Light [1]

1. La bruja del pueblo

Luna

"Ser diferente es divertido porque lo normal es aburrido"
-Anónimo

El verano en Treverlin es algo que todo desea y esperan con más ansia que nunca, porque es el mes del año en que cada persona realiza su festejo a su modo. Las clases terminan, las escuelas cierran y los chicos populares comienzan a planificar sus fiestas.

Pero aquí estoy yo, planificando mi futuro en un pueblo pequeño que a lo mejor no me ha hecho gran cosa y me ha despreciado, llamándome loca con todos los sinónimos posibles que existan.

Soy la chica que todos temen por tener un don no explicable; a todos les da miedo. Mi don lo ven como cosa rara o cosa oscura, pero mi mamá dice que es una bendición de Dios porque de él son los dones. Pero yo lo utilizo como más una ventaja de las cosas malas que me pueden suceder, como por ejemplo:

El otro día estaba caminando por la acera en una calle no concurrida, súper relajada escuchando música cuando tuve que quitarme de repente porque el estúpido de Camilo, el típico chico idiota popular del pueblo, le dio por lanzarme desde la venta de su casa un pinche ladrillo en la cabeza, para confirmar que supuestamente sus padres yo era "Bruja".

<<Como si la practicara. >>

O en la playa cuando volvió Camilo con su grupo de amigos con malas intenciones que se iban a acercar para hacer cosas muy estúpidas.

«¿Por qué en todo pueblo hay alguien así?»

Bueno, ¿dónde iba?

Todo lo que sucede aquí en Treverlin ya nada es normal en este pueblo, tiene más misterio y más maldad que el mismo diablo, pero yo me enfoco más en las cosas buenas, en las cosas en las que puedo ayudar.

Como, por ejemplo, aquí estoy afuera de la escuela sentada esperando a mis únicas y verdaderas amigas. Rous y Star nos criamos desde pequeñas en el mismo pueblo. Fueron las únicas que no me humillaron y menospreciaron. A ellas le encanta mi don porque no les gusta estudiar y si hay cosas malas que vienen a ellas, solo me llaman para ayudarla.

—Hola, Luna. — dicen Rous y Star al mismo tiempo.

—Hola, chicas.

— ¿Estás lista para lo de esta noche?—me pregunta Rous.

¿Lista?

Miré a Rous con una gran interrogante en mi cabeza porque no sabía de lo que hablaba, y cuando iba a preguntar de qué hablaba, fue como una señal del cielo.

Sonreí con pena antes de asentir.

No me acordaba que esta noche tenemos que investigar un misterio. Por investigar, nos gustan las cosas misteriosas e íbamos a investigar algo sobrenatural que sucedió la semana pasada, donde en ese momento el cielo se iluminó como a las 11:00 p. m. y vimos una estrella fugaz entró en el bosque, donde Rous y Star pidieron deseo.

Rous pidió que llegara el amor condicional a su vida. Star pidió que le dieran la beca en la universidad de Colombia. Siempre ha soñado con entrar en la universidad. Y yo ya sabía lo que era, lo que se aproximaba, porque en ese momento tuve una visión, pero era tan grande y poderosa que no pude aguantar y caí en el suelo convulsionando.

Por eso decidimos investigar esta noche con más calma.

«Sí, y a ti ya se te había olvidado.»

No comencemos conciencia, que apenas estamos comenzando la historia.

—Oye, me escuchas, planeta tierra llamando a Luna — habla Rous chasqueando los dedos frente de mi cara.

Asentí con la cabeza y sonreí, para que no siguiera con el tema, porque a veces me pierdo en mi cabeza y no hay nadie quien me saque.

Nos fuimos a casa caminando, pero Rous no paraba de hablar de lo que se iba a realizar en la noche. Star y yo solo escuchábamos y en otras le hacíamos broma, aunque sabíamos muy bien lo que a ella no le gustaba.

Por eso Star y yo, en Navidad el año pasado, decidimos comprar una bolsita de cucarachas falsa para hacerle una pequeña broma, porque no paraba de hablar de que se iba a poner en la noche buena o cómo iba a conquistar a Cole.

Cole Bracho es un chico de intercambio, es alto, mide un metro setenta y cinco, es un catire, tiene unos ojos marrones y su pelo es del color rubio miel. Ella lo conoció en nuestra escuela en navidades pasadas y todo el bendito mes no dejaba de hablar de él, entonces a Star y a mí se nos ocurrió hacerle una pequeñita broma que la iba a hacer callar por un día entero.

Mientras  Rous dormía, colocamos todas las cucarachas falsas en todo su cuerpo y alrededor de su cama. Después tomamos varias fotos y la mañana siguiente le dijimos que había una invasión de cucarachas que salían del baño y se dirigían a donde ella estaba durmiendo, donde a la cual le tomamos fotos y ella se veía comodísima durmiendo con ellas.

La pobre Rous enseguida se metió en el baño y no salió toda la noche, haciéndose depuración del cuerpo, porque podría convertirse en igual que ella o agarrar una terrible enfermedad.

«Fue una gran broma que la volvería a repetir.»

Star y a mí nos costó la broma por todo el mes de Navidad, no paraba de comprar jabón de avena y chocolate según lo que investigo en internet. Y en el día de hoy no sabe nada de la broma, pero aun así, cuando se pone fastidiosa, le recordamos sobre la invasión de cucarachas en su casa.

—Chicas, nos vemos antes de  medianoche.

—Ok, ¿una le dijiste a tu mamá que vas a dormir en mi casa? Ya tengo la cuartada lista —me avisa Rous.

—Claro, le dije que tu hermano no va a estar y que va a estar tu tía.

—Bueno, hasta la noche. — Decimos las tres al mismo tiempo y nos reímos.

Después de todo vivimos solo a tres casas de distancia. Mi mamá es sobreprotectora, bueno, la palabra sobreprotectora queda pequeña y no lo entiendo, porque somos cuatro donde soy la menor con una madre doctora y un padre psicólogo. Imagínese cómo es mi vida.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.