Ligera y agridulce

Al final de cada viaje en la vida: Capítulo 11

Esa mañana la multitud apilada en el almacén no fue razón suficiente para quitarle a Keiji su actitud positiva, a diferencia de Hotaru, quien más bien se esforzaba en llegar hasta la vitrina entre los empujones de los demás alumnos.

- Ya no queda té caliente en la máquina expendedora- suspiró calentándose las manos con la bebida que acababa de comprar.

- te compraré una en agradecimiento- sonrió él- pero ahora debo llevarle estas a Aki y a Momo. - Ella lo miró interrogante- Gracias a tus apuntes de ciencias aprobé en el examen de práctica del fin de semana.

Sonrió ahora conmovida.

- bueno, no es como que hubiese hecho mucho más, pero me alegra.

- ¡sí fueron de mucha ayuda!- posó una mano sobre su cabello- y aunque no podamos vernos con frecuencia cuando todo esto termine haremos algo divertido.

Ella suspiró por la nariz, sin querer mencionar que cuando todo esto terminara el instituto también habría acabado.

Keiji se ofreció en acompañarla de vuelta al salón, y casi como olvidando a sus amigos, se quedó hasta que el timbre estuvo a punto de sonar.

Aun con Keiji dejándole una sensación agradable seguía concentrada en sus propios asuntos, con cada notificación en su celular su corazón volvía a estar en alerta, pero no, Jonh no había respondido a ese mensaje del fin de semana.

Su decepción ya se había hecho evidente, y esa tarde, no alcanzó a disimular cuando divisó a su madre en el jardín delantero recogiendo las últimas hojas secas del césped.

- La lluvia del fin de semana ha tirado las pocas hojas que quedaban- murmuró antes de saludarla.

Viéndola de reojos asintió, y dado que Anne tenía las manos ocupadas abrió la tapa del basurero para que las depositara.

- bien, entremos, está haciendo frío acá afuera.

Dejó su abrigo en el recibidor, y aunque quería subir de inmediato Anne pareció esforzarse en mantener una conversación.

- Aun es pronto para que comience la época más fría, pero ya deberías empezar a usar ropa de abrigo- murmuró refiriéndose a su sweater de manga corta.

-…estoy bien- respondió sin demasiado énfasis- ahora tengo más grasa en todo el cuerpo para protegerme.

- no vengas con eso- rio incrédula- tienes que abrigarte más de todas formas.

Se encogió de hombros resignada, su madre sirvió té para ambas.

- A todo esto ¿has dormido bien? Lo digo la verdad porque luces un poco pálida.

No pudo evitar sobresaltarse, y aunque escondió su rostro tras la taza que estaba bebiendo supo que tendría que esforzarse más en disimular.

-…supongo que…que es normal para alguien de mi edad.

-…¿lo dices por…por lo de los exámenes para la universidad?- respondió suspicaz, ella levantó la cabeza sin atreverse a mirarla- Porque he recibido algunos correos y sé que aun no te has inscrito en ninguna.

Apretó los labios sintiéndose un poco mareada, no había forma de rebatirle.

- por qué no me lo dijiste. Sabías que de alguna forma podría ayudarte.

-…lo sé…lo siento.

- creí que…después de todo había logrado que confiaras en mi un poco.

Esa última frase hizo que se le apretara el pecho. Era injusto para su madre, que se había esforzado tanto por ambas.

-…no quería…decepcionarte.

-…Hotaru…no me decepcionas- aunque su expresión era evidente- sólo quiero que estés segura de tus decisiones, ya eres casi una adulta…y las decisiones que tomes tendrán consecuencias…

Asintió con resignación. Ambas continuaron su té, pero parecieron ya no poder disfrutarlo, quiso acabarlo pronto, aunque tuviese que arriesgarse a quemarse los labios.

- Entonces…qué es lo que planeas hacer…

Sin ninguna idea en mente última pregunta le hizo suspirar más fuerte.

Por suerte, o tal vez no para Anne, sintieron girar la cerradura y abrirse la puerta. Al ver a Seichiro le dirigió una mirada sutil y se escabulló. Anne por su parte dejó a un lado su taza de y le sonrió a la fuerza.

-…Llegas más temprano.

- ¿Sucedió algo?

Anne suspiró apoyando una mano sobre la de él.

-…en definitiva creo que Hotaru no quiere ser enfermera- sonrió con una mezcla de ironía y resignación. Seichiro la rodeó por la espalda.

- no pasa nada. ¿No crees que debe sentirse presionada? Aunque a veces parezca muy madura sigue en preparatoria…¿Ya olvidaste cómo se comportaba Tomoki?

Anne dejó caer todo el peso de su cabeza sobre el hombro de su esposo, aliviándose en su reconfortante abrazo. Hotaru siempre había sido tan similar a Kenji, demasiado orgullosa para aceptar su ayuda.

Su rostro estaba más pálido esa mañana, pero no tuvo deseos de hacer que luciera diferente. Al llegar a clases miró por segunda vez su bandeja de entrada aun sin novedades, tal vez ya era momento de sólo conformarse con las cartas que seguían en su mochila. Quizá querer ver a su padre tampoco era buena idea, no podía descartar la posibilidad que una vez más acabara decepcionándola.

Estaba distraída cuando la profesora de literatura llegó y, a pesar de escuchar las indicaciones, no fue capaz de seguirlas. Con la mirada amable que la caracterizaba le pidió sacar su libro de lectura, apresurándose en abrir su mochila, accidentalmente dejó escapar una de las cartas. Por suerte, en el asiento de atrás Ryo se apresuró en atraparla. Ella se volteó, recibiéndola un poco avergonzada.

Él asintió a su “gracias”, y antes que volviera su atención hacia delante le agradeció por las recomendaciones musicales de la última vez.

No le había dado tanta atención en los últimos días y ahora lamentó no haberse puesto si quiera un poco de brillo labial.

Sonrió sin contener su agrado, después de todo era un placer que le hablara de una forma tan espontánea. Lamentablemente no tenía nada más que decir para seguir una conversación.

- ¿Dejarán de distraerse o trabajarán juntos?- murmuró la profesora una vez más frente a su escritorio.

Para su sorpresa él asintió.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.