Analizando una y otra vez la melodía dejó de lamentarse por no tener un equipo de sonido más menos decente, sus casi imperceptibles errores se debían más que nada al nerviosismo.
Se quitó los audífonos cuando ya la mayoría de sus compañeros comenzaba a hacer ruido en el salón comentando las dificultades del examen. Algunos ya se habían resignado a volver a intentarlo el próximo año, otros preferían mantener las esperanzas hasta ver los resultados.
Suspiró aliviada, pero al mismo tiempo recordando que apenas acabara el instituto tendría también que comenzar a prepararse.
Por el rabillo del ojo vio que Ryo entraba en la sala y como en muchos días, la saludó inclinando la cabeza. Apretó los dientes para evitar dar un suspiro, y sonrió sintiéndose un poco atolondrada.
Tras varios minutos volvió a concentrarse en su celular, después de clases se tomaría un tiempo para acabar su edición.
Keiji la sorprendió en su salón para el descanso, la saludó con una amplia sonrisa revelando que su semblante volvía a ser el de siempre.
-…Después de comer dormí todo lo que quedaba de fin de semana- rio complacido- Tendrás que acompañarnos la próxima vez, había olvidado que la comida de mamá fuese tan buena.
Se sintió conmovida.
-…entonces esperaré para poder hacerlo.
- además mi abuela envió algunos dulces tradicionales para la suerte- agregó apoyando una pequeña bolsa de papel sobre su escritorio- ya le di los de relleno de frambuesa a Ryo, te dejé los de chocolate.
Con especial delicadeza cogió el paquete y se quedó mirando las pequeñas esferas de masa de arroz, el aroma a chocolate flotó hasta su nariz.
- ¿Puedo probarlos ahora?
- ¡pero tienes que pedir un deseo!
Se concentró y respiró profundo antes de llevárselo a la boca. La suave masa se fue deshaciendo en su paladar, el cheescake de chocolate inundó el resto de sus sentidos.
- ¡está bueno!
- entonces estarás feliz de conocer la tienda de mi abuela.
Sonrió compasiva.
- ¿Eso no queda en el campo?
- tendremos algunas semanas de descanso cuando acabe la preparatoria ¿verdad?
Se avergonzó de tan sólo imaginarlo.
Salieron en busca de un par de latas de té verde, Keiji comentaba con cierta nostalgia que desde mañana tendría los últimos entrenamientos con el equipo de tenis, ellos mismos serían los encargados de elegir a los candidatos para el nuevo capitán.
- Así que si tienes tiempo podríamos salir esta tarde.
Ella, que hasta ahora se había mantenido concentrada escuchándolo, parpadeó un par de veces antes de responder.
-…¿hoy?
- después de clases, no tienes que trabajar ¿verdad?
Antes que el timbre de salida sonara ya tenía la mayoría de las cosas en su bolso. Con una mirada se despidió de Ryo, antes de llegar a la puerta fue alcanzada por su amigo.
- Creo que extrañaré esto- musitó Keiji compartiendo su espacio en la vereda- ¿recuerdas cuando tomé prestada la bicicleta para ir a la heladería?
Se quedó pensativa y sonrió con cierta nostalgia.
-…ha pasado tiempo.
- cuando sea verano tendremos que comer una montaña de helado de chocolate otra vez, a modo de despedida.
Aunque para cualquiera pudiese ser algo trivial, para ella seguía siendo uno de los momentos más alegres que habían compartido y ahora parecía tan lejano, y se sentía tan diferente a esa Hotaru que había sido.
Ciertamente, sabiendo que sus vidas estaban por separarse no quería tener que esperar hasta el verano. Parada fuera de la estación de metro, se esforzó en encontrar un carrito de helados, y fue ella quien invitó. Era curioso que muchas personas se encontraran tomando helado a pesar del frío, Keiji complementó el suyo con un pastelillo de taiyaki.
- Vuelves a disfrutar el sabor del chocolate- musitó, de seguro al ver su expresión.
Dejando la cucharita de plástico clavada en su helado se avergonzó. Se quedó pensando en que tal vez debía comer de forma más discreta, pero antes de continuar su amigo le empujó la mano con la que sostenía el cono, manchándose la punta de la nariz. Levantó la mirada desconcertada.
- No es necesario que pienses tanto cuando estás comiendo- rió entregándole un trozo de servilleta.
Ella se limpió, y sonrió apoyando su brazo sobre él.
-…creo que se me congeló el cerebro- se excusó.
- ¡eso parece!
Tras obtener un par de sorpresas de gashapon se quedó viendo como su amigo seguía luchando con una de esas máquinas para atrapar juguetes.
- ¿Sabías que Aki es muy bueno en esto?- murmuró sin despegar la mirada- de hecho, él atrapó mucho de mis muñecos de peluche.
Tras mucho dinero desperdiciando vieron como por enésima la garra cogía uno de los juguetes, la emoción incrementó cuando esta vez al llegar arriba no se desprendió. Ella se cubrió la boca sorprendida, Keiji estaba paralizado, las luces titilaron alegremente mientras el muñeco caía al fin en el depósito de salida. Antes de cogerlo exclamó para celebrar su triunfo. Era la adorable réplica de un zorrito pelirrojo vistiendo un atuendo invernal, de inmediato pensó en el cierto parecido que tenía con su amigo y no pudo evitar emitir una leve risa.
- Es adorable.
- ¡es la primera vez que lo logro!- asintió sentándolo sobre la palma de su mano.
Iba a mencionar que deberían tomar una fotografía, pero justo en ese momento Keiji lo dejó entre sus brazos.
- lo cuidarás mejor yo, y quiero que sobreviva muchos años.
Le fue inevitable avergonzarse, siquiera se atrevió a rebatirle, y con cuidado lo depositó en el bolsillo de su chaqueta.
Viéndolo adelantarse hasta la zona de purikura, se quedó unos pasos más atrás al sentir su celular vibrar, pero sin reconocer el número, seguro de esos que solían ofrecer promociones, decidió ignorarlo.
- Creo que te debería dejar escoger los filtros- se burló, dado que la última vez lo había hecho lucir como una chica.
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Editado: 01.07.2025