barrio de Koenji, debido a la falta de un reproductor no había escuchado los discos de vinilo, así que ahora estaba convencida de intentar conseguir uno.
A pesar de conocerlo como un lugar poco concurrido se sorprendió que sólo a unas cuadras del metro los músicos callejeros tocaran rodeados de un discreto público afuera de bares y tiendas de segunda mano. Las personas aplaudían y dejaban sus propinas al pasar cerca de ellos. De acuerdo a la información de internet había dos locales de venta de música, el primero cerca de la línea del tren a solo unas cuadras. El edificio, de varios pisos y estrechos escalones tenía en sus vitrinas todo tipo de tecnología reciclada, desde radios, televisores, videocasetes y hasta unos cuantos vinilos, pero le fue imposible distinguir un reproductor. Debió seguir muchas más cuadras hacia zonas menos concurridas para encontrar la calle donde estaba la segunda tienda.
“Venta de discos desde 1989”, pudo leer en la principal vitrina, y entró con cierta decepción al descubrir que era mucho más pequeña de lo que imaginaba. Casi de inmediato se le acercó un hombre de avanzada edad, como si estuviera dispuesto a ser interrogado, pero ella se sintió intimidada por la intensa mirada gris bajo sus anteojos. Desvió su atención hacia el cajón de discos de vinilo donde descansaban un par de ejemplares de The Beatles, para luego fijarse en ese que clasificaba aquellos que pertenecían al jazz, con tan solo dos ejemplares.
- Esos casi ya no se venden- murmuró el anciano con una voz ronca- los jóvenes prefieren un estilo de música menos elaborado, aunque si te gustan puedo dejarlos a mitad de precio.
Asintió con timidez.
- …quisiera saber…si…tiene a la venta algún reproductor.
- bueno, en la actualidad la mayoría de los equipos de música cuentan con un reproductor con un formato más pequeño, por lo que la colección de vinilos es sólo un pasatiempo para entendidos…
En ese momento, un joven de anteojos, tal vez algunos años menor que ella se acercó al oído del anciano.
- Aun así, si quieres escucharlos puedo venderte un reproductor- agregó- poseo una reliquia que de seguro tiene algunos años más que tú y aun en excelente estado, así que podría dejártelo en setenta mil.
No pudo evitar abrir los ojos y asentir resignada, ni aun con los ahorros ni haciendo muchas horas extra podría costearlo, así que dando las gracias se apresuró en escapar.
Suspiró un par de veces caminando de regreso, al parecer, de momento, tendría que conformarse con escuchar las versiones de internet, claramente sin la posibilidad de hacerlo con las composiciones de su padre.
Antes de llegar al metro un joven trío de músicos hacía aplaudir a su pequeño público, la voz principal era de una chica, pero, con cierta nostalgia, su atención estuvo en el saxofón, por lo que al finalizar la canción se obligó también a dejarles una propina. Tal vez en algún momento su padre habría sido como ellos.
Ahora con dos cartas en su mochila el peso de no decírselo a Anne era mayor, en especial cada vez que la recibía con una sonrisa al verla llegar a casa.
- No me dijiste que tendrás una presentación- murmuró al verla entrar en la cocina, avergonzándola.
- lo siento, no creí que faltara tan poco.
- si quieres que vayamos sólo dilo- sonrió- y bueno…si no quieres también.
-…bueno…creo que me sentiré ansiosa si sé que estás ahí- bajó la mirada.
- claro, descuida- musitó- aunque…me parece curioso que, a diferencia de ti, Kenji amara ser el centro de atención…creo que ese aspecto te pareces más a mi.
Subió a su habitación, cambiándose de ropa prendió la pantalla del notebook, abrió el correo buscando la dirección de Jonh.
- Creo que si adelantamos el repaso de estudio sociales para esta noche podremos ir a la presentación y acompañar a Hotaru toda esa tarde- murmuró Umi en dirección a su novio leyendo el folleto que había tomado del mural de anuncios.
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Editado: 05.05.2025